sábado, 28 de febrero de 2015

Devociones: "Alabanza al Rey de reyes y Señor de señores "Jesucristo".

Cuán hermosa es tu presencia, oh Señor de los Ejércitos Celestiales. Cada vez crece más en mí, el deseo de permanecer aferrado a tí, para que tus dulces palabras alimenten mi alma y todo lo que me rodea se llene de tu hermosa y santa presencia. Con todo mi ser, mi cuerpo y mi alma, grito de alegría por tu gran misericordia y amor, gracias Señor porque me has rescatado, lavaste mis pecados y limpiaste mi corazón.
   Gracias Señor porque por ti soy salvo y confío en la firme esperanza de permanecer en tu gloria.
   Qué alegría siento al saber que me tienes en tus brazos Señor y que todo cuanto anhelo hacer lo hago buscando agradarte, gracias por hacerme entender que no vivo para mí sino para honrarte. 
    Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, mi Rey y mi Dios Cuánta fuerza me has dado sin merecer, cuán bondadoso has sido conmigo, cuánto amor me has entregado desde antes de nacer.
    Nunca podré pagar lo que has hecho por mí, pero si puedo rendirte y ofrendarte la vida que me diste para que hagas de ella lo que mejor te parezca.
    Quiero seguirte, amarte y servirte por el resto de mis días, pues todo en mi vida cobra valor si estás conmigo; nunca te apartes de mí, no me dejes sola, te necesito Jesús, sin ti no puedo y no quiero vivir.

     TE AMO JESÚS, HIJO DEL DIOS VIVIENTE, MI SALVADOR, MI REDENTOR, MI REY.

                           "Lo único que le pido al Señor,
                                  lo que más anhelo
      es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida,
                  deleitándome en la perfección del Señor
                       y meditando dentro de su templo.
     Pues Él me ocultará allí cuando vengan las dificultades;
                       me esconderá en su santuario.
     Me pondrá en una roca alta donde nadie me alcanzará.
               Entonces mantendré mi cabeza en alto,
              por encima de los enemigos que me rodean.
    En su santuario ofreceré sacrificios con gritos de alegría,
                 y con música cantaré y alabaré al Señor".
                                      (Salmo 27:4-6)

Devocione: "Jesucristo me perdonó y me restauró".

Hace cuatro años, el Señor por pura gracia y misericordia me dio el privilegio de empezar a conocerlo. Todavía recuerdo la vida que llevaba y me avergüenzo el hecho de haberlo ofendido de tantas maneras.
     Me mofaba de conocerlo, lo proclamaba con mis labíos, iba a la Iglesia, "oraba" y supuestamente en Él creía y a Él le servía; sin embargo, todo esa más que una pantalla y una mentira, llevaba una doble vida de la cual pronto el Señor Jesús me liberó. A pesar de todos mis horribles pecados el Señor quiso tener misericordia de mí; me miró, me extendió su mano y me sacó de la oscuridad en la que estaba inmersa. "Jesucristo me perdonó y me restauró".
     No puedo decir que ahora soy perfecta, si algo que no tengo nada que cambiar sería una total mentirosa, lo que sí puedo decir es que Dios me perfecciona todos los días en Cristo Jesús, en Él mi vida cobra valor y sentido. Él es una luz, mi fuerza y mi salvación. A veces su trato duele y mucho, lo bueno es que cada dolor vale la pena porque cada experiencia me permite conocerle mejor.
       Cuando el Señor me hizo reconocer cuándo le había fallado, cuánto daño había hecho a otras personas y cuánto daño me estaba haciendo a mi misma por causa del pecado, no pude más que postrarme ante su trono y arrepentirla pedirle perdón por toda la maldad de mi corazón. Estaba llena de odío y resentimiento, tenía tanto dolor y tanta amargura.......Dios ha sido fiel y nunca podría recompensar alguna de las bendiciones maravillosas que ha derramado sobre mi vida, aún desde antes de Él haberme permitido conocerle por medio de su Hijo  Jesucristo. Aunque le he sido infiel, Él siempre ha permanecido fiel.
     Hoy quiero que sepas que la misericordia de Dios es tan grande que no hay pecado que Él no pueda perdonar si sinceramente te arrepientes delante de Él, fue tanto tu amor por el mundo que envió a su Hijo Jesucristo para que muriera en lugar de nosotros es esa cruz, por medio de Él podemos ser perdonados y reconciliados por el Padre, por medió de Jesucristo podemos tener una nueva vida, una verdadera vida. No te dejes engañar con los placeres y las mentiras que ofrece este mundo a través de la fama, el reconocimiento, la vanidad, el dinero o el poder; no hay nada que se pueda comparar con la gracia que da Jesucristo para permanecer en la presencia de Dios. No hay nada más importante y más valioso que conocer al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo, deleitarte en la gloria de Dios es la mayor bendición que puedes tener.
    Sólo me queda decirle a Dios, gracias, gracias por su invaluable bondad, es indescruptible la manera en que nos ama y se apiada de nosotros. Sólo sé que el regalo de poder arrepentirnos de corazón por nuestros pecados y recibir su perdón por la gracia y la fe que nos concede en Cristo Jesús, es lo más maravilloso que he podido experimentar. No merezco nada del Señor y Él todo me lo da porque es demasiado bueno y generoso.
     Hermanos (a) vivamos diariamente en un profundo arrepentimiento por nuestros pecados, busquemos el rostro de Dios por medio de su verdad, dejemos de llevar una doble vida y vivamos según su palabra .
      No puede haber comunión entre la luz y la oscuridad, no digas que amas a Dios si todavía te sigue gustando pecar, Él es santo, Él no puede habitar en su corazón lleno de perversidad. Pídele perdón donde quiera que estés, arrodillate y humillate de su presencia, dile que tengas misericordia de ti y te ayude a vivir como Él quiere que lo hagas en Cristo Jesús.
      El Señor es grande, a mí me perdonó sin merecerlo, sólo podía recibir de su parte  la condenación pero Él tuvo compasión, lo mismo hará contigo porque su amor es inagotable.
      "Ten misericordia de mí, oh Dios, debido a tu amor inagotable; a causa de tu gran compasión, borra la mancha de misa pecados. Lávame de la culpa hasta que quede limpio y purificame de mis pecados. Pues reconozco mis rebeliones; dia y noche me persiguen. Contra ti y sólo contra tí he pecado; he hecho lo que es malo ante tus ojos. Quedaras demostrado que tienes razón en lo que dices y que tu juicio contra mí es justo. Pues soy pecador de nacimiento, así es, desde el momento en que me concibió mi madre. Pero tú deseas honradez desde el vientre y aun allí me enseñas sabiduría"  (Salmo 51:1-6)

    ¡DEMOS GLORIA AL NOMBRE QUE ES SOBRE TODO NOMBRE, A CRISTO JESÚS, EL SALVADOR DE LOS PECADORES, EL SEÑOR DE LOS QUE AMAN LA JUSTICIA Y LA VERDAD!  

jueves, 26 de febrero de 2015

Devociones: "Jesucristo abre toda celda de prisión".

En este momento hay muchos hombres y mujeres que se encuentran presos en una entidad carcelera (culpables e inocentes), una situación lamentable que coarta sus sueños y sus propósitos, y que trae consigo desesperanza y sufrimiento. Sin embargo, esta dolorosa experiencia se puede convertir en la mejor oportunidad para que una persona conozca a Dios verdaderamente y su vida tome un rumbo distinto, un rumbo alienado a la voluntad del Señor, donde la libertad que Cristo da se convierte en una realidad divina y sobrenatural, llena de gozo y de paz aún estando encerrados en ese lugar.
    Un ejemplo claro lo tenemos con Pablo y Silas, quienes fueron humillados, golpeados severamente y encarcelados porque en el nombre de Jesucristo una joven poseída por un espiritu de adivinación había sido liberada 
(ver Hechos 16:16-40).
     Lo increible es que no importaba el lugar y las condiciones en las que se encontraban, ellos no dejaron de orar y de alabar al Señor. Pablo y Silas se convirtieron en un infalible testimonio de la libertad y el gozo que en Jesucristo encontramos, y que ninguna circunstancia nos puede arrebatar jamás. Ellos eran inocentes, razón suficiente para asumir una posición de autocompasión por la impotencia que acarreaba la injusticia que estaban cometiendo con ellos; no obstante, optaron por dejarse usar por el Señor.
    "Alrededor de la medianoche. Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los demás prisioneros escuchaban. De repente, hubo un gran terremoto y la cárcel se sacudió hasta sus cimientos. Al instante, todas las puertas se abrieron de golpe, y a todos los prisioneros se les cayeron las cadenas" (Hechos 16:25-26).
    Qué tremendo. Hubo libertad para todos los presos aunque seguían en ese lugar, ¿cómo puede ser esto? es fácil de entender cuando reconocemos lo que Jesucristo hace en nosotros si ponemos nuestra confianza en Él.
   Jesucristo es el único que puede darte la paz y el gozo que tanto deseas. Él es el único que tiene autoridad parta romper todas tus cadenas y abrir las celdas de prisión en las que te encuentras solo Él puede devolverte la esperanza que una vez perdiste. Él es el único que puede restaurar tu vida. Él es el único que puede salvarte. Pídele perdón y confía tu vida en sus manos, anhela la libertad que sólo Él te puede hacer experimentar, clama a Él, ten fe en Él, espera en Él y déjalo obrar. Jesucristo abre toda celda de prisión. "El espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel"
(Isaías 61:1).
    "Escucha el clamor, porque estoy muy afligido. Librame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo. Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre; me rodearán los justos, porque tú me seraś propicio". 
(Salmo 142:6-7).
    Ciertamente tú has quebrado, como en la derrota de Medián, el yugo que los oprimía, la barra que pesaba sobre sus hombros, el bastón de mando que los subyugaba"
                                                  (Isaías 9:4)

    ¡CREEE EN JESUCRISTO, EL HIJO DE DIOS Y SERÁS REALMENTE LIBRE!   

miércoles, 25 de febrero de 2015

Devociones: "Hagamos uso de la Prudencia".

"Y aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb. (1 Samuel 25:3).

         Disfruto mucho de tantas historias que nos relata la Biblia y está en particular me agrada porque quien sobresale es una mujer. Una mujer que además de belleza poseía inteligencia, gracia y temor de Dios. Está comprobado cientificamente que las mujeres pueden hacer más cosas a la vez que los hombres porque le funciona una parte del cerebro que a los hombres no. Abigail fue una mujer que gracias a su buen criterio y juicio, actuó con diligencia y salvó a muchos de morir.
    Algunos de los sinónimos para la palabra prudencia son: madurez, cordura, discernimiento, sensatez, buen juicio y sabiduria. Estas son cualidades que se desarrollan en nuestras vidas a través de la experiencia y las circunstancias que nos toca vivir. Si somos personas sujetas a nuestras emociones, seremos esclavos de ellas y también nos expondremos a varios líos. Porque no siempre se actúa con prudencia, por ejemplo ante una crisis o un momento de coraje. Mantener el control ante situaciones de mucho estrés y dificultad no es fácil, se requiere de autocontrol, de dominio propio. Cuando somos expuestos ante sentimientos tales como la ira, la tristeza, la venganza, las injusticias que acontecen, habla mucho sobre quiénes somos como personas y quién habita en nuestras vidas. Si estamos sujetos a las cosas de la carne o del Espíritu. Y con esto no quiero decir que vamos andar con una aureola y dos alas. Esto no quiere decir que invalidemos lo que muchas veces sentimos, sino que meditemos bien antes de actuar.
       Registran las Sagradas Escrituras que Nabal era un hombre perverso, de hecho, sus acciones ante la petición de David, nos demuestran qué tipo de persona era y dónde estaba su corazón también.
      Mujer y hombre que me estás leyendo, hay momentos en que tienes que actuar y dejar de estar dándole vuelta al asunto. Si Abigail no hubiese actuado de la manera en que lo hizo, hasta la vida de ella misma hubiera estado expuesta al peligro, ya que David tenía planeado cobrar venganza.
    ¿Cuantas discusiones o peleas podrías evitar en tu hogar si tan solo guardaras silencio y escucharas? O si tan solo meditaras en si lo que vas a decir puede traer aporte o al contrario va a ser que el desacuerdo se intensifique y se cree una barrera más grande. ¿Cuántas heridas no se producirían si supiéramos cómo emplear bien las palabras que usamos en diversos momentos?

     AQUELLOS QUE AMAN A DIOS NO SE DEJAN ARRASTRAR FÁCILMENTE POR LAS CORRIENTES DE LA IMPRUDENCIA

lunes, 23 de febrero de 2015

Devociones: "Fe y agradecimiento".

Ponerme en los zapatos de un padre que ha perdido a su hijo, de un esposo que vio como su mujer moría de cáncer o un matrimonio que deseando por muchos años un hijo ve como un aborto espontaneo les quita ese sueño es duro. Y es que a veces nos es tan fácil juzgar a la gente por su presunta "poca fe" sin darnos cuenta el dolor que han pasado.
     ¿Cómo explicar a un padre que su hijo de cinco años muere por leucemía?, ¿Cómo explicar a una madre que su hijo adolescente fue muerto a balazos en la calle mientras se dirigía a su lugar de estudio?, ¿Cómo explicar a una recién casada que su esposo murió en un accidente de tránsito mientras venia de comprarle unas rosas para sorprenderla?, ¿Cómo explicar cosas como esas que no tienen ninguna explicación instantánea?, el dolor de pasar por situaciones similares o más difíciles es una de las sensaciones que pocos experimentan, pero son esas pocas personas que experimentan tales situaciones las que nos dan lecciones de fe al levantarse de esos duros momentos.
     He visto padres alabando a Dios a pesar de haber visto como su hija fue asesinada vilmente, he visto parejas exaltando a Dios a pesar de haber perdido al hijo que tanto deseaban, he visto mujeres honrando a Dios a pesar de haber experimentado el fallecimiento de sus esposos, esa es fe, eso es valor, eso es convicción.
      No podemos ir por la vida quejándonos por cosas pequeñas cuando hay gente que está pasando o ha pasado situaciones que realmente nosotros quizá ni soportaríamos, nos quejamos porque Dios no nos da lo material que pedimos, cuando hay cosas más importantes que esas, nos  quejamos porque nunca encontramos a una persona que nos ame con amor sincero, cuando en realidad hay cosas más importantes que esas, nos quejamos de todo y damos gracias por casi nada o poco.
      La vida cristiana es un sendero de agradecimiento y fe, agradecer por lo que tengo y soy y no quejarme por lo que nunca he tenido y nunca he sido, y de fe, de creer a pesar de no ver, de confiar a pesar de pasar por las situaciones más duras o difíciles de soportar.
     Hoy quiero invitarte a levantar una palabra de agradecimiento y confianza  a Dios, que de su boca ya no salga más quejas, que en lugar de quejarte puedas decirle al Señor: "Dios te doy gracias por lo que tengo y por lo que soy", que Dios escuche tus palabras sinceras, que al examinar tu corazón pueda ver que lo que dices es lo que realmente sientes y hay en tu corazón.
      Hay cosas de las que quisiera que hubiera una explicación, pero cuando la explicación no aparece lo único que nos queda es someternos a Dios para dejar que nos tome de la mano y caminar junto a Él. Cuando caminamos tomados de la mano de Dios todo, pero todo estará bien por muy mal que parezca, porque Dios es nuestro seguro de vida, pero de vida eterna.
     Si la situación que hoy estás pasando no tiene una actual explicación, solo te aconsejo a seguir confiando en Dios, a no reprochar nada, en su lugar adóralo y entonces el panorama se pondrá más claro, porque cuando sometemos nuestra voluntad, nuestros sentimientos y pensamientos a Dios, la vista se nos aclara a cerca de lo que Dios quiere hacer en nuestra vida.

     AGRADECE A DIOS, PERO SOBRE TODO TEN FE SIEMPRE EN ÉL

     "Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús".
                                  (1 Tesalonicenses 5:18)   

domingo, 22 de febrero de 2015

Devociones: "Expectativas".

Cuando mi hija aún era una niña, le prometí construirle una casa de muñecas. Tenía todas las herramientas necesarias para hacerlo y algunos conocimientos que tal vez hubiera sido necesario ampliarlos un poco. La cuestión es que sólo tenía que adquirir los materiales y hallar los tiempos para ponerme a trabajar. Cuando le prometí hacerlo, estaba en condiciones de hacerlo. A esta altura de los acontecimientos, ya no recuerdo por qué, pero la verdad es que nunca cumplí. Hoy ya no es una nena, no tiene el menor sentido apurarme a construir la casita de muñecas.....el tiempo pasó inexorablemente. Sólo una vez recuerdo haber hablado del tema, pero lo cierto es que ella jamás me reclamó nada. Tal vez cuando ella tengas sus hijos pueda saldar la deuda.....o tal vez eso nunca ocurra, no lo puedo saber a ciencia cierta. También es probable que sólo soy yo el que se siente así, ya que son muy pocas las veces en que le he prometido algo y no he podido cumplir. A veces me ha tenido que esperar un tiempo importante, habida cuenta de que un año es mucho tiempo en la corta vida de un niño, pero finalmente nunca dejé de cumplir con cada cosa que me comprometí con ella.
     Hoy, en medio de la prueba, cuando el temporal arrecia y el rostro de Dios parece haberse escondido de este siervo, también pude recordar, y es eso que motivó la presente reflexión; las numerosas promesas que livianamente me hizo mi padre y sin demostrar la más mínima culpa ni pesar, jamás cumplió. No le juzgo ni guardo rencor alguno hacia su memoria, sólo que tal vez me vi identificado en esta oportunidad con esa despreocupada manera de proceder. Lo cierto es que yo tomaba muy en serio su palabra y lo daba como un hecho concreto cuando el me decía "esto un día va a ser tuyo" o "vamos a ir juntos a ...." y un extenso y larguísimo "etc." A la larga, cansado de esperar, los años pasaron, las promesas se olvidaron y las palabras se diluyeron en el olvido.
      Pero, más allá del hombre y de las circunstancias, no había reparado en la huella que esta clase de experiencias dejan en la vida de una persona, hasta que adulto y recién casado tuve que afrontar uno de los peores momentos de mi vida.
    "No existe una angustia mayor que la que una persona experimenta cuando ha edificado todo su estilo de vida sobre cierto concepto teológico y que luego éste se derrumbe".
     "Dios no me quita nada", dice mi amado hermano adoptivo Gustavo. "Me cambia cosas", agrega. Y tiene razón. El tuvo que afrontar peores necesidades que yo durante su infancia. Y en su juventud, penosas pérdidas. Hoy disfruta de una familia bellísima y de un mejor pasar.

   Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impio; al bueno, al limpio y al no limpio;al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento.   (Eclesiastés 9:2)

   Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:9).

   Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.  (1 Corintios 13:12).   

sábado, 21 de febrero de 2015

Devociones: "Esas Aguas Bajarán".

"Y se acordó Dios de Noé y de todas las bestias y de todo el ganado que estaban con él en el arca; y Dios hizo pasar un viento sobre la tierra y decrecieron las aguas. Y se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas del cielo, y se detuvo la lluvia del cielo. Las aguas bajaron gradualmente de sobre la tierra, y al cabo de ciento cincuenta días, las aguas habían decrecido" . (Génesis 8:1-3).

     No importa cuál sea tu prueba o situación debes saber y nunca olvidar que Dios está contigo. Él jamás se olvida de sus hijos, pues aún mientras tú duermes, él es quien vigila tus sueños. Puede que sobre tu vida esté cayendo un diluvio que amenaza con ahogarte y socavar los cimientos de tu fe. Puede que haya llovido tanto sobre tu vida que sientas que estás nadando contra la corriente que amenaza con arrastrarte a un lugar donde no quieres llegar.
    Puede que sientas este proceso demasiado lento y doloroso y clamas continuamente a Dios pidiendo misericordia y que esto pase ya. Pero permíteme recordarte que hay pruebas que todos tenemos que pasar y que aunque son duras, serán ellas las que nos permitirán conquistar más bendiciones en el Señor. Aún cuando para nosotros parezca que no tienen ningún sentido ni valor. Aún cuando creamos que nada bueno ni positivo pueden salir de ellas, debemos recordar como hijos de Dios, que de alguna manera, "todas las cosas ayudan a bien a los que aman al Señor".
     Sé que no es fácil decirlo, te lo dice una persona que está pasando por una seríe de pruebas que parecen no tener sentido. Que cuando piensa que una puerta se ha abierto, vuelve y se cierra. Y sé que cuando esto sucede es bien frustrante y hasta decepcionante. Momentos así son los que nos hacen sentir que estamos totalmente en una profunda inundación de aguas. Que nuestras oraciones no son contestadas a pesar de nuestra fe y constancia. Más debemos recordar que nuestra fe no es negociable, creemos en Dios porque él sigue siendo Dios más allá de todo.
     Pero así como cuando aquel diluvio cayó sobre la tierra; Noé y su familia estaban en la barca esperando a que las aguas bajaran. Dios va a permitir que pronto esas aguas desciendan para que puedas caminar y entender que su gloria y su poder están sobre tu vida. Que él nunca te ha dejado solo y que mucho menos te ha abandonado. Que a él le importas mucho, pero que parte del proceso de maduración involucra tener que tomar la cruz, negarnos a nosotros mismos y caminar creyendo que él hará cosas grandes y que su poder se perfeccionara en medio de nuestras debilidades. En algún momento las aguas de tu problema, decrecerán. Dios se acuerda del pacto que hizo contigo, de las promesas que ha hecho a tu vida y ninguna de sus palabras ni de sus promesas caerá sobre el suelo, porque él no miente, ni engaña y mucho menos juega con nuestros sentimientos.
     Soplará el viento de Dios y se llevará los temores, el dolor, la enfermedad, la depresión, la confusión y la ansiedad. Soplará muy fuerte y sentirás esa brisa refrescando tu interior y tu vida. No amado amigo, en tu caminar no vas solo. Te acompaña el dulce Maestro, el que hizo caminar a Pedro sobre las aguas. El que se encontró con Pablo camino a Damasco, él que se detuvo para entrar a casa de Zaqueo. Confías en Jesús quien se sentó junto al pozo y dialogó con la mujer samaritana. Jehová el que hizo milagros antes y los sigue haciendo ahora.

¡NO TE DESANIMES, ALGO BUENO ESTÁ POR LLEGAR PARA TÍ! SÉ QUE AHORA NO LO VES, PERO EL SOL DE JUSTICIA POSARÁ SUS RAYOS SOBRE TI NUEVAMENTE Y SABRÁS QUE ÉL ES QUIEN SIEMPRE HACE COSAS GRANDES Y MARAVILLOSAS.

Devociones: "En tus manos".

"Tu eres un Dios fiel. Sálvame Mi vidas está en tus manos" 
                                           (Salmos 31:5)

      Esa sensación de impotencia ante noticias nada alentadoras. Una enfermedad detectada, una crisis económica, una separación familiar u otra de esas noticias que nos hacen sentir vulnerables e impotentes ante la situación. Esa clase de noticias que nos hace recordar que simplemente estamos en las manos de Dios, que solo Él puede dar una solución perfecta.
     Y es que a veces se nos olvida que dependemos de Dios, vamos por la vida olvidándonos de Dios, vivimos nuestra vida a nuestro antojo y no recordamos que todo lo que somos y tenemos es gracias a Él.
    Es duro pasar por esos momentos en donde nos sentimos impotentes ante el problema que se ha presentado. Y es que es allí cuando recordamos que nuestra vida depende de Dios, es allí en donde levantamos nuestra vista al cielo y le decimos a Dios: "Señor, estamos en tus manos".
    Me reconforta de una manera especial recordar que estoy en las manos de Dios, primero porque la situación que me ha causado impotencia me hace recordar de quien dependo y segundo porque sé que de quien dependo es poderoso y que para Él todo es posible si así lo quiere.
    Quizá hoy estés enfrentando una situación que se ha escapado de tu control, una  situación que te ha hecho sentir impotente, pues aunque quisieras no puedes hacer mucho, sin embargo hoy es el día que debes levantar la vista al cielo y recordar que estás en las manos de Dios.

    "Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová. Que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero. Ni se dormirá el que te guarda".
                                                (Salmos 121:3) 
    Hoy es el día de comenzar a confiar plenamente en Dios, hoy es un día en donde debemos depositar completamente nuestra vida en sus manos y creer con toda nuestras fuerzas que Dios hará algo maravilloso en nosotros. Y es que confiamos en Dios, él recompensa nuestra confianza.
    "A  Jehová clamé estando en angustia. Y él me respondió"
                                                  (Salmos 120:1)
    No importa lo angustiado que estés, no importa la impotencia que sientas, cuando reconoces que estás en las manos de Dios una paz sobrenatural inunda tu ser y te hace sentir seguro, pues en sus manos estarás siempre seguro, pues Él cuidará de ti.
     Haz una oración allí donde te encuentras, cuéntale a Dios cómo te sientes, pero sobre todo dile con toda convicción y seguridad:"Señor,estoy en tus manos" y comienza a confiar que estando en sus manos estarás siempre seguro.

                   ¡LAS MANOS DE DIOS NOS DAN SEGURIDAD"

jueves, 19 de febrero de 2015

Devociones: "En su Nombre hay Salvación".

"En ningún otro hay salvación Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos" 
                                              (Hechos 4:12).

     En su idioma original el nombre de nuestro Señor Jesucristo es Yeshua (Josué), y su significado es "Salvar" o "Rescatar". Por lo que en el nombre de Jesucristo está las salvación. Su especialidad es salvar y rescastar a slos suyos del pecado, la opresión o cualquier cadena. Sin importar de qué se trate Él tiene poder para salvar.
    En la vida del creyente existirán pruebas para prepararle hacía la eternidad. No obstante estas son pruebas temporales con el propósito de ser conquistadas y llevar al creyente a un nuevo nivel. Pero en el camino dichas pruebas pudieran mermar la vida espiritual del creyente si este deja de mirar al Salvador. La vida se vuelve pesada cuando se deja a un lado las compañia de Jesucristo y la salvación que viene con Él. En definitiva no es la voluntad de DIOS que los suyos estén de nuevo bajo yugos de opresión, siendo que Jesucristo pagó el precio completo de su libertad.
     Jesucristo ha conquistado una vida plena para los suyos, para que estos entren en su reposo. Y mediante la fe obtengan todas las cosas.
    "Pues esta buena noticia---del descanso que Dios ha preparado---se nos ha anunciado tanto a ellos como a nosotros, pero a ellos no les sirvió de nada porque no tuvieron la fe de los que escucharon a Dios. "Pues sólo los que creemos podemos entrar en su descanso.
 (Hebreos 4:2-3).
       Pero en ocasiones el creyente olvida creer y al hacerlo la vida le será difícil. Los principales enemigos que Jesucristo derrotó en la Cruz por el creyente son: el enemigo, el pecado y la muerte. Pero lo que alguien que ha nacido de nuevo no tiene por qué estar batallando con enemigos ya derrotados por el nombre de Jesús.
    Queridos hermanos si has permitido que se anide en tu corazón cualquier pecado, o has estado viviendo de una manera que no honra a Jesucristo y su sacrificio por tí, es hora de reaccionar y encontrar de nuevo salvación en su nombre.
   Si este es tu caso, haz esta oración y cree que en Jesucristo tienes salvación permanente:
"DIOS, perdona mi incredulidad. No he dimensionado adecuadamente el poder de tu salvación en Jesucristo. Ayúdame a entregarte las cargas que me han oprimido y permíteme entrar al reposo que me ha dado tu Hijo. Señor Jesús manifiesta tu salvación en mi vida y ayúdame a vivir en victoria. Oro esto, en el nombre de Jesús, Amén" 

    

Devociones: "Jesucristo, Salvador y Redendor".

Padre Amado, gracias por tu Hijo Jesucristo, gracias por tu amor, por entregarlo en expiación de nuestros pecados, por tu misericordia derramada sobre nosotros. "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna". (Juan 3:16).
    Te hemos fallado de tantas manera, pero a ti, te ha placido bendecirnos copn el gozo de tu salvación, con la redención de nuestros pecados por medio de tu Hijo Jesús. Gracias Padre, gracias por lo que has hecho en nuestras vidas, gracias por enviar a tu Hijo Jesús a morir en esa cruz para darnos salvación y vida eterna. "El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia"
(Juan 10:10).
     Jesucristo murió en una cruz, se hizo maldito por nuestra iniquidad y pecado; pero Padre, tú lo resucitaste al tercer día, lo llevaste a tu gloria  admirable y a la diestra de tu trono está sentado para recibir de nosotros los que en Él creemos, toda nuestra alabanza y adoración.
     Hoy proclamamos a Jesucristo, tu Hijo, como nuestro Salvador y Redendor, como el Rey y Señor de nuestras vidas, digno de toda gloria y alabanza.
     Pues Dios nunca le dijo a ningún ángel lo que le dijo a Jesús: "Tú eres  mi Hijo, Hoy he llegado a ser tu Padre".
   Dios también dijo: "Yo seré su Padre, y Él será mi Hijo". Además, cuando trajo  a su Hijo supremo al mundo, Dios dijo: "Que lo adoren todos los ángeles de Dios".
    Pero al Hijo le dice: "Tu trono, oh Dios, permanece por siempre y para siempre. Tú gobiernas con cetro de justicia. Amas la justicia y odias la maldad. Por eso oh Dios---tu Dios---te ha ungido derramando el aceite de alegría sobre ti más que sobre cualquier otro".
                                          También le dice al Hijo:
"Señor, en el principio echaste los cimientos de la tierra y con tus manos formaste los cielos. Ellos dejarán de existir, pero tú permaneces para siempre. Ellos se desgastarán como ropa vieja. Los doblarás como un manto y los desecharás como ropa usada. Pero tú siempre el mismo; tú vivirás para siempre".
    "Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies"  (Hebreos 1:5-6; 8:13).

                ¡GLORIA A TU NOMBRE SEÑOR JESUCRISTO! 

miércoles, 18 de febrero de 2015

Devociones: "Guardfianes y Hacedores de su Palabra".

Jesús respondió, y dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.
                                           (Juan 14:23)

     Dios dejó su Palabra para que nos guiara, para que a través de ella supiéramos cómo conducirnos, además de encontrar consuelo y sabiduría. A veces nos relata historias grandiosas de éxito, pero también nos habla de personas que fracasaron por su desobediencia.
       Pero si hay algo que a Dios le conmueve, son los corazones que buscan y aman hacer su voluntad. Aquellos que obedecen y buscan su palabra para dirección. Un guardián a en alguien que cuida, vigila, protege o que custodia algo. Alguien que cuida celosamente y con responsabilidad eso que se le ha encargado.
     Jesús dejó establecido que compartiéramos su Palabra por todo el mundo. Pero para predicar este precioso evangelio de salvación, no basta solo con ser guardianes y emisores de lo que dice la Biblia. Hay también que ser hacedores, hay que vivir esa palabra que leemos y debemos ponerla en acción. Sólo practicándola es como esa Palabra cobrará vida y un poder impresionante que desatará una unción poderosa y fresca.
      Demostramos amor, fidelidad, lealtad y obediencia a Dios cuando nos confrontamos a la luz de las Escrituras y cuando nos reflejamos en ella. Leer libros, reflexiones, poemas, devocionarios, revistas, etc. es muy bueno. Pero no podemos olvidarnos de leer esa Palabra bendita, porque  a través de ella, Dios ministra nuestros corazones y se revela a nuestras vidas haciéndonos conocer su voluntad y propósito para con nosotros.

NUESTRO DESEO CONTINUO DEBE SER EL DE ESCUDRIÑAR SU PALABRA Y PONERLA EN PRÁCTICA DE TAL MODO QUE OTROS PUEDAN VER EN NOSOTROS LA IMAGEN DE CRISTO.  

lunes, 16 de febrero de 2015

Devociones: "En medio de la tormenta".

Me fascina el relato de finales del cap. 14 del Evangelio de Mateo. Mientras Jesús había subida al monte a orar, los discípulos salieron en una barca con destino a la otra orilla del lago.
      El milagro que dio la nota esa tarde había sido la alimentación de los cinco mil. Los discípulos habían hallado en Jesús, no solo a un lider formidable que les traía palabras de otro mundo, del Reino de los Cielos; sino también a uno que estaba en condiciones de dar satisfación abundante a sus necesidades. Pero las sorpresas para ellos, recién comenzaban. Hoy descubrirían que además de sus palabras y capacidad de proveerles, también tenía poder  para protegerles sin importar personas ni circunstancias.
      A la cuarta vigilia de la noche, esto es entre las tres y las seis de la mañana, estaban ya en el medio del lago con destino hacia la otra rivera. En la Biblia, generalmente se utiliza la palabra "mar" para referirse a grandes extensiones de agua, independientemente de su situación geográfica. El viento estaba en contra y el oleaje muy bravo. Cuando Jesús terminó su conversación con el Padre, descendió del monte y caminó directamente hacia ellos.....sobre las aguas.
     Difícil imaginarse las expresiones de terror en los rostros de sus discípulos cuando aparece la figura de Jesús, manto y túnica ondeando en el viento, caminando entre las olas. Creían que estaban viendo una aparición. Rápidamente las palabras de Jesús infunden tranquilidad: Tened ánimo; yo soy, no temáis (Mateo 14:27). Sin embargo, aún en medio de las circunstancias, había alguien que abrigaba en su corazón alguna raiz de duda y ponía a prueba al mismísimo Jesús; Pedro, --Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas, dijo.--Ven, respondió Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús (Mateo 14:28-29).
     Pero poco le duró la aventura a Pedro. Al ver el fuerte viento, a su alrededor tuvo miedo; y comenzando a hundirse, gritaba: Señor, sálvame.
    Quienes hemos vivido suficiente tiempo conociendo a Jesús, hemos atravesado o mejor dicho: hemos intentado atravesar unos cuantos mares en medio de la furia de las olas y los vientos de la adversidad. No puedo menos que sentirme profundamente identificado con la actitud de nuestro amado hermano Pedro. --Si eres tú Señor, entonces haz que ....y a continuación una lista de las grandes acciones que esperamos, Dios obra en nuestras vidas y en las circunstancias por las que  pasamos. Gracias a Dios, rara vez en tales vicisitudes me ha dicho:---Ven, hazlo, concedido. Porque cada vez que lo hizo, no hice otra cosa que como Pedro, meterme en camisa de once varas. Poco duro el saborcito de la victoria. Viviendo las circunstancias de dantescas proporciones  ami alrededor, tuve miedo, mucho miedo, e invariablemente, me hundí.
      Nada hace la Biblia por desimular ni eludir los desatinos de Pedro. Y qué bueno que sea. Porque muchas veces, no podemos salir airosos de la encrucijada caminando por nuestros propios medios, aún por sobre las aguas y habiendo clamado a Jesús. Pedro en todo momento, se refirió a Jesús como "Señor", es decir que a pesar de no saber lo que en verdad le estaba pidiendo a Jesús, en el fondo de su corazón supo exactamente quién era el que caminaba por sobre las aguas cuando oyó su voz.
      Me gusta particularmente la versión de la septuaginta, porque dice exactamente: "Yo Soy", no "soy yo" que puede tener otro sentido o interpretación. Cuando el viento arrecia, cuando las olas rugen y dan con impetu sobre la frágil barca de nuestras vidas, haciéndonos estremecer en medio de la angustia, es cuando necesitamos imperiosamente reconocer que no somos nosotros, que es Su Mano, la mano de "YO SOY", la que nos toma y nos mantiene a salvo de las embravecidas aguas.
      Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
                                    (Hebreos 12:1-2) 

domingo, 15 de febrero de 2015

Devociones: "El milagro de un hijo".

Hoy hago un llamado a aquellos hombres y mujeres que han tenido la gran bendición de ser padres y madres, pero que en medio de sus temores y su falta de responsabilidad, deciden rechazarlos, maltratarlos o abandonarlos.
    Muchas personas creen que un bebé no se da cuenta de las cosas, o no siente ni sabe lo malo que sus padres dicen y hacen; lo cierto es que incluso desde el vientre de su madre ellos pueden experimentar cada emoción y sentimiento de sus padres y de aquellos que se encuentran a su alrededor. Con mayor razón, los niños(as) que ya han nacido y que les toca ver o vivir situaciones en las que diariamente están expuestos al maltrato y al menosprecio, quedan marcados en su interior con tales experiencias neagtivas, las cuales perjudicialmernte a lo largo de su desarrollo espiritual psicológico, fisiológico y social.
     Padres madres, valoren el hermoso regalo que Dios les ha brindado "el milagro de un hijo"; ustedes tienen una gran responsabilidad delante del Señor y a Él darán cuentas de cada experiencias, instrucción, enseñanza y ejemplo que le ofrecen a sus pequeños. Cuídenlos ámenlos y traten de brindarles lo mejor de ustedes cada día; sean ustedes imitadores dignos de nuestro Señor Jesucristo, para que sus hijos puedan imitar el digno ejemplo que ustedes les dan. La mejor herramienta que tienen para formar a sus hijos como hombres y mujeres de bien, es la Palabra de Dios; léanla, escudríñenla y úsenla para relacionarse adecuadamente con sus hijos, verán cuán diferente es educarlos bajo la dirección de Dios.
     Bendigo sus vidas y la vida de su descendencia, le pido a Dios bondad y que derrame sobre cada uno de ustedes una unción especial para que puedan instruir y guiar a sus hijos conforme su divina voluntad y el día de mañana puedan disfrutar de la gran cosecha que negociarán por las buenas siembras que hacen cada día en la vida de sus hijos. "No se engañen ustedes mismos, porque de Dios no se burla nadie. Uno cosecha lo que siembra" 
(Gálatas 6:7).
     Pidan perdón a Dios en el nombre de Jesucristo, por todos los errores que como padres han cometido. El Señor no desprecia un corazón arrepentido. Él tendrá misericordia y les concederá su perdón; además, les dará la sabiduría, el amor y la conciencia que necesitan para seguir educando a sus hijos según sus propósitos. Y pidan perdón a sus hijos también en el nombre de Jesucristo, para que sus corazones sean sanos y puedan obtener la libertad que sólo por medio de Cristo Jesús podemos alcanzar. "Si decimos que no pecamos, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros; pero si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará. Él es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:8-9).
  "Si alguno de ustedes le falta sabiduria, pidela a Dios, y Él se la dara. Dios es generoso y nos da todo con agrado".  (Santiago 1:5).
   Si se cansan de pedir, y Dios les dará; sigan buscando, y encontrarán; llamen a la puerta una y otra vez, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abrirá" (Mateo 7:7-8).

    ¡PADRE CELESTIAL, ACOGE CON TU AMOR PATERNAL A AQUELLOS PEQUEÑOS QUE NO TIENEN HOY EL AMOR DE SUS PADRES, EN EL NOMBRE DE JESÚS. AMÉN!. 

sábado, 14 de febrero de 2015

Devociones: "Dios lo hizo".

Tengo un querido amigo desde hace muchos años. Nos conocimos en la Iglesia. El era aún un niño y yo un joven maestro de la Escuela Dominical. El tiempo pasó, ninguno de los dos ya somos parte de aquella comunidad. Tomamos rumbos distintos, ambos crecimos y hoy somos adultos y padres de familia. Nuestra amistad sufrió algunos períodos de "freezer" y franco estancamiento. Sus padres aún viven, son gente de mucha vitalidad y muy activos en la comunidad. Con ellos también desarrollé una gran amistad y en mis épocas de joven maestro--aunque no lo saben, nunca se los dije---tuvieron un valioso e importante papel de contención con quien esto escribe.
      En aquella lejana época, como parte de la liturgia del domingo por la mañana, el pastor comenzó a leer un devocional que a principios de los "80 no se descargaba de Internet, sino elegido de un librito que llegaba por correo. Luego de algunas semanas, me delegó esa parte a mí. Él alegía el devocional a leer y en determinado momento del culto me llamaba para compartirlo desde el púlpito. A mis jóvenes veinte años, era todo un acontecimiento. Habida cuenta de que fue la primera responsabilidad que tuve en una Iglesia.
    Una de las últimas veces que nos vimos con mi amigo, me hizo saber que aunque en aquella época él era un niño todavía, recordaba  esos momentos cuando quien esto escribe pasada a leer el devocional desde el púlpito. Debo confesar que una gran emoción me invadió. Se me hizo un nudo en la garganta, y en voz baja y con gran esfuerzo para articular palabra, le respondí: --Hoy los escribo.
     Hoy caigo en la cuenta de que Nuestro Amado Papá Celestial, además de abrir camino y puertas, me ha ido proveyendo en el transcurso del  tiempo de todas las herramientas necesarias no solamente para escribir y enviar los escritos puntualmente y a través de los medios necesarios, sino también para crecer, aprender, capacitarme, pulir esa condición o habilidad innata de expresarme a través de la palabra escrita. No digo que ya lo haya logrado ni que la tarea esté culminada. En todo caso, en pleno desarrollo; habida cuenta de que se trata de un proceso, no de unos años, sino de toda una vida. Es que así es Dios. No te pone en un ministerio si no te ha provisto absolutamente de todos los elementos y herramientas que necesitas para ello, y esto incluye además de lo material, también lo relacionado con actitud y aptitud, es decir "tanto el querer como el hacer" (Filipenses 2:13).
     Hay ministerios que resultan ser "más caros" y/o más difíciles que otros, ya sea por el nivel de capacitación y entrenamiento o por las herramientas que requieren para su desarrollo y ejecución. Ello implica indudablemente según casos, situaciones y personas, mayores o menores esfuerzos de nuestra parte, tanto en lo físico y material, como en lo mental y en lo espiritual. A nosotros nos toca el esfuerzo y la fe EN OBEDIENCIA. A Nuestro Amado Dios, el resto.
     Un reconocido profesional no creyente, me dijo una vez esto: "- ¿De qué te sirve juntarte cuarenta mil dólares al año, si un día te estrellas con el auto o te enfermas y tienes que gastar no sólo eso, sino mucho más para recuperarte y sin poder disfrutarlo?". No pretendemos decir con esto que sea malo ahorrar, sino puntualizar el objeto de la acción.
    En cambio, a la salida del templo y después de haber disfrutado durante el culto del excelente sonido de la guitarra y de una brillante ejecución, por cierto; refiriéndose al instrumento y al equipo, un creyente quien ha sido favorecido con bienes y un excelente trabajo, me dijo: "¿Sabes cuánto me costó esto? Todavía me está doliendo" Sin comentarios.
     Hoy no puedo menos que dar gracias con humildad y con mucho respeto por ambas declaraciones. Porque caigo en la cuenta de que a pesar de lo importante que considere mis esfuerzos y logros, no importa si en lo material y económico, lo físico, lo mental o lo espiritual; lo mío fue sólo OBEDIENCIA y nada más que eso.

                                             DIOS LO HIZO

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
                                            (Efesios 2:10)
¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.
                                         (Lucas 17:7)

viernes, 13 de febrero de 2015

Devociones:"De las excusa a la aventura".

"Pues Dios no nos ha dado un espiritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina"   (2 Timoteo 1:7)

     La semana pasada nuestra congregación se movilizó para un evento Feliz. Aprovechando la entrada de verano, la subida de las temperaturas y un cielo totalmente despejado, nos fuimos a la playa para celebrar un culto de bautismo. Quieríamos disfrutar de un día de compañerismo y toda una jornada de merecido asueto. Estábamos  ansiosos por llegar y contemplar la belleza del pasaje acogedor de la zona del Portíl. Un sitio de ensueño del Océano Atlantico, aquí, en el sur de España.
     La algarabía de los niños, las bromas de los jóvenes y la charla de los adultos amenizaban el viaje que prometía ser inolvidable. Llegamos el aparcamiento como un ejército que desembarca para tomar un territorio hostil. Armados con sillas de playa, sombrillas y neveras de plástico, caminamos hasta la arena con entusiasmo pueril. Todo parecía sacado de un catálogo de viajes. La brisa era perfecta a la sombra de los pinos donde nos refugiamos. Todo estaba bien, todo menos el agua.
     Nací y me crié en el caribe. El agua allí es literalmente tibia, casi caliente. Es una sauna natural, un agradable remanso de millones de metros cúbicos de aguas casi termales. Nada que ver con la temperatura del agua del Atlántico. El calor del día desentonaba con la temperatura del agua. Yo estaba reticente  a entrar en ella, pero tenía que hacerlo, era el ministro que bautizaba. Celebré la ordenanza con estoica disciplina, pero una vez hubo terminado, salí del agua con una velocidad que hubiera sorprendido a un corredor olímpico. Apenas me sentía las piernas por lo que propuse no volver a entrar en todo lo que quedaba de día. Había tenido más que suficiente y no quería repetir la experiencia.
     No había terminado de secarme con la toalla cuando observé que habían entrado al agua todos: niños, jóvenes y adultos. Sonreían estrepitosamente mientras se salpicaban a propósito agua a la cara. Disfrutaban en el gélido mar como pingüinos en su habitar natural. No me lo podía creer. Yo salvaguardando mi vida de una segura hipotermia y ellos haciendo alarde de distintos tipos de estilos de natación. La primera impresión es la más difícil, me decían  a voces. Luego te acostumbras, continuaban explicando. Sonreí diplomáticamente, pero no entré al agua. Me quedé todo el día a buen resguardo, en la seguridad d elo menos arriesgado.
    Llegamos a casa esa tarde complacidos de haber tenido una jornada de ocío merecido. Mi esposa y mios hijas con ganas de repetir otra vez. Por mi parte, repasé el día entero y aunque la suma de todo lo vivido fue gratificante, recordé que no me había bañado con mis amigos, ni lancé chorros de agua con mis hijas. Estaba demasiado fría el agua para no echar cuenta de ella, pensé todo el tiempo. Me perdí experiencias estimulantes por una aversión, solucionable, al agua fria.
    Puedo volver  ala playa cuando quiera y puedo enmendar mi falta de entusiasmo para la próxima vez. Sin embargo, me pregunto cuántas oportunidades he perdido de hacer ciertas cosas en la vida, por el solo hecho de que algo insignificante, pero molesto, me lo ha impedido. He despreciado experiencias enriquecedoras con los pretextos más disímiles. Revisó mio vida y veo una larga lista de excusas: No lo haré porque es lunes. No lo haré porque consume mucho tiempo. No lo haré porque.....Por cada excusa he perdido una oportunidad.
      Como dijera el reflán popular: "El problema no es tanto tropezar con la piedra, como encariñarse con ella". Como La metamorfosis de Kafka, debo ser transformado, debo ser transformado, sólo que a la inversa. Tomar decisiones que me hagan más abierto a lo desconocido. No perder el sentido de aventura que Dios nos da a todos los seres humanos. Debo ser más optimista, más emprendedor, más niño. Caleb a sus 85 años no puso como impedimento su edad, o lo peligroso que era conquistar una ciudad amurallada sobre un monte. Fue y conquistó aquello que quería, sin calcular tanto los imposibles.

     Ya sea un inocente chapuzón en una playa demasiado fría, o la conquista de una ciudad, el principio es el mismo. Hay que ser valiente, tener un espíritu aventurero y enfrentar con entusiasmo los desafíos. pequeños o grandes, de la vida. Sólo así podremos vivir al máximo de nuestro potencial. Sólo de esta manera podremos mirar atrás con beneplácito. Atesorando cada experiencia como una oportunidad vivida a plenitud para la gloria de Dios. 

jueves, 12 de febrero de 2015

Devociones: "¿Cuántas plagas se necesitan? ".

Al leer la historia de la liberación de Israel de Egipto, podemos notar como se necesitaron diez plagas (Éxodo capítulos del 7 al 11), para que el Faraón cediera y permitiera que Israel se fuera.
   Diez plagas que tenían como objetivo además de mostrar el Poder Sobrenatural de Dios Todopoderoso, humillar a los dioses egipcios.
   Faraón así como todo su pueblo fueron testigos de lo impresionante de cada una de estas plagas, todo era obra maravillosa de Dios. milagros sobrenaturales que  a simple vista solo podían ser atribuidas a un Dios verdadero capaz de hacer lo que hasta ese momento nadie había visto.
    De pronto el agua se convirtió en sangre, luego una plaga de ranas inundó todo Egipto, luego aparecieron una plaga de piojos, después las moscas insoportables, luego el ganado sufrió su plaga, luego el granizo hizo su aparición, luego las ulceras sobre los egipcios eran terribles, después las langostas aparecieron, luego la plaga de tinieblas que dejaron en oscuridad total a Egipto y por último las plaga de la muerte de los primogétitos.
     Faraón fue victima de cada una de esas plagas, pero se necesitaron 10 plagas para que comprendiera que Dios insistía para que dejara ir a su pueblo.
    Al igual que Faraón muchas veces nosotros estamos viendo como Dios esta insistiéndonos de una u otra  forma que tomemos decisiones importantes en nuestra vida.
     En ocasiones Dios esta tratando con nuestra vida, hablándonos por medio de alguien, por medio de un suceso, una experiencia, un niño, una predicación, una canción o cualquier medio que Él quiera utilizar para llamar nuestra atención y para que entendamos su voluntad para nuestra vida, pero a veces somos  tan tercos, tan testarudos que aun viendo como Dios esta mostrándose a nuestra vida, simplemente endurecemos nuestro corazón.
    Posiblemente Dios ha estado insistiéndote en algo especifico, pero hasta hoy no has puesto atención o simplemente no has querido obedecer lo que Dios te esta diciendo que hagas.
    ¿Cuántas plagas se necesitan para que entendamos y ablandemos nuestro?, ¿Qué es lo que Dios necesita hacer para que le prestes atención? ¿Por qué permitir que cosas difíciles nos ocurran para entonces volver nuestra mirada a Dios y obedecer?.
     Hoy quiero que reflexiones sobre eso que  Dios te ha estado insistiendo, hoy quiero que por un momento traigas a tu mente esa decisión que Dios te ha estado insistiendo a que tomes pero que tú hasta hoy has estado retrasado.
    Hoy es día de decidir, hoy es día de ser valiente y obedecer el mandato de Dios, no tengas miedo de los resultados, porque si Dios es quien te ha insistido a tomar esa decisión, entonces Hazlo. Porque Dios actuará a tu favor.

    ¡NO RETRASES LO QUE DIOS YA TE CONFIRMO!

"Como se acaba de decir: "Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión".
                                     (Hebreos 3:15) 

martes, 10 de febrero de 2015

Devociones: "Corazones duros y mentes cauterizadas".

Es increíble lo fácil que se nos hace caer en los errores de los que ya fuimos más de una vez prevenidos, o cometer errores en las áreas en las que ya fuimos instruidos. Pero somos así, vulnerables, fáciles para cometer errores, duros de corazón muchas veces, con cierta altivez que nos hace pensar que lo sabemos todo y que no hay nada que no este bajo nuestro control.
     Pero, ¿Qué pasa cuando cometes uno de esos errores de los que no hay vuelta atrás?, de esos errores en los que se te dijo una vez que no fuéramos a cometer y sin embargo fuiste y caíste.
    Lastimosamente tenemos que reconocer que muchas veces nuestro corazón se convierte en un corazón de piedra y sumado a que nuestra mente muchas veces se cauteriza frente al pecado, podemos llegar a la conclusión que estamos más cerca fracasar que de obtener victoria alguna.
   ¿Cuándo nuestro corazón se convierte en piedra?, cuando deja de latir para agradar a Dios y comienza a pensar solo en beneficios y en satisfacción propia.
    ¿Cuándo nuestra mente se cauteriza?, cuando el pecado que cometemos ya no causa en nosotros el mínimo sentimiento de culpa sino que lo vemos como algo normal, cuando en realidad no lo es. ("El Espíritu Santo ha dicho claramente que, en los últimos tiempos, algunas personas dejarán de confiar en Dios. Serán engañadas por espíritus mentirosos y obedecerán enseñanzas de demonios. Le harán caso a gente hipócrita y mentirosa, incapaz de sentir vergüenza de nada" (1 Timoteo 4:1-2).
    La reflexión de este día es: ¿Cómo esta nuestro corazón? ¿Cómo esta nuestra mente?, ¿Realmente nuestro corazón late para Dios?, ¿Realmente nuestra mente piensa solo en agradar a Dios?.
    Ay de aquellos Que dejaron que su corazón dejara de latir para Dios. Ay de aquellos Que permitieron que su mente dejara de sentir vergüenza por pecar. Ay de aquellos Que aun reconociendo que su corazón se ha convertido en piedra y su mente se ha cauterizado no quieren hacer nada para volver a las sendas antiguas.
    La única forma de revertir un corazón de piedra es a través de la humildad, esa humildad que me lleva a reconocer que no estoy bien y que me debo a Dios. La única forma de revertir una mente cauterizada es a través de la sinceridad, esa sinceridad que me lleva a reconocer que nunca debo acomodarme a una vida de pecado constante.
   Hoy es un buen día para tomar como propia la Palabra que Dios declara en el siguiente pasaje bíblico:
   
   "Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios"
                                       (Ezequiel 11:19-20)

¡ES TIEMPO DE SER HUMILDES Y SINCEROS PARA VOLVERNOS A DIOS!
"Para ti, la mejor ofrenda es la humildad. Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente".
                                       (Salmo 51:17)

lunes, 9 de febrero de 2015

Devociones: "Camino Angosto".

Jesús nunca dijo: "Vengan en pos de mi que el camino será muy pero muy fácil". Al contrario siempre nos previno que el camino no será fácil pero que El siempre iba a estar con nosotros, que no había nada que temer si Él estaba de nuestro lado.
    Jesús dijo lo siguiente: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan". (Mateo 7:13-14).
    La realidades es que a veces sentimos que ya no podemos transitar más por este camino angosto, sentimos que las fuerzas se nos acaban, que nuestro anímo mengua, que las circunstancias que nos rodean cada vez se ponen más en nuestra contra y a veces llegamos a meditar en el lecho de rendirnos.
  Pero hay algo que nunca nos deja que nos rindamos y es el Espíritu Santo de Dios en nuestra vida, quien nos redarguye, quien nos fortalece en medio de la batalla y nos hace sentir que Dios no nos abandona por muy difícil que el panorama se ponga.
    Personalmente llevo andando en este camino más de la mitad de mi existencia, claro que ha habído momentos en los que he sentido que ya no puedo más, otros momentos en los que he estado a punto de rendirme, otros en los que me he cansado de luchar con lo mismo y no ver resultados favorables, sin embargo, en cada momento en el que me he querido rendir, siempre Dios me ha sorprendido con su presencia, siempre Él me ha hecho sentir que no estoy y que no he sido llamado a rendirme ni a retroceder. Es en esos momentos en donde recuerdo que desde un inicio sabía que esto no sería fácil, pero también recuerdo que soy más que vencedor, que aunque las cosas parezcan mal, al final todo estará bien, que aunque todo se ponga en mi contra, al final Dios me dará la victoria.
    Por eso lucho cada día, por eso sigo transitado en este camino angosto, porque a pesar de mis muchos errores y tropiezos, a pesar de que las circunstancias la gran mayoría de veces no estén a mi favor, sé que al final Dios cumplirá su propósito en mí.
    Por eso no me rindo, porque sé que Dios no ha terminado conmigo, porque sé que Él todavía tiene algo que hacer en mi vida y que Él no ha dictado la última palabra.
    El camino puede ser angosto y difícil, pero mi Dios me acompaña y hasta en ocasiones me carga en sus brazos cuando ve que por más que intento no puedo, eso y más me emociona y me alienta para ponerme nuevamente de pie y seguir transitado por este camino angosto, pero que al final me llevará a la vida.
    Yo no elegí a Dios. Él me eligió a mi (Juan 15:16), por lo tanto no voy a defraudarlo, voy a luchar cada día de mi existencia para seguir transitando por este camino, porque al final me espera una eternidad junta a Él en donde no habrá más llanto ni dolor. (Apocalipsis 21:4)

¡NO TE DES POR VENCIDO! ¡SIGUE TRANSITANDO POR ESTE CAMINO ANGOSTO!  

miércoles, 4 de febrero de 2015

Devociones: "Cree en el perdón de Dios, recíbelo y no vuelvas a pecar".

No sé si alguna vez has experimentado la vergüenza al pecar o fallarle al Señor, el temor y la indignación que invade el espíritu es tan grande que difícilmente se puede disimular la tristeza que genera tal experiencia. Lo impresionante es que si realmente eres un hijo de Dios, cuando le fallas, el Espíritu Santo trae a tu corazón la convicción de que has pecado e inmediatamente sientes la necesidad de humillarte y rendirte a sus pies para clamar por su perdón y su misericordia, y Él en su infinita gracia nos recibe con sus brazos de amor y la bondad sin preocuparnos ¿por qué o qué hiciste? tan solo mira nuestro corazón y se agrada de nuestro sincero arrepentimiento. Cuán maravilloso es nuestro Dios: "Tú no te deleitas en los sacrificios ni te complacen los holocaustos; de lo contrario, te los ofrecería. El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido". (Salmo 51:16-17).
     Lo triste en algunos casos, es que muchos que se creen perfectos están listos para lanzar sus ataques de condenación y maldición debido a la caída que has tenido y fácilmente puedes darle la importancia que no tienen ni se merecen, pues ya has ido a la presencia de Dios con un corazón contrito y humillado para buscar su perdón y su misericordia; y por supuesto. Él que es fiel y justo te ha concedido la gracia de tu redención por medio de Jesucristo su Hijo Amado, deberías darle mayor valor a esta hermosa obra y no a los juicios que un simple mortal profiere en tu contra. "Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros". (1 Juan 1:9).
    Muchas personas no alcanzan a entender la manera en que Dios nos ama y cómo su amor inagotable cubre todo pecado cuando nos arrepentimos sinceramente delante de su presencia. Algunos, debido a las murmuraciones, maldiciones y condenaciones que lanzan en su contra por haber fallado lamentablemente muchas veces ejercidas por los mismos ministros o líderes eclesiásticos, deciden apartarse de Dios supuestamente por lo indignos que los hacen sentir o por la carga emocional que genera la situación una consecuencia de  depender de un simple mortal o de una denominación netamente religiosa en lugar de depender de la Palabra de Dios; y por otra parte, una absurda excusa para justificar el deseo de apartarse del camino de nuestro Señor Jesucristo, en lugar de creer en el perdón de Dios, recibirlo y esforzarse por no volver a pecar. "Jesús dijo: ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? y respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más" (Juan 8:1-11).
    No existe ningún pretexto para alejarnos de la presencia de Dios. Si realmente nos hemos arrepentido de nuestros pecados y hemos recibido el perdón que por fe y por gracia nuestro Padre nos concede en Cristo Jesús, no tenemos porque atemorizarnos por lo que los demás puedan opinar de nosotros, por las maldiciones que puedan proclamar con sus labios en contra nuestras o por el señalamiento de las faltas que Jesucristo ya borró con su divina sangre. "Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados". (Isaias 43:25).
     Lo más importante es que ahora estamos reconciliados con el Señor y que nuestro diario propósito es dejar de pecar por amor al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. "Los que son de Cristo han  crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos". (Gálatas 5:24). Debemos estar atentos porque Satanás anda como león rugiente buscando a quien devorar
 (1 Pedro 5:8), recuerda que su principal objetivo es hacer que nos apartemos de Dios; así que, más bien abre los ojos y ponte alerta porque tal vez aquellos que te condenan y te juzgan cuando caes en tentación son enviados suyos. No les des gusto, no les des importancia; que te importe no fallarle a Dios, que te importe lo que Él piensa de ti y no lo que pueda pensar otra persona quizá más carnal que tú.
    Sigue adelante en las obras que Dios ha trazado para ti, aférrate cada vez más de su diestra poderosa, busca su presencia, busca hacer su voluntad, disfruta de una relación genuina con Él y procura seguirlo en todos sus caminos. Él se encargará de los que pecan hablando lo que no saben acerca de ti y de tu relación con Él.
   Hay que orar sin cesar, sumergirnos en la Palabra de Dios, meditar en ella de día y de noche para que podamos fortalecernos en sus propósitos y así seguir siendo perfeccionados por la mano del Señor Jesucristo hasta el día en que nuestro Padre decida enviar por nosotros. "Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios" (Hebreos 12:2)

   ¡QUE NADA NI NADIE SE CONVIERTA EN TU EXCUSA PARA ALEJARTE DE DIOS, NUNCA LO PERMITAS!

martes, 3 de febrero de 2015

Devociones: "Aprender a quererme".

Hace un tiempo atrás, alguien me dio  a conocer una revelación que tenía mucho que ver con mis años de juventud, mis amigos de entonces, que hoy siguen siendo los mismos, mi noviazgo con quién actualmente es mi esposa. No valen la pena los detalles. Lo que sí me resulta oportuno poner de relieve es que esa noche podía haber afuera un cielo bellamente estrellado, pero para mí resultó ser una noche cerrada en tinieblas y oscuridad. De más está decir que mi estado anímico no era el mejor, precisamente. Luego de esto fue aún peor al sumarle la opresiva decepción que experimenté al conocer lo que se me revelaba acerca de la supuesta actitud de quienes consideraba no mis amigos, sino 
¡mis hermanos!.
    Al conocer esa terrible versión, por un momento me aturdí y ciego de ira, profundamente decepcionado y ya no con "raíces de amargura" (Hebreos 12:15) sino con un bosque entero de dolorosa amargura en mi corazón, me senté en la computadora  que a las doce de la noche aún estaba encendida, y escribí un mail "bomba" a mis amigos reprochándoles severamente su supuesta actitud de hacia veinticinco años e insultándolos gravemente. Alguna vez escribí que si te gusta un libro o un artículo, a veces--no siempre, claro está--no es la mejor idea querer a su autor. Pues bien, parece que este es uno de esos casos. ¿Quién dijo que los escritores y cristianos no tenemos momentos así? Nunca en mi ceguera pasó por mi cabeza que tal vez esa revelación podía ser una interpretación personal y subjetiva de ciertas conductas, actitudes y circunstancias; pero que sin ánimo de mentir, no necesariamente la verdad objetiva. Muchas veces, con convicción y con las mejores intenciones de nuestro corazón, decimos "nuestra propia verdad", lo cual no implica que nuestra versión de las cosas sea necesariamente la más objetiva.
     Había formas más "civilizadas", pero por sobre todas las cosas mas CRISTIANAS de proceder. Pues, bien, esa noche "el viejo hombre" (Efesios 4:22) emergió con todo su furor y lo que Dios me había dado para su Honra, para ministrar y enaltecer su Nombre fue utilizado para atacar, romper y destruir: la palabra. Aunque días después, más tranquilo, volví a sentarme en la misma computadora y pedí perdón por el terrible desatino de aquella noche, al momento de escribir esto ha transcurrido ya tiempo. Algunos amigos aún no quieren hablarme ni escribirme. En cambio, esa semana, un amado lector y amigo de Buenos Aires, me llamó. "¿Ya bajaste un cambio?" preguntó afectuosa y pacientemente. Un nudo se hizo en mi garganta y apenas si atiné a decir "sí...."· Gracias mi amado hermano.
    Esta terrible anécdota, junto con sus consecuencias y la actual actitud de no poder perdonar mi lamentable exabrupto de algunos quienes muchas veces me dijeron "mi hermano te amo", sirvió de algo; como no podía ser de otra manera con quienes "aman a Dios y conforme a su propósito son llamados" 
(Romanos 8:28). Me recordó algo de mi juventud, que ya creía completamente superado y olvidado.
    Cuando era un joven no sabía perdonar. Cualquier cosita que alguien me hiciera, por pequeña que fuese a mí me ofendía sobremanera y no la podía perdonar. Aún cuando tenía claro que Dios me había amado y todo me lo había perdonado, nada más ni nada menos que a mí.
     Muchos años de lucha y oración me llevó conocer la raíz del problema. Quien esto escribe tenía muy baja autoestima. Por ello creía que cuando cometía alguna falta contra mí, lo hacía porque  yo era poca cosa y le resultaba fácil ofenderme en lo más absoluto d emi indefensión y en medio de la total impunidad.
    Antes de aprender cómo perdonar, tuve que entender primero que anda d elo malo que a mí me había pasado lo había elegido ni provocado yo, y a partir de ese punto comenzar y aprender a quererme a mí mismo.
    La emoción y la tristeza que es para bendición (2 Corintios 7:10); las lágrimas afloran al momento de escribir estas lineas, de revivir el pasado para edificar en la vida de otros, para edificar en la vida. Y es que sólo en la medida en que yo mismo pude comenzar a quedarme, pude ir entendiendo el amor de Dios hacia mi persona y todo lo que me había sido perdonado en la cruenta cruz del Calvario. Y es que no se da lo que no se tiene. Si no recibiese perdón difícilmente puedas tenerlo para poder dárselo a otro.

        En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
                                     (Efesios 4:22-27)   

domingo, 1 de febrero de 2015

Devociones: "Él te eligió".

"No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé".
                                        (Juan 15:16)

    Es increíble pensar que Dios fue quien me eligió, es maravilloso pensar en que también te elidió a tí, ¿Quienes éramos?, sin embargo Él vio algo bueno en nosotros, porque nos vio con ojos de amor, con planes a futuro, vio en nosotros esa capacidad de amarlo y servirle y entonces nos eligió.
   Quizá estos días te has sentido inservible, quizá has pensado que no eres bueno para algo, sin embargo eres más que eso, eres UN ELEGIDO DE DIOS. El mismo te eligió. Él te buscó y trazó un plan maravilloso para que te encontraras con Él, planeó ese día especial en el que tu corazón se iba a decidir por Él, porque Él te había elegido para algo especial.
     Tú eres hijo o hija de Dios y eso es mucho, nunca te creas poca cosa, nunca creas que no vales nada porque vales mucho, vales la sangre de Cristo, ese fue el precio para redimirte.
    No permitas que el enemigo introduzca en tu mente pensamientos de menosprecio hacia ti mismo, no escuches su voz que lo único que quiere es hacerte creer que no eres perdonado o que no mereces ser hijo o hija de Dios, porque para Dios eres importante.
    Aunque te cueste tarea comprenderlo tienes que saber que para Dios eres importante y especial, tan importante que cada día busca la manera de recordártelo y hoy lo quiere hacer a través de estas líneas: TU ERES ESPECIAL PARA DIOS, ÉL TE ELIGIÓ PERSONALMENTE.
   Hoy quiero que levantes tu rostro y dejes de ver hacia el suelo, hoy tienes que ver que cerca de ti esta alguien que te ama, alguien para el cual eres su especial tesoro, alguien que te eligió para algo especial, hoy quiero invitarte a creer firmemente que Dios cumplirá su propósito en ti, porque si te llamo y te elijo personalmente es porque cumplirá un plan perfecto en ti.
    Dios nunca deja obras inconclusas y Él te eligió para algo especial, sonríe al sentirte dichoso de tan grande privilegio, sonríe que Dios mismos te eligió y que cumplirá en ti el plan que tiene diseñado para tu vida.
    ¡Adelante! ¡No te des por vencido! ¡Dios no ha terminado contigo! ¡Levanta tu cabeza y pon tu vista al cielo porque de allí tu! ¡Dios te eligió cumplirá su plan en ti!

                            ¡TÚ ERES UN ELEGIDO DE DIOS!