jueves, 28 de agosto de 2014

Devociones: "Transformado".

Nuestro ministerio no necesariamente se encuentra exclusivamente en temas "espirituales", sino que donde hay necesidad de ropa o alimento allí también podemos bendecir: Marcos 5:1-20.


    Luego de la increíble liberación de Gádara, el evangelio nos dice que "los que cuidaban los cerdos huyeron y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y la gente salió a ver qué era aquello que había sucedido Llegaron a Jesús y vieron al que había estado atormentado por el demonio el que había tenido la legión, sentado vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo".
      No se puede incursionar en el campo del enemigo sin ser observado. Jesús logró, en unos instantes, lo que ellos no habían podido lograr en años mediante el uso de cadenas y grillos. La gente que vio lo que sucedió huyeron, con la intención de correr la voz de lo que habían visto.
    De modo que el primer resultado de la intervención de Cristo en la vida de este hombre es que todos los pobladores se enteraron del acontecimiento. Esta es una respuesta normal y natural en la transformación de una vida. No somos seres aislados, sino que vivimos en medio de comunidades, donde nuestras vidas son observadas y conocidas por otros. Cuando se produce un cambio en nosotros, otros los observan.
    Esta realidad se le presenta a la Iglesia con su mejor oportunidad para tocar la vida de otros en una comunidad. No obstante, la Iglesia muchas veces a insistido en aislar rápidamente  ala persona para afianzarla en el camino que ha comenzado a transitar. Esta maniobra desperdicia las oportunidades que se crean, en una conversión, para tocar a otros, oportunidades que desaparecerán luego de un tiempo. Una vez que dejan  de existir, tendremos que echar mano de medios artificiales tales como campañas o reuniones especiales. Al igual que en la historia de la mujer Samaritana, sin embargo, este era el mejor momento para impactar profundamente a la población.
  ¿Cómo encontraron al hombre cuando volvieron? ¿Observó el tremendo contraste con su condición anterior? Antes, estaba desnudo; ahora, estaba vestido. Antes, corria de un lado para otro, cortándose con piedras; ahora, estaba sentado, en paz.
    Antes, daba grandes gritos; ahora, estaba en su sano juicio. Qué tremendo. El hombre había sido dramáticamente transformado. Quiero que tome nota de este cambio, porque esto también habla de la responsabilidad que tenemos frente a los que están en tinieblas. No hemos sido llamados a "salvar almas" como tan frecuentemente se escucha en el pueblo de Dios. Hemos sido llamados a la transformación completa y total del ser humano, tanto en el psíquico y emocional como también en lo físico.
     Espero no se le haya escapado un interesante detalle: el hombre ahora se encontraba vestido ¿Y de dónde sacó la ropa? Seguramente algunos de los discípulos, o Cristo mismo, le dieron de lo que tenían. Aquí también vemos que nuestro ministerio no necesariamente se concentra exclusivamente en temas "espirituales", sino que donde hay necesidad de ropa o alimento allí también podemos bendecir.
   

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