martes, 5 de agosto de 2014

Devociones: "Aventura a medias".

La diferencia entre los que viven por la fe y los que no es que los primeros no permiten que sus dudas decidan: Lucas 1:5-25.


      El ángel Gabriel, que evidentemente posee una asombrosa percepción espírtual, inmediatamente identifica la base de la pregunta de Zacarías. La naturaleza de esta no es la curiosidad, sino la falta de fe. El lo secreto de su corazón no cree posible que "un anciano y una mujer de edad avanzada" Puedan concebir un hijo.
     La falta de fe siempre representa un serio obstáculo  para el desarrollo de la vida  a la que hemos sido llamados. En ocasiones, como sucedió con los diez espías israelitas, la ausencia de la fe puede traer consecuencias nefastas para quienes la padecen. A toda generación se le negó la entrada a la tierra prometida, y quedó condenada a perecer en la aridez del desierto. En otras ocasiones, sin embargo, la falta de fe resulta en consecuencias menos drásticas. Si bien implica que nos perderemos de la totalidad de la bendición que Dios nos ha reservado, nuestra participación en la aventura de caminar con él se verá limitada.
     Este es el caso de Zacarías, aunque el anuncio de las consecuencias sobre su vida no escapa de un cierto toque de humor. "He aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo" (v.20). En similares condiciones en que otros padres disfrutan plenamente de la alegría de divulgar a cuántos quieran escucharlos la feliz noticia de un embarazo, el sacerdote debería conformarse con ser un mero espectador del evento. Cuánta frastración debe de haber sentido que justo en este momento se le privara de habla.
    Vale la pena considerar la advertencia que a todos nos deja Zacarías. Vivir, en toda su plenitud, la vida que Cristo ofrece está al alcance de cada uno de nosotros. No obstante, para que experimentemos todo potencial que encierra cada aventura con él deberemos seguirlo de "todo corazón". Existe un grado de osadía y "locura" en los héroes de la fe que no les permite andar con rodeos a la hora d erecibir una palabra de parte de Dios. Entienden que las palabras que el Señor pronuncia son para producir en nosotros obediencia, no un estudio de factibilidad. No es que los que viven por fe nunca duden. Ellos también sufren algunos titubeos  ala hora de escuchar las instrucciones que el Señor les da. La diferencia entre ellos y nosotros es que ellos no permiten que sus dudas decidan el rumbo a seguir. Quizás, también, entienden el significado de la explicación que le ofreció Gabriel a Zacarías: "he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas". avanzan en la carrera de que Dios, por siempre, es fuente de buenas propuestas. Nunca nos llevará por un camino que resulte perjudicial para nuestra vida en Cristo.     

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