sábado, 25 de noviembre de 2017

Devociones: "La ayuda adecuada".

      "Y yo, si soy levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo".
                                                    (Juan 12:32)

    Pocos comprendemos las razones de la muerte de Jesucristo. Si todo lo que necesitan los seres humanos es simpatía, entonces la Cruz de Cristo es un absurdo, y no hay en absoluto necesidad de la misma. Lo que el mundo necesita no es "un poco de amor" sino una cirujía radical.
     Cuando te encuentras cara a cara con una persona que está espiritualmente perdida, recuerda a Jesucristo en la Cruz. Si tal persona puede acceder a Dios de alguna otra manera, entonces la Cruz de Cristo es innecesaria. Si crees estar ayudando a los perdidos con tu simpatía y comprensión, eres un traidor a Jesucristo. Has de mantener tú mismo una relación correcta y adecuada con Él, y derramar tu vida para ayudar a otros a Su manera, y no de una manera humana que deje a Dios de lado. El lema de la religión modernista y mundanal de nuestros días es servir de una manera agradable y sin confrontaciones.
    Nuestra única prioridad ha de ser presentar a Jesucristo crucificado, levantarlo todo el tiempo (1 Corintios 2:2). Toda creencia que no esté arraigada en la Cruz de Cristo conducirá al extravío. Pero si el obrero mismo cree en Jesucristo y está confiando en la realidad de la redención, sus palabras convencerán a los oyentes. Lo sumamente importante es que la relación sencilla del obrero con Jesucristo sea intensa y en aumento. Su utilidad para con Dios depende de esto, y sólo de esto.
    El llamamiento del obrero neotestamentario es denunciar el pecado y revelar a Jesucristo como salvador. No puede ser siempre atrayente y amistoso, sino que debe estar dispuesto a ser firme para llevar a cabo una cirujía radical. Somos enviados por Dios para exaltar a Jesucristo, no para pronunciar discursos elocuentes y agradables. hemos de estar dispuestos a examinar a otros tan profundamente como Dios nos ha examinado a nosotros. Hemos de agudizar nuestros sentidos, prestando atención  a los pasajes de la Escritura que presenta la verdad descarnada y luego aplicarlos sin temor. 

viernes, 24 de noviembre de 2017

Devociones: "La vida más excelente".

"La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón.....".
                                           (Juan 14:27)

     Cada vez que experimentamos una situación difícil tendemos a dar las culpas a Dios. Pero somos nosotros los que erramos, no Dios. Culpar a Dios es evidencia de que estamos rehusando abandonar alguna desobediencia en alguna parte de nuestras vidas. Pero tan pronto como dejamos el lastre, todo se nos hace tan claro como la luz del día. Siempre que tratamos de servir a dos señores, a nosotros mismos y a Dios, tendremos serías dificultades combinadas con duda y confusión. Nuestra actitud ha de ser la de apoyarnos totalmente en Dios. Cuando lleguemos a este punto, el vivir la vida cristiana se hace cosa fácil. Encontramos dificultades cuando intentamos usurpar la autoridad del Espiritu Santo para nuestros propios propósitos.
    La señal de aprobación de Dios, cuando le obedeces, es la paz. Él nos concede una paz indescriptible, profunda; no una paz natural "como el mundo la da", sino la paz de Jesús. Si la paza no llega, espera hasta que venga, o trata de descubrir por qué no viene. Si estás actuando bajo tu propio impulso, o para ser visto por otros, la paz de Jesús no se hará patente en ti, pues no muestras unidad con Dios, ni confianza en Él. El espíritu de sencillez, claridad y unidad nace por el Espiritu Santo, no por tus decisiones. Dios contrarresta nuestras decisiones voluntariosas con un llamamiento a la sencillez y a la unidad.
    Mis dubitaciones aparecen cuando dejo de obedecer. Pero si obedezco a Dios, aunque surgen problemas, no surgen entre Dios y yo, sino como medio de que mi mente siga examinando asombrada la verdad revelada por Él. Cualquier problema que se interponga entre Dios y yo es el resultado de la desobediencia. Cualquier dificultad que me sobrevenga mientras obedezco a Dios (y habrá muchas) aumenta mi deleite lleno de gozo, porque sé que mi Padre conoce y cuida de mí. De tal forma que puedo observar y anticipar cómo resolverá Él mis problemas. 

jueves, 23 de noviembre de 2017

Devociones: "La ofrenda de lo natural".

"Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, y otro de la libre".
                                           (Gálatas 4:22).

     En este capítulo de Gálatas. Pablo no trata sobre el pecado, sino de la relación de lo natural con lo espiritual. Lo natural sólo puede ser espiritual por la vida del sacrificio. Sin éste, la persona tendrá una vida dividida. ¿Por qué exigió Dios que se sacrificase lo natural? Dios no lo exigió. No es la perfecta voluntad de Dios, sino Su voluntad permisiva. La perfecta voluntad de Dios era que lo natural fuese transformado en espiritual mediante la obediencia. El pecado fue lo que hizo necesario que lo natural fuese sacrificado.
     Abraham tuvo que ofrecer a Ismael ante de ofrecer a Isaac (véase Génesis 21:8-14). Algunos de nosotros estamos intentando ofrecer sacrificios espirituales a Dios antes de haber sacrificado lo natural. La única manera en que podemos ofrecer un sacrificio espiritual a Dios es "presentar [nuestros] cuerpos como sacrificio vivo....(Romanos 12:1). La santificación significa más que ser liberados del pecado: es la entrega deliberada de mí mismo al Dios de mi salvación, y estar dispuesto a pagar el precio que sea necesario.
    Si no sacrificamos lo natural a lo espiritual, la vida natural resistirá y desafiará la vida del Hijo de Dios en nosotros produciendo perturbación. Éste es siempre el resultado de una naturaleza espiritual indisciplinada. Nos equivocamos porque rehusamos tercamente disciplinarnos física, moral o mentalmente. Nos excusamos diciendo: "Cuando era niño no me enseñaron disciplina". ¡Pues disciplínate ahora! Si no lo haces, arruinarás toda tu vida personal para con Dios.
    Dios no está involucrado activamente con nuestra vida natural si continuamos  mimándola y gratificándola. Pero cuando estemos dispuestos a sacarla al desierto y determinados a ponerla bajo control, Dios estará con ella. Entonces proveerá pozos y oasis y cumplirá todas sus promesas para lo natural (véase Génesis 21:15-19).   

lunes, 20 de noviembre de 2017

Devociones: "Santuario del Espiritu Santo".

                  ".....solamente en el trono seré yo mayor que tú".
                                                      (Génesis 41:40)

       Soy responsable delante de Dios por la manera en que controlo mi cuerpo bajo Su autoridad. Pablo dijo: "No desecho la gracia de Dios", es decir, hacerla nula o ineficaz (Gálatas 2:21). La gracia de Dios es absoluta y sin límites, y la obra de la salvación por medio de Jesús es completa y consumada para siempre. No estoy en el proceso de ser salvo: soy salvo. La salvación es tan eterna como el trono de Dios, pero he de poner en funcionamiento o utilizar lo que Dios ha puesto dentro de mí. "Llevad a cabo la obra de vuestra misma salvación"(Filipenses 2:12) significa que soy responsable de utilizar lo que Él me ha dado. Significa también que debo mostrar en mi propio cuerpo la vida del Señor Jesús, no de manera misteriosa o secreta, sino con valentia, abierta y espontáneamente. "Trato severamente a mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre....." ( 1Corintios 9:27). Cada cristiano tiene la oportunidad de colocar su cuerpo bajo un control absoluto para Dios. Dios nos ha dado la responsabilidad de gobernar sobre todo "el santuario del Espíritu Santo", incluyendo nuestros pensam¡entos y deseos (1 Corintios 6:19). Somos responsables  de los mismos, y nunca debemos dejar paso a los extraños. Pero la mayoría de nosotros somos muchos más severos en nuestros juicios acerca de los demás que respecto a nosotros mismos. Disculpamos aquello que nos atañe, mientras condenamos cosas en las vidas de los demás sencillamente porque no sentimos inclinación hacia ellas.
      Pablo dijo: "Os exhorto.....a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo...." (Romanos 12:1). Lo que hemos de decidir es si estamos de acuerdo  o no con nuestro Señor y Maestro en que nuestro cuerpo ha de ser ciertamente Su santuario. Una vez estoy de acuerdo con esto, todas las normas, reglas y demandas de la ley acerca del cuerpo se recapitulan para mí en esta verdad revelada: mi cuerpo es "templo del Espiritu Santo".     

sábado, 18 de noviembre de 2017

Devociones: "La Supremacia de Jesucristo".

                                    "Él me glorificará......".
                                                   (Juan 16:14)

      Los movimientos de santidad de hoy en día no tienen en sí nada de la realidad tangible del Nuevo Testamento. Nada hay de ellos que precise de la muerte de Jesucristo. Todo lo que en ellos se requiere es una atmósfera piadosa, oración y devoción. Esta clase de experiencia no es ni sobrenatural ni milagrosa. No costó los sufrimientos de Dios ni está teñida de "la sangre del Cordero" (Apocalipsis 12:11). No está marcada ni sellada por el Espíritu Santo como algo genuino, ni tiene signos visuales que lleven a la gente a exclamar con admiración: "¡Es la obra de Dios Todopoderoso! ". El Nuevo Testamento trata de la obra de Dios y nada más.
     El ejemplo del Nuevo Testamento sobre la experiencia cristiana es de una devoción personal y apasionada a la Persona de Jesucristo. Todo otro tipo de pretendida experiencia cristiana está separada de la Persona de Jesús. No hay en ella regeneración. Nacer de nuevo en el reino donde el Cristo Supremo vive y reina. Únicamente la idea de que Él es nuestro modelo. En el Nuevo Testamento, Jesucristo es el Salvador mucho antes que pueda ser el modelo. Hoy  en día se le presenta como la Cabeza simbólica de una religión: un mero ejemplo. Y lo es, pero es infinitamente más que esto: Él es la salvación misma; ¡Él es el evangelio de Dios!
    Jesús dijo: ".....cuando venga el Espíritu de verdad, él.....me glorificará....." (Juan 16:13-14). Cuando me consagro a la verdad revelada del Nuevo Testamento, recibo de Dios el don del Espíritu Santo, que a partir de su recepción comienza a interpretarme lo que hizo Jesús. El Espíritu de Dios hace en mí internamente todo lo que Jesucristo hizo por mí externamente.  

jueves, 16 de noviembre de 2017

Devociones: "Dirección o enfoque".

"He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores....así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios....".
                                        (Salmo 123:2)

     Este versículo describe una confianza total en Dios. Así como los ojos de un siervo están clavados en su amo, nuestros ojos deberían estar dirigidos a Dios, centrados en Él. Así es como se logra el conocimiento de Su faz y de como Dios se nos revela (véase Isaías 53:1). Cuando dejamos de alzar nuestra mirada a Él, nuestro vigor espiritual comienza a sacarse. Nuestra fuerza se desvanece, no tanto por los problemas externos que nos rodean, sino debido a pensamientos de la mente. Pensamos equivocadamente: "Quizás he intentado superarme demasiado, elevándome excesivamente y tratando de parecerme a Dios, en lugar de ser una persona humilde y ordinaria". Hemos de darnos cuenta de que ningún esfuerzo puede ser excesivo.
     Veamos un ejemplo. Se produjo una crisis en tu vida y ante ella adoptarse una postura en favor de Dios, recibiendo incluso testimonio del Espiritu aprobando tu decisión. Pero ahora, transcurridas semanas o tal vez años, te cuestionas: "¿Quizá lo que hice fue por exceso de orgullo, o fue superficial? ¿No será que adopté una postura por encima de lo que era conveniente? " Tus amigos "razonadores" vienen y te dicen: "No seas tonto. Desde el primer momento que hablaste de este despertar espiritual sabíamos que era un impulso pasajero, que no podrías resistir tanta tensión. De todas formas, Dios no espera que persistas". Y tú respondes: "Bueno, imagino que me había fijado cotas excesivamente altas". Suena a humilde, pero implica que tu confianza en Dios ha  desaparecido y que te estás apoyando en opiniones terrenales. El peligro surge cuando, abandonando tu confianza en Dios, apartas tus ojos de Él. Y únicamente si te provoca un paro repentino te das cuenta de lo que has salido perdiendo. Si hay una "fuga" espiritual en tu vida, corrígela inmediatamente. Date cuenta de que algo se interpone entre tú y Dios, y cámbialo, o elimínalo en el acto.

martes, 14 de noviembre de 2017

Devociones: "Cuando Él venga".

            "Y cuando él venga, redargüirá al mundo de pecado.....".
                                              (Juan 16:8)

    Muy pocos hay que sepamos algo acerca de la convicción de pecado. Conocemos la experiencia de sentirnos perturbados por haber hecho lo malo. Pero la convicción de pecado por el Espíritu Santo va más allá, oscurece todas nuestras concepciones humanas y somos conscientes sólo de una: "Contra ti, contra ti sólo he pecado....." (Salmo 51:4). Cuando alguien se siente convicto de pecado en esta forma, es a la vez consciente del hecho incuestionable de que Dios no podía perdonarle. Si Dios le hubiese perdonado, implicaria que su sentido de la justicia sería mayor que el del mismo Dios. Efectivamente, Dios sí nos perdona, pero este perdón costó que Su corazón fuese partido por el dolor en la muerte de Cristo. El gran milagro de la gracia divina es que Dios perdona el pecado a través de la muerte de Cristo, lo que capacita a la naturaleza divina para perdonar y a la vez permanecer fiel a Su propia justicia. Es una superficialidad y un contrasentido decir que Dios nos perdona porque es Amor. Cuando tengamos verdadera convicción de pecado, nunca volveremos a decir tal cosa. El amor de Dios implica el Calvario---nada menos que el Calvario---y queda demostrado en la Cruz, en ninguna otra parte. La única razón por la que Dios puede perdonarme es por la Cruz de Cristo. Ahí es donde su conciencia y su justicia quedan satisfechas.
   El perdón no significa simplemente que soy salvo del infierno y hecho apto para el cielo (nadie aceptaría el perdón sólo a este nivel). El perdón implica que por ese perdón he venido a ser hecho una nueva creación que me transporta y me identifica con Cristo Jesús. El milagro de la redención es que Dios me transforma y me transporta a mí, un impío, al nivel de vida de Él Mismo, que es Santo. Y lo hace colocando en mí una nueva naturaleza, la de Cristo Jesús.
     

lunes, 13 de noviembre de 2017

Devociones: "¿Qué te va a ti? ".

"Pedro.....dijo a Jesús: Señor, y éste ¿qué? Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué te va a ti? Tú, sigueme".
                                         (Juan 21:21-22)

     Una de las lecciones que más nos cuesta aprender proviene de nuestra obstinación a no querer dejar de interferir en las vidas de los demás. Nos toma largo tiempo darnos cuenta del peligro de querer en plan de aficionado a ser nosotros la Providencia e interferir en los planes de Dios para con otros. Ves a alguien sufriendo y pones tu mano frente a la voluntad permisiva de Dios, para defenderla diciendo: "No te preocupes, yo intervendré para que no sufras". Entonces Dios te dice: "¿Qué te va a ti? " ¿Hay estancamiento en tu vida espiritual? No permitas que continúe, sino preséntate delante de la presencia de Dios y averigua la razón. Quizá descubras que se debe a que has estado interfiriendo en la vida de otras persona, proponiendo cosas que no tenías derecho a proponer, o aconsejando cuando no tenías derecho a aconsejar. Cuando Dios desee que aconsejes a otro, Él iluminará con el entendimiento de Su Espíritu. Tu parte está en mantener una relación correcta con Él para que Su discernimiento pueda fluir a través de ti continuamente con el propósito de ser de bendición a otros.
    La mayoría de nosotros sólo sabemos vivir dentro del nivel de lo consciente---consagrados a Dios y sirviéndole conscientemente. Esto demuestra inmadurez e implica que no estamos viviendo aún la verdadera vida cristiana. La madurez en un hijo de Dios se produce a nivel inconsciente, en tanto que nuestra entrega ha de ser tan absoluta que ni siquiera tengamos conciencia de que estamos siendo usados por Él. Si somos conscientes de ser utilizados como pan partido y vino derramado quiere decir que hemos de llevar aún a otro nivel, una esfera en la que desaparezca toda consciencia de nosotros mismos y de lo que Dios está haciendo por medio de nosotros. Un santo nunca es consciente de serlo---o no es consciente de su dependencia de Dios.   

domingo, 12 de noviembre de 2017

Devociones: "Servicio Sagrado".

"Ahora me gozo en mis padecimientos por vosotros, y completo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo....".
                                        (Colosenses 1:24)

   El obrero cristiano ha de ser un "mediador" sagrado. Ha de estar tan estrechamente identificado con su Señor y con la realidad de Su redención que Cristo pueda llevar a cabo continuamente Su vida creadora a través de él. No me estoy refiriendo a dos personalidades impuestas por la fuerza o superpuestas una sobre otra, sino a la presencia real de Cristo actuando a través de cada aspecto de la vida del siervo. Cuando predicamos los hechos históricos de la vida y muerte de nuestro Señor tal como se revelan en el Nuevo Testamento, nuestras palabras se convierten en sagradas. Dios las utiliza sobre la base de Su redención, para crear, en aquellos que escuchan, algo que de otro modo jamás habría sido creado. Si nos limitamos a predicar los efectos de la redención en la vida humana, en lugar de la verdad revelada y divina acerca de Jesús mismo, el resultado no es el nuevo nacimiento en los que oyen, sino una religiosidad refinada y superficial y el Espíritu de Dios no puede testificar de ello, porque semejante predicación está en un reino distinto al Suyo. Hemos de asegurarnos que estamos viviendo en tal armonía con Dios que, al proclamar Su verdad, Él pueda crear en otros aquellas cosas que sólo Él puede hacer.
     Cuando decimos: "¡Qué personalidad tan maravillosa, qué persona más fascinante, y qué conocimientos tan extraordinarios! " ¿qué oportunidad le queda al evangelio de Dios a través de todo ello? No puede fluir por este canal, porque la atracción es al mensajero y no al mensaje. Si una persona cautiva por su personalidad, el foco de atracción está en sí misma. Sin embargo, si se identifica con la personalidad de su Señor el foco de atracción viene a ser la obra de Cristo. El peligro es gloriarse en los hombres, cuando Jesús dice que debemos exaltarle sólo a Él (véase Juan 12:32). 

sábado, 11 de noviembre de 2017

Devociones: "La Autoridad de la Verdad".

                   "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros".
                                            (Santiago 4:8)

    Es esencial que des a las personas la oportunidad de que puedan actuar individualmente en base a la verdad divina. La responsabilidad ha de recaer personalmente en cada uno---no puedes tú actuar en su lugar. La decisión corresponde a cada uno en particular; no obstante, el mensaje evangélico, ha de servir para incitar a la acción. El inmovilismo deja a la persona paralizada, petrificada en su situación anterior. Pero cuando se pone en movimiento, deja de ser la misma. Es la aparente sencillez e irracionalidad de la verdad del evangelio lo que  se interpone en el camino a la acción de cientos de hombres y mujeres que han sido convictos de pecado por el Espíritu de Dios. La acción inicia el proceso  de vivencia. Todo lo que sea menos que esto es meramente existir. Los momentos que verdaderamente vivo son aquellos en los que actúo en base a mi propia voluntad.
     Cuando alguna verdad de Dios penetra de forma convincente en tu alma, no dejes que se desvanezca sin producir una acción interna de tu voluntad, aunque no a tu envoltura física o externa. Registrala con tinta y sangre--ponla por obra en tu vida. El más débil de los creyentes pero que mantiene una relación con Jesucristo, queda liberado en el instante que entra en acción y el poder del Dios omnipotente queda a su disposición y en su favor. Acudimos a la verdad de Dios, confesamos que hemos errado, pero poco después repetimos el circulo de nuevo, topamos con la misma verdad y de nuevo la evadimos, hasta que aprendemos la necedad de repetir el proceso. Cuando nuestro Señor y Redentor nos confronta con palabra de verdad, hemos de ponernos en acción y aclarar las cosas con Él. "Venid a Mí"....." (Mateo 11:28). "Venid" significa actuar. Por ello, lo último que hacemos es ir. Pero todo el que acude sabe que en aquel instante le invade el poder sobrenatural de la vida de Dios. El poder dominante del mundo, la carne y el diablo, quedan paralizados; no por la acción tuya, sino porque el actuar te ha unido a Dios y te ha conectado con Su poder redentor.   

viernes, 10 de noviembre de 2017

Devociones: "Sustitución".

"Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él".
                                      (2 Corintios 5:21)

    La perspectiva modernista de la muerte de Jesús es que murió por nuestros pecados por Su simpatía hacia nosotros. Pero la perspectiva del Nuevo Testamento es que tomó nuestro pecado sobre Sí mismo no por simpatía sino por Su identificación por nosotros. "Por nosotros lo hizo pecado.....". Nuestros pecados son borrados a través de la muerte de Jesús, y la única explicación de Su muerte es Su obediencia a Su Padre, no Su simpatía por nosotros. Somos hechos aceptables delante de Dios no porque hayamos obedecido, no porque hayamos prometido abandonar esto o lo otro, sino debido a la muerte de Cristo, y a ninguna otra razón. Decimos que Jesucristo vino a revelar la paternidad y el amor de Dios, pero el Nuevo Testamento afirma que vino para "quitar el pecado del mundo" (Juan 1:29). Y la revelación de la paternidad de Dios es sólo para aquellos a quienes Jesús ha venido a ser su Salvador. Al hablar al mundo, Jesús jamás se refirió a Sí mismo como Aquel que revelaba al Padre; más bien habló de que era piedra de tropiezo (véase Juan 15:22-24); (Juan 14:9), donde Jesús dijo: "El que me ha visto a mí ha visto al Padre, fue una revelación a Sus discípulos.
     Que Cristo murió por mí y que, por lo tanto, soy totalmente libre de la pena, es algo que no se enseña en el Nuevo Testamento. Lo que sí se enseña en el Nuevo Testamento es que "Él murió por todos" (2 Corintios 5:15), no que "Él murió mi muerte", y que por medio de Su muerte puedo ser liberado del pecado de modo que Su misma justicia me es impartida como un don. La sustitución que se enseña en el Nuevo Testamento es doble: "Al que  no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él". La enseñanza es que no podía ser Cristo por mí a menos que esté decidido que Cristo sea formado en mi (véase Gálatas 4:19).     

lunes, 6 de noviembre de 2017

Devociones: "¡Nada de la Vida Antigua! ".

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas".
                                   (2 Corintios 5:17)

    El Señor no fomenta ni tolera nuestros prejuicios; al contrario, se opone frontalmente a ellos y los extermina. Caemos en el error de pensar que Dios tiene que dar un trato distinto a nuestros perjuicios particulares. Decimos: "Es evidente que Dios tiene que actuar con mucho rigor en el caso de otras personas, pero en mi caso, la cosa es diferente. Sabe de sobra que mis prejuicios son fundamentados". ¡Hemos de aprender que Dios no acepta nada, ni una sombra de nuestra vida anterior!. En lugar de aceptar y comprender nuestros prejuicios, deliberadamente los elimina. El que nuestros prejuicios sean eliminados por Su providencia y contemplar cómo sucede esto es parte de nuestra educación. Dios tolera nada de lo que nosotros aportemos. Hay tan sólo una cosa que nos pide, y ésta es la entrega incondicional.
     Al nacer de nuevo, el Espíritu Santo empieza a trabajar en nosotros hasta conseguir que no quede en nosotros nada de nuestra vida anterior. Desaparece nuestra perspectiva nebulosa, lo mismo que nuestra vieja actitud, y "todas las cosas son de Dios" (2 Corintios 5:18). ¿Cómo conseguir una vida sin concupiscencia, sin intereses propios, insensibles a la ridiculización por parte de otros? ¿Cómo tener la clase de amor que "es paciente....no se irrita, no toma en cuenta el mal? " (1 Corintios 13:4-5). No permitiendo que permanezca en nosotros nada de la vida antigua, sino tan sólo una confianza sencilla y perfecta en Dios, una confianza tal que ya no anhelamos más las bendiciones de Dios, sino sólo a Él mismo. ¿Hemos llegado al punto en que Dios puede retirar Sus bendiciones de nosotros sin que disminuya nuestra confianza en Él? Cuando verdaderamente veamos a Dios obrando, no nos preocuparán más las cosas que suceden, porque confiaremos plenamente en nuestro Padre Celestial, a quien el mundo no puede ver.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Devociones: "Sólo finjo".

".....su hermana la rebelde Judá, no se volvió a mí de todo corazón, sino fingidamente, dice Jehová".
                                          (Jeremías 3:10)

    ¿Has escuchado la historia del conductor que puso una nota en el limpiaparabrisas de su auto estacionado? La nota decía: "Acabo de chocar su auto. Las personas que vieron el accidente me están mirando. Creen que estoy escribiendo mi nombre y dirección, pero no es así".
     Esta historia me recuerda otro fingimiento. En Jeremías 3, el pueblo de Judá se describe como dispuesto a llamar Padre y amigo a Dios al tiempo que hacía todo el mal que le era posible (Jeremías 3:4-5). Sólo fingía volver al Señor; sus corazones estaban lejos de Él.
     El fingimiento es una práctica muy antigua, pero no ha pasado de moda. Creo que el problema que más me preocupa de mí mismo es el no responder de corazón al Señor, quien se ha hecho tan real y se ha dado a conocer grandemente a través de Cristo. Es fácil decir: "Sí, sí, Dios es nuestro Señor y Salvador.Murió por nuestros pecados y merece nuestra adoración y servicio". Pero, ¿recordamos el compromiso que tenemos con Él cuando no hay nadie a nuestro alrededor que observe cómo vivimos?.
     Puede que digamos las cosas correctas acerca de Dios cuando nos interesa hacerlo. Pero, ¿qué hay de nuestra relación de corazón con el Señor? ¿Podemos acercarnos a Él sin avergonzarnos? Las buenas apariencias ante los demás no son suficientes.

  Mientras más te esfuerces por ser como debes ser, menos tratarás de esconder lo que eres.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Devociones: "La clave de la obra misionera".

"Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos en todas las naciones.....".
                                     (Mateo 28:18-19)

      La clave para la obra del misionero es la autoridad de Jesucristo, no las necesidades de los perdidos. Comentemos el error, de considerar a Jesús como un mero "asistente" en el desempeño de nuestras actividades. Olvidamos que nuestro Señor se sitúa así mismo y exige ser el soberano absoluto  y Señor Supremo sobre Sus discípulos. No dice que los perdidos nunca serán salvos si no vamos nosotros a salvarlos; nos dice: "Por tanto, id, y haced discípulos en todas las naciones.....", "Id sobre la base de la verdad revelada de mi soberanía, enseñando y predicando en base a vuestra experiencia viva en mí".
     "Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado" (Mateo 28:16). Si quiero conocer la soberania de Cristo, he de conocerle a Él personalmente y tomarme el tiempo necesario para adorar a Aquel cuyo nombre llevo, Jesús dice: "Venid a mí....."---al lugar donde encontrarse con Jesús---"todos los que estáis fatigados y cargados...."
 (Mateo 11:28). ¡Cuántos misioneros no están fatigados! Pasamos por alto estas maravillosas palabras del Soberano del mundo, sin darnos cuenta de que estas palabras de Jesús a Sus discípulos se dirigen también a nosotros, aquí y ahora.
     "Por tanto, id...." "Ir" simplemente significa vivir. (Hechos 1:8) ee la descripción de cómo ir. Jesús no dijo: "Id a Jerusalén, a Judea y a Samaria", sino: "......me seréis testigos en [todos estos lugares]". Él toma sobre Sí mismo la tarea de enviarnos. "Si vosotros permanecéis en mi, y mis palabras permanecen en vosotros....." (Juan 15:7). Ésta es la fórmula para permanecer en un constante yendo. Luego, donde seamos puestos es asunto que no nos compete.
     "Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal de que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús...." (Hechos 20:24). Así es como debemos seguir en marcha, hasta que hayamos partido de esta vida.  

jueves, 2 de noviembre de 2017

Devociones: "Acudiendo a Jesús".

                                           "Venid a mí......".
                                                      (Mateo 11:28)

    ¡Cuán humillante nos resulta el que se nos diga que hemos de acudir a Cristo! Pensemos por un momento en aquellas cosas en las que no tenemos interés en acudir a Él. Si quieres averiguar hasta dónde eres sincero y genuino, ponte a prueba con estas palabras: "Venid a mí....", y verás cómo en cada área, en cada dimensión de tu vida en la que no seas sincero, argumentarás, tratarás de evadirte, pasarás por la aflicción; en una palabra, harás todo lo imaginable antes de acceder a cubrir la última etapa de una carrera aparentemente insensata y exclamar: "Vengo tal como soy". Mientras quede en ti la más insignificante dosis de irreverencia espiritual, ésta se hará siempre manifiesta en el hecho de que estás siempre esperando que Dios te pida que hagas algo grande cuando en realidad, todo lo que te pide es simplemente esto: "Ven.....".
     "Venid a mí". Cuando oígas estas palabras, a la vez tendrás conciencia de que algo tiene que suceder en ti antes de que puedas acudir. El Espiritu santo deberá mostrarte lo que debes hacer, lo cual sin duda implicará e involucrará desarraigar de ti todo aquello que te está siendo de obstáculo para acudir a Jesús. Y nunca irás más allá de hasta donde estés dispuesto. El Espiritu Santo escudriñará hasta lo más íntimo de esta fortaleza inexpugnable que hay en ti, pero no podrá ocuparla hasta que tú se lo permitas bajándole los puentes.
     ¡Cuántas veces no has acudido a Dios con tus peticiones y has salido convencido, diciéndote a ti mismo: "Ciertamente, esta vez he conseguido lo que pedía". Y no obstante, la realidad es que te has ido sin nada, con las manos vacías, mientras Dios ha permanecido ante ti con las suyas extendidas, no sólo para tomarte a ti sino para que tú lo tomases a Él. Medita en la invencible e inagotable paciencia de Jesús, que una y otra vez te dice con amor: "Ven a mí...."

   

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Devociones: "El lugar de la Humillación".

"Si tú puedes hacer algo, muévete a compasión sobre nosotros y ayúdanos".
                                          (Marcos 9:22)

    Después de cada experiencia de exaltación somos lanzado de manera repentina hacia abajo a la realidad de las cosas donde no hay hermosura, ni poesía, ni entusiasmo. La altura de la cumbre se mide por el deprimente tráfago del valle, pero es en el valle donde hemos de vivir para la gloria de Dios. Vemos Su gloria en el monte, pero nunca vivimos allí para Su gloria.
     Es en el lugar de la humillación donde encontramos nuestro verdadero valor para Dios, es ahí donde se hace patente nuestra fidelidad. La mayoría de nosotros somos capaces de hacer cosas si nos mantenemos en algún nivel heroico de intensidad, simplemente debido al egoísmo natural de nuestros propios corazones. Pero Dios quiere que nos ejercitemos en el nivel rutinario de la vida diaria en la que vivimos en el valle según nuestra relación personal con Él. Pedro pensó que sería maravilloso permanecer en la cumbre, pero Jesucristo llevó a los discípulos montaña abajo, al valle, donde les explicó el verdadero significado de la visión (véase (Marcos 9:5-6; 14:23).
    "Si tú puedes hacer algo....". Se precisa del valle de la humillación para que sea erradicado de nosotros el escepticismo. Mira atrás a tu propia experiencia y encontrarás que hasta que aprendiste quién era realmente Jesús, eras un hábil escéptico en lo que se refiere a Su poder. Cuando estabas en la cumbre podías creer cualquier cosa, pero, ¿qué cuando hacías frente a las realidades del valle? Puede que seas capaz de dar un testimonio acerca de tu santificación, pero ¿puedes predicar sobre aquello que es para ti causa de humillación ahora mismo? La última vez que estuviste en el monte con Dios, viste que todo poder en los cielos y en la tierra pertenecía a Jesús; ¿te mostrarás escéptico ahora, simplemente por que te encuentras en el valle de la humillación?.