domingo, 31 de mayo de 2015

Devociones: "Cómo medir tu crecimiento".

Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre".
                                                  (Salmo 103:1)

       Cuando una nueva criatura nace, los médicos lo miden y lo pesan y de ahí en adelante, cada día cuenta para que al niño o la niña le hagan un seguimiento de su crecimiento, de su peso, de las vacunas y de su desarrollo físico y mental. Entonces, ¿porque no preocuparnos nosotros también de nuestro crecimiento espiritual como nuevas criaturas en Cristo?.
      Yo sé que es imposible que podamos ver el espíritu en nosotros o al Espíritu Santo, y que podamos medirlo en termino de estatura o peso, pero tanto nuestro espíritu como el Espíritu Santo, son reales y aunque no los podamos ver, debe existir una manera de medir nuestro crecimiento espiritual y ese es mi motivo de reflexión en este día, pues no me conformo con saber que soy salvo y que Dios está haciendo una obra en mí, quiero también ser consciente de mi propio crecimiento y de esa obra que Dios hace en mí, pues es mi responsabilidad y la de todo creyente, saber quiénes somos, como nos ve el mundo y que papel estamos jugando en la historia de la humanidad, en nuestra familia y en nuestro entorno.
     Haciéndome estas preguntas, recordé las palabras de Jesús cuando dijo: "Por sus obras (frutos) los conoceréis, pues no puede un árbol bueno dar frutos malos....." y creo que esta es primeramente la clave para encontrar la forma de medir nuestro crecimiento espiritual: por nuestra obras o frutos, por el presente que vivimos y que Dios ha construido para nosotros o que de alguna manera nos ha traído hasta aquí. No voy a hablar del futuro que no conocemos, o lo que hay más adelante. 
    Si pudiera hacer una formula, diaría que dibujáramos una línea de tiempo, donde nos ponemos a nosotros mismos antes, en el pasado, como éramos, como vivíamos, como eran nuestras relaciones con la familia, en el trabajo, en el estudio, en la comunidad en general, los problemas que teníamos y la forma en que los resolvíamos; en el centro de la linea. Cristo, cuando lo conocimos y le entregamos nuestra vida y al otro lado, a la derecha, el hoy , tiempo presente, como nos vemos actualmente, y como respondemos a las mismas preguntas que en el pasado.
    No olvidemos de donde El Señor nos sacó y no olvidemos ninguno de sus beneficios, hoy gracias a ese puente que es la cruz, estamos reconciliados con Dios y con el mundo.
      Así, al igual que yo, espero que hoy tú amado hermano, hermana, cuentes más las bendiciones que los problemas, hoy lo hice y quedé maravillado, solo fluyen de mi ser palabras y sentimientos de agradecimientos al Dios de mi salvación, por su obra en mí, por todos los cambios que ha operado en mi ser y por haberme enseñado y compartido su paz, que sobrepasa todo sentimiento y que guarda mi mente y mi corazón en Cristo Jesús, a pesar de los inconvenientes, problemas, desengaños y circunstancias, que son solo parte esencial de la vida de cada uno, es lo que es, y solo Jesucristo, puede efectuar cambios para conveniencia de nuestra alma y espíritu.
     Nadíe a dicho que haya sido fácil, que no tengamos que sufrir, llorar y ser quebrantados, que tengamos que ser domesticados, amaestrados y amansados, antes de ser instrumentos útiles en manos del Señor, pero ningún padecimiento es eterno y Jesús prometió estar con nosotros y nunca dejamos. Si contamos nuestros bendiciones actuales, de alguna manera justificamos o compensamos lo que pasó, a cambio de lo que tenemos o somos hoy.

  "Bendice alma mía a Adonaí y no olvides ninguno de sus beneficios".
                                          (Salmo 103:2) 

viernes, 29 de mayo de 2015

Devociones: "La libertad de la gracia".

"El pecado ya no es más su amo, porque ustedes ya no viven bajo las exigencias de la ley . En cambio, viven en la libertad de la gracia de Dios".                                     (Romanos 6:14)

     Querer agradar a DIOS mediante la realización de buenas obras es desgastante. Vivir bajo las  exigencias de la ley produce aflicción en el alma. En cambio el don de la gracia trae libertad. En ocasiones la culpabilidad del creyente te roba libertad en el corazón, pues éste intentará por medio de buenas obras lavar su culpa. Siendo que la gracia es el gran regalo que se recibe. Así es. Solamente hay que recibirse como un regalo:
      "Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo". (Romanos 5:17).
   Jesús derramó su sangre en la Cruz para ofrecer libertad verdadera mediante la gracia. Sin importar qué pecados se hayan cometido. Él los pagó. Y espera que los suyos disfruten plenamente el regalo que Él les da. No espera que le sea pagado nada por lo que Él hizo. Sino que le alaben.
     Todo aquel que ha aceptado a Jesús como Señor y Salvador, tiene paz con DIOS. Ha recibido la justicia y santidad de Jesús. Por lo que no es necesario que intente agradar al Padre al obedecerle la ley , mas solamente recibir por fe el regalo de justicia de Jesucristo. Pues todo aquel que ha aceptado a Jesús como Salvador, de Él se ha revestido (Gálatas 3:27). Ya no está más desnudo a los ojos de DIOS.

ESCOGE MANTENERTE EN LA LIBERTAD DE LA GRACIA. ACEPTA PLENAMENTE EN TU CORAZÓN LA OBRA COMPLETA DE JESUCRISTO; ASÍ VIVIRÁS EN LIBERTAD.

Devociones: "¿Habrá algo difícil para Dios? ".

A veces pareciera que se nos olvida que nuestro lado está el Dios que TODO lo puede, ese Dios que por generaciones ha hecho milagros y prodigios, ese Dios que nos invita a confiar en él para que actúe en nuestra vida.
    Y es que muchas veces presionados por las circunstancias olvidamos que nosotros le pertenecemos a Dios, que es Él quien gobierna sobre todo y que es Soberano. Un Dios Dueño de todo y capaz de TODO es el que nosotros tenemos de nuestra parte.
     Ahora bien, ¿Por qué te afliges?, ¿Por qué se turba tu corazón?, ¿Habrá algo difícil para Dios?, Él mismo dijo:

   "Yo soy Jehová, Dios de todo ser viviente, ¿acaso hay algo que sea difícil para mí? ".
                                          (Jeremías 32:27)

   Las palabras de Dios mismo me hacen sentir tranquilo ante la adversidad, me hacen descansar en medio de la tribulación, me hacen mantener la esperanza de que Él todavía no ha dicho la última palabra.
    Quizá hoy te encuentras en un episodio en donde tu fe se tambalea al ver las circunstancias que te rodean, quizá sientes que ese que se te ha presentado es imposible de cambiar o de superar, pero no minimices el poder de Dios, no creas que algo puede ser mayor que el poder soberano y transforrmador de Dios.
     ¿Habrá algo difícil para Dios?, No lo hay. No existe nada difícil para Dios. Por lo tanto tu fe en su poder puede llevarte a ver las cosas que quieres ver, porque el poder de la fe mueve montañas, el poder de la fe cambia panoramas, transforma, pero sobre todo hace maravillas.
     La fe ha llevado al hombre a ver las cosas más hermosas que han existido, y es la fe y solo la fe la que nos puede llevar a ver los resultados que queremos y necesitamos y es que nuestra fe en Dios es un seguro de vida, porque para Él no hay nada difícil.

 ¡CONFÍA EN DIOS Y NO TE DEJES INFLUENCIAR POR EL PANORAMA! 

jueves, 28 de mayo de 2015

Devociones:"El Cielo Gobierna".

"Lo que Daniel le dijo al rey Nabucodonosor se hizo realidad. Un año después, el rey andaba paseando por su palacio y dijo: "Qué grande es Babilonia. Yo fui quien lo hizo grande y hermosa, para mostrar mi poder a todo el mundo" Todavía estaba hablando el rey, cuando se oyó una voz del cielo que le dijo: "Rey Nabucodonosor, a partir de este momento dejarás de ser rey. No vivirás ya entre la gente, sino que vivirás siete años entre los animales. Comerás hierba del campo, como ellos, hasta que reconozcas que el Dios Altísimo es el único rey de este mundo. Sólo Dios puede hacer rey a quien quiere que sea rey". Estas palabras se cumplieron inmediatamente, y el rey dejó de vivir entre la gente. Comía pasto, como los toros, y se bañaba con el rocío del cielo. Sus cabellos parecían plumas de águila, y sus uñas parecían garras de pájaro 
                                              (Daniel 4:28-33)

      Con frecuencia nos preocupamos y hasta sufrimos por la forma en que el mundo, sus gobernantes y sus gentes se conducen, pero hasta solo con abrir La Biblia y leer historias como esta de Daniel y el rey Nabucodonosor, para recordar que de Dios es esta tierra y todo lo que en ella hay , que El, tiene el control y que ni una hoja cae, sino es su voluntad. Vivimos en otro siglo, pero también en ese siglo vemos como se cumple la Palabra de Dios y como trastorna en locura la supuesta sabiduria de los sabios de este mundo, por eso no los culpamos de las locuras que hacen, las leyes que promulgan o las injusticias que hacen.
     Es increíble como Dios trastorna mentalmente a Nabucodonosor, después de presenciar el poder de Dios al librar a Daníel y sus compañeros del horno de fuego e incluso haber decretado que se reconociera al Dios de los Judíos, como el único Dios de dioses y Señor de reyes; su arrogancia y orgullo por la Babilonia que él creía haber creado, convirtieron su poder y sabiduria en simplemente locura; desterrado y despojado de su reino, vago por 7 años en el bosque en compañia de animales salvajes, hasta finalmente reconoció que estaba allí, no por su voluntad sino por la voluntad del único Dios verdadero.
     Una vez más. Dios nos recuerda que la soberbia, el orgullo y la arrogancia, son como enormes rocas en el camino que nos impiden contemplar la belleza, la majestad, el majestad, el poder y la sabiduría de Dios, para gobernar la tierra, los hombres y todo lo que sucede tanto en el cielo, como en la tierra.
    Dios nos da sabiduría y el comienzo de esa sabiduría, es el temor de Dios, aprendemos a comportamos con sabiduria, con conocimiento y con inteligencia, para aplicar esa sabiduria con prudencia, con temor reverente y siendo lo suficientemente humildes para reconocer que lo que somos o tenemos, es porque Dios nos lo ha dado; que somos viajeros del camino y que estamos de paso por esta tierra, no somos dueños de nada, sólo administradores de la gracia que Dios nos ha dado a cada uno, conforme a sus misericordias.
      Si tenemos algo de que sentimos orgullosos, si acaso, es del día en que Dios nos recogió del camino en que andábamos solos, sucios, abandonados, sin amor, caminando a tientas, y presumiendo de saber lo que realmente no sabíamos.
     Hoy, quiero unirme al coro de la canción que dice: "Que sería de mi si no me hubieras encontrado, donde estaría yo, si no me hubieras rescatado, sería como un pájaro herido que se muere sediento, viviría sin...." puedes seguir cantándola, y también quiero decirlo fuerte, que se oíga a los cuatro vientos y que repique en los cielos.

                                                     ¡GRACIAS JESÚS!     

martes, 26 de mayo de 2015

Devociones: "Busca su perdón".

A veces creemos que Dios se cansó de nosotros, y es que los errores que constantemente cometemos nos hacen creer eso. Y es que ocurre que en ocasiones prometemos a Dios no hacer aquello que le ofende pero por alguna razón terminamos haciéndolo de todas formas y es allí en donde entra en nosotros un sentimiento de vergüenza delante de Dios que nos lleva a pensar que Dios está cansado de nosotros.
    La vergüenza de fallarle nos lleva muchas veces a alejarnos de él, en lugar de buscar su perdón  muchos optan por ni siquiera pedírselo, porque consideran que Dios no los va a perdonar, que Dios no cree su arrepentimiento o que Dios simplemente ya esta cansado de sus interminables errores.
     Quizá los últimos días has sentido vergüenza hasta de levantar tu rostro al cielo, te crees demasiado malo o mala y crees que ya no mereces su perdón. Piensas que Dios ya no cumplirá sus promesas para tu vida porque tu lo has defraudado.
     Aunque nos cueste mucho entenderlo. Dios no piensa o no siente lo mismo que nosotros. Para nosotros es fácil juzgar al pecador, para nosotros es faćil condenar al que se lo merece, pero Dios es diferente. Él es grande en misericordia. Él ama al que nosotros despreciamos, consuela al que nosotros le damos la espalda, perdona al que nosotros juzgamos y transforma al que nosotros no le damos ninguna probabilidad de cambio.
     ¿Crees que tu pecado es tan grande como para ser perdonado?, ¿Quién te dijo que Dios no puede perdonarte?, ¿En que momento se te metió en la mente que no mereces o no tienes perdón?, ¿No te has dado cuenta que esos pensamientos solo pueden ser inducidos por el enemigo de nuestras almas que no quiere que te acerques a Dios para recibir su perdón?.
     Cuando a tu mente vengan pensamientos cómo: "Dios esta cansado de ti", Dios ya se aburrió de perdonarte", "Dios esta defraudado de ti", "Eres una vergüenza e hipócrita", "¿Y piensas pedirle perdón a Dios?, Vaya que eres descarado", "Para Dios ya no vales", "Dios te dejó de amar", etc. Todos esos pensamientos no pueden provenir de Dios, porque dictan todo lo contrario a lo que Dios quiere para tu vida, en su lugar Dios te dice: "Yo, sí, yo solo, borraré tus pecados por amor a mí mismo y nunca volveré a pensar en ellos" (Isaías 43:25).
    El perdón de Dios es incalculable, nadie puede pensar que Dios no lo puede o no lo quiere perdonar, mientras hay oportunidad Dios quiere perdonarte, pero al mismo tiempo anhela que puedas comenzar a vivir para Él y no irte nuevamente a vivir en el pecado mismo del cual te acaba de perdonar. El Apóstol Pablo lo decía de esta manera: "Ahora bien, ¿deberíamos seguir pecando para que Dios nos muestre más y más su gracia maravillosa? Por supuesto que no. Nosotros hemos muerto al pecado, entonces, ¿cómo es posible que sigamos viviendo en pecado? " (Romanos 6:1-2).
     La llave para recibir el perdón se encuentra en la confesión, si tú vas delante de Dios con un corazón sincero y con un arrepentimiento genuino y le pides perdón, estoy totalmente seguro que obtendrás su perdón.
      Hoy te invito a ir delante de Dios y reconocer tus faltas, si bien es cierto el pecado trae vergüenza, pero también tienes que entender que la cura del pecado es el perdón, ese perdón que Dios quiere otorgarte, ese perdón que te llevará a ser mejor de lo que antes eres.
       El salmista David vivió en carne propia ese sentimiento y escribió:
   "Pero te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad. Me decidí a reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste"
                                    (Salmo 32:5)
    Hoy te invito a confesar tu pecado delante de Dios y Dios ha de perdonarte, lo que Dios busca en ti es un corazón sincero y un espiritu humilde, eso es suficiente para que Dios haga maravillas en tu vida.

              ¡DIOS QUIERE PERDONARTE, BUSCA SU PERDÓN! 

Devociones: "¿Ya hablaste con Él? ".

Por mucho que sepamos que la oración es la vitamina que necesita todo cristiano hijo de Dios para sobrevivir en un mundo tan dificil, a veces se nos escapa por periodos largos de hacerlo.
     A veces estamos tan afanados en nuestra vida diaria que nos olvidamos que lo primordial es buscar a Dios, hablar con Él.
    ¿Cuándo fue la última vez sin andar a prisa y sin pensar en otra cosa que no sea Él, fuiste  aun lugar a solas y hablaste con Él de una forma maravillosa?.          Muchos de los que hoy me leen son servidores muy felices en sus congregaciones, muchos están a cargo de privilegios en sus Iglesias, pero a veces puedes encontrarte sirviendo a Dios, pero sin Dios. Me refiero al hecho que a veces estas más preocupado por cumplir lo que te han encomendado, que buscar el resultado de quien te llamo.
     Seguramente hace unos días te propusiste a buscar a Dios todos los días, cierta cantidad de tiempo diario. Pero ¿Qué paso?, ¿Cuánto duro tu ritmo de oración?, ¿Qué excusas pusiste para no hacerlo?.
     Si algo nos va a ayudar a vivir una mejor vida cristiana es la comunicación diaría que tengamos con Dios. Él quiere oímos. Él quiere que le hablemos, que le adoremos, que le cantemos, que aprendamos más de Él ¿Por qué entonces no lo hacemos?.
     ¿Por qué estamos cansados?, ¿Por qué no sabemos qué decir?, ¿Por qué creemos que eso no es para nosotros?, ¿Por qué somos demasiados ocupados?, ¿Cuál es la excusa?.
      Hoy quiero motivarte a que juntos busquemos a Dios, a que no nos olvidemos que nuestra vida espíritual depende exclusivamente de Él, y que necesitamos urgentemente refrescar nuestra vida en su presencia.
     ¿No te sientes cansado?, ¿No te sientes estresado?, ¿No tientes que poco a poco el gusto de hacer lo que haces para el Señor se va disminuyendo?, todo eso se debe muchas veces a que no estamos yendo a comunicarnos con Él, no estamos hablando con Él, no estamos teniendo tiempos íntimos con Él.
      ¿No es cierto que cuando lo buscamos nuestra vida  se llena de una paz sobrenatural?. Entonces, si sabes que es así, ¿Qué estas esperando para buscarlo?.
    Que este día y todos los días que vienen no pasan SIN QUE HABLES CON ÉL. Hoy Dios te quiere escuchar, ve a ese lugar y a solas con Él habla como que hablaras con tu mejor amigo, estoy seguro  que Dios ha de escucharte y se ha de alegrar de verte nuevamente en ese lugar donde se ha encontrado en mas de alguna ocasión contigo.

                         ¿QUÉ ESPERAS? ¡HABLA CON ÉL ESTE DÍA!

                                    "Nunca dejen de orar".

                                   (1 Tesalonicenses 5:17)
    

lunes, 25 de mayo de 2015

Devociones: "Confianza en Dios".

"Entonces Israel ya no tendrá la tentación de confiar en la ayuda de Egipto.                             (Ezequiel 29:16)

      En este pasaje el SEÑOR le revela a su pueblo que es tentación confiar en alguien más que no sea Él. Después de que fue solo el Todopoderoso quien sacó a Israel de su esclavitud en Egipto y les  prosperó en la tierra prometida, su pueblo se olvidó de confiar en Él y en repetidas ocasiones buscó alianzas con pueblos extranjeros en lugar de volver a su DIOS. Y ello les ocasionó ser llevados al cautiverio.
     De igual manera todo aquel que le ha entregado su vida a Jesucristo, debe confiar de todo corazón en Él y sus caminos. Fuera de Jesucristo los creyentes se extravían y pierden fruto. Para cada situación que venga  ala vida del creyente DIOS tiene la mejor salvación, no obstante hay que creerlo. Cuando un creyente deposita su confianza en algo/alguien que no sea DIOS, éste cae en tentación. Siendo que las Escrituras declaran que Él tiene cuidado de los suyos:

   "Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuída de ustedes" (1 Pedro 5:7).

   La fe es confianza en DIOS, y es por medio de ella que el Todopoderoso actúa. Su voluntad es que los suyos se aproximen a Él con la certeza de que recibirán lo que le piden. Pues se deleita en suplir las necesidades de los que canfian en Él.
    Deposita toda tu confianza en DIOS, quien escucha todas tus oraciones y te cuida. No dependas de personas o circunstancias que son temporales, más de aquel que es eterno.

  AQUELLOS QUE PONEN SU CONFIANZA EN DIOS JAMÁS SERÁN DECEPCIONADOS, SÉ PARTE DE ELLOS.   

sábado, 23 de mayo de 2015

Devociones: "Vuelve a la palabra".

"Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino"
                                           (Salmo 119:105)

     EL SEÑOR habla palabras a la vida del creyente, no obstante las dificultades pueden hacerle olvidar qué dijo DIOS. Y al hacerlo olvidan su rumbo. El miedo puede hacer olvidar al creyente que DIOS dijo: "No temas que Yo estoy contigo". Las situaciones que aún no terminan de acomodarse pueden ocasionar que el creyente olvide que la bendición del SEÑOR enriquece y no añade tristeza con ella. La palabra de DIOS es una lámpara que alumbra la vida de los creyentes, ésta lleva luz a los rincones del corazón que son oscurecidos con duda o miedo. La palabra de DIOS es como un faro que guía a los hijos de DIOS hacia tierra firme. La palabra de DIOS es la provisión que los creyentes deben recibir; de ella se recibe la salud, gozo, libertad o cualquier cosa que se necesite. Primero se recibe la palabra en el corazón y luego ésta da fruto en lo exterior.
     Recordemos que todo cuento existe fue hecho por medio de la Palabra. En ella hay poder creador. Una palabra hablada por DIOS puede hacer que los creyentes caminen sobre las aguas (Mateo 14:29). En esa ocasión el apóstol Pedro entendió el poder de las palabras de DIOS, pidiéndole a nuestro Señor Jesucristo que fuera Él quien por medio se una palabra ordenara que avanzase. En otra ocasión un centurión también entendió el poder sanador que tienen las palabras de DIOS, éste le dijo al Mesías que no era merecedor de una visita personal, y que tan solo hablase una palabra para que su siervo fuera sanado. Y así fue hecho (Mateo 8:8-10).
     Una palabra de DIOS puede hacer que se abran ríos o mares para caminar sobre ellos. Una palabra de DIOS puede guardar a los suyos de muerte segura. En su palabra está el poder sanador que cualquier enfermo necesita. En la palabra de DIOS los creyentes encuentran esperanza cuando no la hay. La palabra del SEÑOR abre camino donde no hay, ésta ofrece seguridad aun en el valle de sombra de muerte. La palabra es el bálsamo que cura las heridas más profundas del alma.
     Las palabras de DIOS se quedan grabadas en el espíritu del creyente, y éstas hablan a su corazón para que no se pierdan a pesar de las tormentas de la vida.
    Cuando te sea difícil avanzar en la voluntad del SEÑOR para tu vida, vuelve a la  palabra que Él te ha hablado. Avanzado, y al hacerlo la duda y el temor se disiparán.

             NO  CAMINES A TIENTAS, VUELVE A LA PALABRA. 

viernes, 22 de mayo de 2015

Devociones: "Una piedra en el zapato".

En cierta oportunidad, mi pie derecho comenzó a inflamarse y el dolor era tan intenso que apenas si podía caminar. Tuve que concurrir con urgencia al médico. El pie se veía perfectamente sano por fuera, el problema era evidentemente interno. Fue entonces, cuando el doctor, ante mi mirada de terror, buscó un bisturí, lo esterilizó y sin mediar comentarios hizo una incisión de urgencia en la planta de mi adolorido píe. La infección fue extraída de urgencia. Una hora después mi pie estaba vendado y aún dolia, pero ahora era el dolor de la herida provocada por el bisturí. Conservando con el doctor, difícilmente pude acordarme que hacía unos días algo me había pinchado el pie y no le dí importancia. Tal vez pudo ser una piedrecilla en el calzado. La piel sanó la pequeña y diminuta lesión por fuera, pero por dentro había continuado un proceso infeccioso.
     A veces siento como si las piedrecillas, esas chiquitas que se encuentran en cualquier calle, en cualquier vereda, estuviesen "vivas". Y es que hay semanas en las que no pasa un día sin que una de ellas literalmente "salte" dentro de mi zapato.
    Con frecuencia, camino mucha distancia sin detenerme a quitarla. Sólo lo hago cuando llego a destino y encuentro un lugar con suficiente privacidad. A veces por el apuro, otras veces por pudor de quitarme el zapato en plena vía pública ante numerosos transeúntes, destino de la idea de pararme en cualquier sitio y quitar la molestia.
     Pero el tema resulta ser algo más profundo que apuro o pudor. A veces llego a la conclusión de que ya no me ha convertido en todo un hábito, el caminar con una piedrecita dentro del zapato. Al principio duele, incomoda, molesta, a veces lastima, pero aún así suele resultar más cómodo dejarla ahí, que enfrentar la situación y aún en pleno centro y ante la mirada de muchas personas, tomarme el trabajo de sacarla. Con el transcurrir de los pasos busco "acomodarla" para que no moleste tanto. A veces lo logro, aunque sea sólo un ratito, ya que la "muy piedrecilla" vuelve a  tomar su posición de invasora y comienza a molestar, a lastimar de nuevo. Y es que esta situación es en realidad extrapolable a un gran número de hábitos, conductas y situaciones que nos toca vivir en nuestro tránsito por este mundo.
     Ese momento, cuando en lugar de pararme y quitarla molesta piedrecilla, decido en cambio, dejarla en el zapato y tratar de acomodarla para que no moleste tanto; es cuando le estoy haciendo el lugar al huésped indeseado sin reparar en que ello implica una tácita e inconsciente aceptación de convivir con el problema. Una hoy subestimada, pequeña dificultad; pero que vino para instalarse, quedarse, crecer, venir a ser semilla de males mucho mayores.
     Lo que literalmente significa vivir sentado sobre una bomba de tiempo. Lo que lo que en principio resultan ser pequeños problemitas, muy lejos de quedarse quietecitos y en silencio en un rincón, comienzan a alimentarse de uno mismo y a crecer. Cada uno de esos problemas se "alian", se "asocian", se combinan con otros y sin importar el plazo, siempre terminan conformando una difícil y enredada trama. La que en principio fueron pequeños problemitas, terminan a la larga o a la corta, siendo grandes problemas de cada vez más difícil, compleja y a veces traumática solución.
     Y es que como en casi todas las situaciones que nos aquejan, no se puede lidiar con los problemas si en lugar de enfrentarlos echamos mano de la salida fácil de ACOMODARLOS en lugar de QUITARLOS. Quitarme el zapato ante la mirada de numerosos traseúntes es un problemita menor al lado del daño que le pudo ocasionar a mi pie. Y es que con frecuencia, para que un problema salga de nuestra vida es necesario abrir la puerta del corazón, y eso nos causa temor. Pero es necesario que el problema salga por la misma puerta por donde entró. Mientras más grande y complejo permitamos que se haga, más doloroso va a ser un proceso de salida.

  Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raiz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados.
                                          (Hebreos 12:15)  

jueves, 21 de mayo de 2015

Devociones: "Tus palabras son mi gozo".

"Cuando descubrí tus palabras las devoré; son mi gozo y la delicia de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, oh Señor Dios de los ejércitos Celestiales".
                                            (Jeremías 15:16)

     Las palabras de Dios dan vida, éstas vivifican, llevan de poder y dan un gozo indescriptible. Jeremías lo entendió, y por ello buscó la voluntad de Dios por encima de pasar dificultades. Él sabía que el camino que Dios había escogido para él no era fácil, no obstante no le importó con tal de seguir escuchando Sus palabras.
      Las palabras de Dios habladas a Sus hijos como respuesta de una fuerte comunión son invaluables, en ellas hay unicidad, es decir dichas palabras no son habladas a nadie más. Siendo que Dios tiene diferentes planes para cada persona además de una  relación única. Alguien que ha recibido palabras como estas de parte de Dios conoce que no existe nada comparado con la presencia de Dios dando gozo y deleite al corazón.
  La Biblia esta llena de tesoros, pero no a todos les son revelados. Solamente a aquellos que consagran su vida a Dios. Aquellos que ponen por encima de sus planes y anhelos a Dios. Personas que prefieren entregarse a sí mismas antes de perder su más grande tesoro, Dios.
     En la palabra de Dios está plasmado el corazón de Dios, y dichosos serán los que con determinación lo descubren.
     Así como Jeremías, haz de la palabra de Dios tu gozo y deleite. Sé saciado de lo eterno de Dios y así dependerás menos de lo que es pasajero. Si puedes tener el reino de los cielos aquí en la tierra, ¿por qué esperar a que partas a él?.

    HAZ DE DIOS Y SU PALABRA TU GOZO Y DELEITE, Y ASÍ SERÁS SACIADO.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Devociones: "Todos tenemos una Nínive".

En el vivido relato del capítulo 1 del libro de Jonás, hallamos a Jonás huyendo de la presencia de Dios. En este vibrante relato, dice la Escritura que Dios llamó a Jonás para que fuera a Nínive y así darles la oportunidad de arrepentimiento. Muy por el contrario, Jonás se levantó para huír de la presencia del Señor y finalmente halló en el puerto de Jope una nave que partía hacía Tarsi; en dirección contraria de su destino y embarcó con el único propósito de irse lejos de la presencia de su Dios.
     Mientras navegaban hacía Tarsis, Dios hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave (Jonás 1:4), dice la Escritura. Los marineros atemorizados cada uno clamaba a su propio dios, mientras echaban al mar enseres con el fin de aligerar el peso de la nave. Sin importar el temor y el denodado de los marineros luchando por sus vidas al filo de la muerte en medio de tan terrible tormenta. Jonás había descendido hacía el interior de la nave y dormía. ¿Cómo hizo para dormir en medío del rugir del viento y de las olas? ¿Cómo podía conciliar el sueño en medio de los terribles sacudones que hacían crujir los maderos de la nave al punto que parecia que iba a partir? Difícil saberlo. Pero el capitán de la nave en su desesperacion viendo que el neufrago de su embarcación era inminente, bajó, lo levantó y lo trajo a Jonás muy a pesar para que clamara a su Dios. Tal vez el Dios de Jonás tendría algo de compasión por ellos y no morirían.
      Finalmente Jonás tuvo que confesar a los marineros el motivo de su presencia en ese barco y la causa de la tormenta que cada vez arreciaba con más impetu contra la embarcación. Jonás huía de Dios y ante el temor de los marineros él mismo les tuvo que pedir que lo echaran al mar. No deseaban hacer eso, sabiendo que Jonás moriría. Pero finalmente clamaron a Dios y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor 
(Jonás 1:14). El efecto inmediato fue que aquellos hombres temieron al Señor ofrecieron sacrificio a Dios, e hicieron votos (Jonás 1:16).
      Jonás, en realidad no tenía problemas de ir a donde sea a predicar del Señor, si El así lo disponía....menos a Niníve. Por aquellos días Niníve se levantaba como una muy sería amenaza contra el pueblo de Israel, por lo que muy lejos de procurar su bienestar y la bendición de Dios sobre esa poderosa ciudad, lo que Jonás deseaba con todo su corazón es que todo el poder de Dios se descargará sin piedad contra ella, que hiciera desaparecer la amenaza de la paz de la tierra. No vaya a ser cosa que si iba y les predicaba se arrepentirán y Dios en lugar de destruirlos, terminara bendiciéndolos. No obstante los deseos de Jonás. Dios tenía otros propósitos no sólo para el mismo Jonás, sino también para Niníve.
     No puedo menos que sentirme profundamente identificado con Jonás. Muchas veces la pequeña y por cierto, frágil--nave de mi vida, se ha visto sacudida con vehemencia por la tormenta. Los maderos crujen con estridencia al punto de que parece que nuestro pequeño mundito se va a partir por el medio de un momento para otro. Es el momento cuando bajamos bien a lo profundo de esa sacudida  y maltratada nave de nuestras vidas, y nos echamos a dormir como Jonás. Las tempestades nos pasan por encima, los problemas ya no se suman, se multiplican, mientras el letargo se hace cada vez más profundo, redundando en la más absoluta inacción.
      Tiene que venir entonces el patrón de la nave, levantarnos de nuestro sueño forzado, ponernos a confesar el motivo de nuestro estado actual de cosas y clamar a Dios con vehemencia. A quienes nos rodean poco les importa el desenlace, ni saben del gran pez que nos espera. Pero sí, como aquellos marineros, ven el desenlace y aprenden que Dios es para tomárselo muy en serío.
     Todos en algún momento de nuestras vidas, nos hallamos frente a una Ninive; vale decir personas, instituciones, circunstancias que lejos de procurar su arrepentimiento, lo que en realizar es el deseo de nuestro corazón es que todo el poder de Dios se descargue contra ellas y las destruya. Dios a veces lo ha hecho así con los enemigos de su pueblo, pero no siempre obra de ese modo. Todos tenemos un mar embravecido al que sólo nuestro sacrificio puede aquietar; una dirección opuesta a los propósitos de Dios a donde ir; las fauces de un gran pez hecho a nuestra medida esperándonos para tragarnos en el medio del mar y depositarnos en la dirección y sitio correctos.

   Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.                         (Romanos 12:1-2)   

martes, 19 de mayo de 2015

Devociones: "Se trata de Dios".

                    "En Dios solamente está acallada mi alma".
                                                   (Salmo 62:1)

    He ido muchas veces a abrevar de versos de antaño, compuestos por valerosos adalides del Señor. Hombres y mujeres con cicatrices por las mil batallas enfrentadas. Héroes y heroínas triunfantes en el sufrimiento y la prueba independientemente de la métrica, de las sílabas tónicas o átonas, de la musicalidad o el ritmo de cada poeta, todos coinciden en su fascinación por Dios y dan todo el crédito de su triunfo al Señor. Las palabras de ellos me conmueven a años de distancia de haberse dicho y mi fe se robustece en la cadencia de las verdades eternas que ponderan. Tomo aliento en sus soliloquios llenos de honestidad y fe. Me bendice su lírica llena de fervor, y reparo en cada palabra como quien recibe un regalo increíble y lo reconoce con la vista, anonadado ante la maravilla de lo recibido. Me repito entonces a leer a estos insignes campeones de la virtud: se trata de Dios, se trata de él.
      Me lo confirma David cuando escribe: "Porque tú salvarás al pueblo afligido, /y humillarás los ojos altivos. / Tú encenderás mi lámpara, / Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas. / Contigo desbarataré ejércitos, / y con mi Dios asaltaré muros". Me lo ratifica Rodolfo Loyola al escribir su poema. Pero si Tú: "Es poca el ansia de vivir que siento, / pero si Tú me dices vive: Viviré/. Es poco el celo de escalar que aliento/, pero si Tú me dices sube: Subiré/. Es mucho el miedo de sufrir que tengo/, pero si Tú me dices sufre: sufriré/. Me acosa el hombre de saber lo eterno/, pero si Tú me enseñas, yo me saciaré". O el poeta mexicano. Amado Nervo, cuando escribe: "Si tú me dices ven, lo dejo todo..../ No volveré siquiera la mirada/ para mirar a la mujer amada..../ Pero dímelo fuerte, de tal modo/ que tu voz como toque de llamada/, vibre hasta el más íntimo recodo/ del ser, levante el alma de su lodo/ y hiera el corazón como una espada".
    Tres escritores, separados por siglos entre ellos, coinciden en que Dios es el centro, el todo. La quintaesencia de lo que somos y hacemos. La razón que nos conmina a perseverar a pesar de los infortunios del pedregoso camino. David le atribuye la victoria. Loyola las fuerzas para seguir y Nervo la decisión para abandonar lo que fuere necesario para seguirle. Pablo explica esta asombrosa verdad en Atenas, citando a Epiménides, Arato y a Cleantes: "Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos" (Hechos 17:28). Todo se trata de Dios y no encontraremos reposo hasta que nuestras vidas estén rendidas  a su voluntad.
     No se puede edificar un buen edificio sin un fundamento adecuado y no se puede estar saciado y completo sin Cristo. Llevar años en la Iglesia no nos hace mejores cristianos, es nuestro día a día apagado a su pecho, nuestra devoción incólume, nuestro andar obediente lo que nos acerca más a él en todo. Se trata de hacer de Dios el centro de nuestras existencias, sin subterfugios, sin escapadas ocasionales. Eso es la vida cristiana, una vida teocéntrica, gozosa en ser, para que Cristo sea . Morir a nosotros mismos, para que Jesús viva su vida en nosotros. Todo cobra significado cuando  es así. La vida no es una seríe de sucesos sin sentido y empezamos a vivir en el digno propósito de Dios. Sentimos que estamos viviendo con destino fijo.
    La lección es evidente y debemos aprenderla: No podemos vivir a plenitud si todo se trata de nosotros, de lo que queremos, de nuestros sueños. No fuimos creados para nosotros mismos y no estaremos bien fuera de nuestro diseño. Somos de Dios, fuimos hechos para él. Debemos ser tan consciente de ello, que deje de ser algo intermitente. Como la necesidad de reparar, lo hacemos todo el tiempo y no nos planteamos si debemos o no, si queremos o no, está tan intrínseca esa acción, que es imposible eludir su necesidad.
     No se puede vivir diciendo que somos lo que pensamos que somos, hay que vivir siendo lo que decimos que somos cristianos. Si eso somos, entonces la vida toda debe estar permeada de Jesús. Él debe ser quien hermosee nuestro hablar, nuestro actuar. Si ese es el deseo que subyace en nosotros. podremos hacer nuestras las palabras de Calderón de la Barca y con todas las fuerzas desear lo que él anheló a través de su poema: ¿Qué quiero mi Jesús?.

     "¿Qué quiero mi Jesús?....Quiero quererte, /quiero cuanto hay en mí, del todo darte/ sin tener más placer que el agradarte/, sin tener más temor que el ofenderle//. Quiero olvidarlo todo y conocerte/, quiero dejarlo todo por buscarte/, quiero perderlo todo por hallarte/, quiero ignorarlo todo por saberte. //Quiero, amable Jesús, abismarme/ en ese dulce hueco de tu herida/, y en sus divinas llagas abrasarme//. Quiero por fin, en ti transfigurarme/. morir a mí, para vivir tu vida/, perderme en tí, Jesús, y no encontrarme".   

lunes, 18 de mayo de 2015

Devociones: "Salvado para servir".

"Porque habéis sido comprado por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios"
                                            (1 Corintios 6:20)

      Los soldados de William Booth asombraron a la Inglaterra del Siglo XIX y luego al mundo entero con su peculiar misión Vestidos de uniformes singulares como metáforas de tela que ilustraban vivamente su militancia en Cristo, fueron a sitios donde la mayoría no quería ir. Borrachos, drogadictos, prostitutas, parías, vagos y delincuentes eran el objeto de su amor y trabajo a diarío. Fueron incomprendidos y vejados por parte de la sociedad y aún por sus propios hermanos, que veían en esto una idea estrafalaría y de poco juicio. Era común ver en sus cultos y marchas por la ciudad que le arrojan ratas muertas, piedras, alquitrán y que les escupieran. Sobre todo, los archienemigos fueron los taberneros. proxenetas y lúmpenes que veían amenazados sus negocios con el crecimiento del movimiento espiritual al que el mundo conoce hoy como El Ejército de Salvación.
     A pesar de la férrea oposición y del peligro real de martirio que corrian William, su familia y sus colaboladores, nunca capitularon en su visión de servicio. Ellos decían que habían sido "salvados para servir" y ese fue su eslogan y lo es aún. A la edad de 85 años, William Booth escribió estas apasionadas palabras: "Mientras las mujeres lloran como lo hacen ahora, yo lucharé. Mientras los niños pequeños padezcan hambre como lo hacen ahora, yo lucharé. Mientras los hombres vivan entrando, saliendo y volviendo a entrar en prisión como lo hacen ahora, yo lucharé. MIentras haya un borracho allá afuera, mientras haya una niña perdida en las calles, mientras quede una sola alma entenebrecida sin la luz de Dios, yo lucharé. Lucharé hasta el fin". Nunca se rindieron, no perdieron de vista su misión.
    Hoy se puede visitar su cuartel en el 101 de Queen Victoria Street, Londres, desde donde se dirige el trabajo que se realiza en 120 paises del mundo. El Ejército de Salvación es el tercer proveedor mundial de ayuda social en el mundo con gestos estimados en más de 2.600.000.000 de dólares y ayudando a más de 30.000.000 de personas. Su lema: "Sopa, jabón y salvación" ha revolucionado el mundo en los últimos 140 años de historia y ha llevado a millones el reino de Cristo. Todo es un claro ejemplo del impacto que puede tener una persona que le cree a Dios. El trabajo no lo hizo Willian Booth solo, él fue el iniciador, un ente de inspiración que usó Dios en su tiempo. Necesitamos más personas como él. Creyentes que sabiéndose salvados, eligen servir con fervor absoluto a sus semejantes. Que deseen llevar al mundo todo eso que por gracia han recibido.
     Una vida de servicio no es posible desde la comodidad y el egocentrismo. Hay que morir a lo banal e intranscendente para escoger aquello que es más grande que nosotros. Sólo almas que han sido elevadas por la gracia de Dios y que han comprendido su lugar planeta, pueden plantearse una vida altruista y apasionada. El sacrificio y el sufrimiento no son caminos agradables, pero en ocasiones solo a través de estos duros medios se puede asistir a otros para llevarlos a un siguiente nivel. No son suficientes los sermones, ni las buenas intenciones, ni los folletos que publicitan nuestras Iglesias. Hay que salir, hay que hablar con la gente en su contexto y por qué no, llevar un poco de sopa con nosotros y un jabón . Desde la generosidad nuestro mensaje será más creído, porque hemos sido llamados a imitar a Jesús y él enseñó que "más bienaventurado es dar que recibir".

    La Iglesia del Señor es un organismo vivo y dinámico. No somos un cuerpo de cera para ser exhibido en un museo, sino mayordomos incansables que con vitalidad y gratitud sirven a Jesús resucitado. Espere el enojo cuando usted trabaje para Dios. No haga caso de la crítica malsana, ni de los denuestos de los religiosos. Haga lo que ha sido llamado a hacer. Viva en concordancia con su militancia espiritual. Ande en novedad de vida, asombrando al mundo con un caminar de fe a la semejanza de Jesús. No puedo prometerle que recibirá medallas en esta tierra, pero estoy seguro de que será honrado por el Padre. No puedo saber si aplaudirán su sacrificio, pero esto sé, que si sufrimos con Cristo, también reinaremos con él (2 Timoteo 2:12). Con tales promesas apresúrate y esfuérzate en la gracia de Dios. Ánimo soldado, salvado estás. Ahora sal y di a otros de su fiel bondad. Marcha triunfante, con los ojos en la eternidad, y este mudo podrá ver la imagen de Jesús en tu caminar.      

domingo, 17 de mayo de 2015

Devociones: "Restaurando relaciones rotas".

Hubo un año en nuestro hogar en el cual comenzaron a deteriorarse algunos electrodomésticos. Esto es normal, los componentes tienen un tiempo de servicio limitado. Algunos más, otros menos; dependiendo de su calidad constructiva, del trato que tengan y del uso más o menos intensivo que se les dé, pero a la larga o a la corta, siempre terminan rompiéndose, llegan al término de su "vida" útil. Algunas cosas tienen repuestos o refacciones como le llaman en algunos lugares de habla hispana, reparación decimos nosotros; otras, definitivamente no. Pero lo malo en nuestro caso es  que a medida que se iban rompiendo los artefactos, ni siquiera hacíamos el intento de repararlos, los apartábamos a un lado para que no molestaran y simplemente dejábamos de usarlos.
     Cuando por fin, luego de casi un año y cuando las roturas se acumulan, pude comenzar a salir de ese letargo y emprender la reparación de los artefactos rotos. Ha pasado el tiempo y aún estoy en ese proceso, pero ya quedan menos. Lentamente cada artefacto ha comenzado a tomar su servicio nuevamente y disfrutamos de sus beneficios. Lamentablemente había cosas muy viejas que según el técnico, ya no tenían repuestos ni reparación, por lo que no hubo más remedio que descartarlas y buscar las alternativas de su reemplazo.
     Pero una de nuestras oraciones en familia, fue no solamente un "Gracias" por habernos dado el dinero, los medios y haber dado con personal técnico de confianza para la reparación, sino también un "....ayúdanos a restaurar, a reparar las relaciones rotas". En realidad, no sé por qué lo dije en ese momento en oración, pero quedó así cada vez que damos las gracias por la reparación de algo en casa.
    Ya en alguna oportunidad, encontré que--por lo menos en el caso de quien esto escribe----la raíz de ese mal hábito de no intentar reparar las cosas era algo más profunda de lo que parecía ser. Y es que para reparar algo, a veces podemos hacerlo nosotros mismos y por nuestros propios medios, pero las cosas se complican cuando ya no sabemos cómo hacerlo y el asunto se escapa de nuestras manos y control. Hay cosas en las que irremediablemente se debe consultar con los que saben. Si ya me costó ir con un electrodoméstico al técnico, imaginese lo que resulta ser concurrir al médico o peor aún; cargar conmigo mismo, desnudar el alma, exteriorizar este corazón roto ante un consejero u otra persona....
    Dios dice que "....el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros...." (Romanos 8:26). Y evidentemente, Dios tenía más planes conmigo a partir de aquella oración. Comenzó a poner gente en mi camino, amados hermanos a los que años atrás en mi torpeza y liviandad hice mucho daño. Las relaciones habían permanecido rotas durante todo el tiempo. Muchos soles se pusieron sobre nuestro enojo (Efesios 4:26), 25 años en uno de los casos.
     Unas cuantas veces he dicho que no me ha sido posible echar raíces en ninguna Iglesia. Pero parece que eso ha sido hasta hoy. Porque creer que Dios ya me había descartado por inservible, que ya no tenía repuesto ni reparación posible; me hizo retornar a la Iglesia en la que Dios había fijado mi destino. Ello a su vez, hizo que pudiera acceder a un evento en el que hallé a esas personas y pude finalmente hablar con ellas cara a cara, reconocer mi culpa y con humildad y quebranto de corazón, pedir su perdón. No hubiera sido posible de otro modo, no había otro camino que ese.
    Dios ya nos había perdonado, y ya había puesto en el corazón de esos hermanos perdonarme a mí, aunque yo no lo sabía. Pero recibir el perdón de esos hermanos liberó mi corazón de esa carga.

  Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
                                         (Santiago 5:16)
               
    

sábado, 16 de mayo de 2015

Devociones:"¿Quién es Dios para tí? ".

"Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? " (Salmo18:31).

     Existen muchas ideas distorsionadas acerca de Dios en el mundo. El agnóstico ve a Dios como alguien imposible de conocer. El panteísta ve a Dios como todo lo que existe. El ateo ni siquiera cree en Dios. El politeísta cree que hay miles de dioses. El humanista ve al hombre como dios y autor de su propia redención. El nihilista cree que nada tiene sentido en el mundo, todo está carente de significado, incluido Dios. Hay que decir que también en nuestros predios evángelicos hay ideas aquivocadas acerca del Señor. Tenemos la Biblia, pero aun así prevalecen ideas y tradiciones que no provienen de ella. Así que muchos cristianos suelen ver a Dios como alguien enfadado todo el tiempo. En ocasiones se actúa como si él fuera alguien distante e inalcanzable. Está el otro extremo donde están los que opinan que Dios es una especie de servidor, de ejecutor de sueños, de frases confesadas en alta voz y de visiones personales. Se puede entender que los no creyentes ignoren la naturaleza y la realidad de Dios, pero es inconcebible que un renacido no sepa quién es su Señor.
     Davíd sabía bien a quién servía y el Salmo 118 es un canto a la hermosura de Dios y a su poderío. Hay, al menos, veinte y seis cualidades que David resalta de Dios en este Salmo. Él reconoce a Dios como: el que lo cuida, su fundamento, su escondedero, su libertador, un refugio inexpugnable, alguien pendiente, su socorredor, su vengador, el más fuerte de todos, apoyo en la angustia, transformador de circunstancias, el que se agradaba de él, el Dios que premia, el que es luz, el que da poder, el que le guía, le hace raudo, afirma sus pasos, le adiestra, le hace habil, le sustenta, le salva, le engrandece, le saca de apreturas y le libra de fracasos. David era alguien que tenía una gran opinión de Dios, que vivía fascinado con quien Dios era para él y lo que hacía a su favor.
     Esta clase de Salmos deben ser parte de nuestro lenguaje cada día. Nuestra vida debe ser un canto a la grandeza de Dios. Nuestros pensamientos, palabras y hechos han de proclamar la honra de nuestro Maestro. Satanás intentará robar ese entusiasmo que desborda por Dios. Él se mueve con zapatos de algodón, con sigilo y con maña para hacernos creer que Dios es todo lo contrario a lo que nos dice la Biblia. Todavía si sea mentiras en los oídos de los seres humanos, como al principio de la creación. Debemos elegir no escuchar tales sugerencias de muerte.
     Debemos estar visiblemente exultantes como el Salmista si es que creemos lo que la Biblia dice de Dios. Como él debemos proclamar: "Viva Jehová, y bendita sea mi roca, y enaltecido sea el Dios de mi salvación" (Salmo 118:46). Eso es alegría auténtica y contra eso no puede ningún poder maligno. Un corazón que reconoce a Dios así está por encima del día, la depresión, la amargura, el temor, la duda. La comprensión a cabalidad de quién es Dios nos hará personas distintas, magnéticas en Cristo y este mundo necesita ese tipo de personas que sean un imán de salvación.

    Solo si vivimos en esa dinámica de fe y victoria podremos disfrutar en verdad la vida cristiana. Tan emocionado estaba David que declara: "Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre" (Salmo 118:49). Ese romance que experimentaba lo lanzaba a ser un anunciador a las naciones y un adorador enamorado de su Dios. David nos anima a través de este Salmo a que vivamos entusiasmados con el Señor, con lo que él es. Nada hay mejor que conocerle y experimentar su cercana amisdtad. 

viernes, 15 de mayo de 2015

Devociones: "Que la espera no agote tu fe".

En ocasiones podemos llegar al punto en donde la espera para ver concretada  aquella promesa que recibimos de parte de Dios se hace muy larga.
    Todos aquellos que hemos recibido alguna promesa de parte de Dios podemos decir que el esperar a que se concrete no es faćil, más aun cuando vemos que el tiempo pasa y aquella respuesta que esperamos no llega y lejos de verse venir la vemos cada día mas lejos de cumplir.
     Y es que la desesperación por ver concretada dicha promesa puede llevarnos a desesperarnos, a cansarnos o a simplemente renunciar a esa espera y olvidarnos de lo prometido.
     Nuestra actitud frente a la espera muchas veces no es la correcta. Y es que la mayoría de nosotros quisiéramos ver respuestas instantáneas, rápidas, pero la realidad es que Dios trabaja en un tiempo perfecto suyo y no mío.
     Cuando Dios te hace una promesa, Él la cumplirá, lo único que necesita de nosotros es que sigamos creyendo, pero el cansancio por la espera nos puede llevar a desistir o renunciar a recibir aquello que tanto anhelábamos.
    La Biblia dice sobre Dios: "Dios no es hombre para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? " (Números 23:19). En pocas palabras Dios cumple lo que promete.
      Este mismo versículo en otra versión de la Biblia dice: "Dios no es como nosotros. No dice mentira alguna ni cambia de parecer. Dios cumple lo que promete". (Números 23:19).
    No dejes que el cansancio de la espera agote tu fe, no permitas que el tiempo que pase te haga creer que Dios ya no cumplirá lo prometido. Al contrario, sigue creyendo, aférrate a su Palabra y a la promesa de que él cumple lo que promete.
     No importa cuanto tiempo pase, porque lo que si tienes que estar seguro es que Dios cumplirá en un tiempo el cual es perfecto como Él mismo.
     Dios tiene los tiempos medidos, a Él no se le escapa detalle alguno y aunque muchas veces pensemos que se ha olvidado o a cambiado de parecer sobre una promesa en concreto, debes recapacitar y recordar que su memoria es perfecta y sus promesas se cumplirán tal y como las declaro.

   ¡QUE LA ESPERA NO AGOTE TU FE! ¡FORTALECE TU FE EN SU PRESENCIA! ¡VE Y BÚSCALO!  

jueves, 14 de mayo de 2015

Devociones:"Prófugos de Dios".

"¿A dónde me iré de tu Espiritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz".
                                      (Salmo 139:7-12)

    Cuando se trata de obedecer a Dios todos tenemos a un Harry Houdini dentro. Sea para la obediencia  ala Palabra en cuestiones morales, o para emprender un proyecto ministerial que Dios ha puesto en nosotros, la tendencia humana es la misma. Buscamos atajos, formas d eeviatr la presión, maneras de alejarnos de lo que nos aterroriza. Nos convertimos en cristianos escurradizos a la hora de enfrentar las más elementales responsabilidades. Como el niño que rehúye del baño necesario, así nos deslizamos a hurtadillas fuera de Su presencia, como si Dios se le escaparan nuestras andadas.
    Es cierto que Dios pudiera dejarnos ir para  no volver, al fin y al cabo, los que salen perdiendo somos nosotros. Él no deja de ser Dios si en su obra deserta uno de sus soldados. Pero él es más que un general, él es Padre, y por eso se acerca hasta donde nos hemos escondido. Busca la manera de llamar nuestra atención y de hacernos entender lo correcto. Busca que evitemos los desaciertos que nos harán infelices. Es paciente, pero firme y eso me llena de asombro.
    ¿Dios insistiendo? ¿Dios buscando al hombre? ¿El Señor yendo a esos sitios que solemos frecuentar cuando estamos fuera de su voluntad? ¿Me pregunto por qué? Pero la respuesta es obvia, por amor, no hay otra razón válida, no existe otra posible contestación. Quien ama no te deja, no importa, no importa que torpe seas, esa persona estará ahí para volverte. Ahi, qué amor el de mi Dios. Cuando alocadamente huyo, él me busca. Cuando el miedo me hace esconderme,
él me encuentra y me hace salir con la persuación de un padre agonizante de amor.
    No nos podemos esconder de Dios, ni de nosotros mismos, solo de los demás y eso no ayuda mucho cuando tienes que lidiar con algo dentro de ti. Jonás intentó hacerlo, el profeta quiso irse del propósito divino, pesaban más sus prejuicios que su obediencia. Tales credenciales exhibe la necesidad de esquivar aquello para lo que estamos hechos. El  libro que lleva su nombre lo describe así: "Y Jonás se levantó para huír de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsi, lejos de la presencia de Jehová". Dios tuvo que enviar una potente tormenta y un formidable pez para hacer entrar en razón al inestable profeta. Finalmente una ciudad se salva por su escueto mensaje de arrepentimiento y Dios se sale con la suya. 
     No importa qué hagamos para escondernos, Dios nos encontrará. De nada sirve ser prófugo de un Dios omnipresente. Si te dice que seas, obedece. Si te dice que vayas, actúa. No hay realización más auténtica que la de corresponder  a su amor con nuestra lealtad. David de quien son esos versos que comienzan este escrito descubrió la inutilidad de escapar de Dios, lo incongruente que es tener miedo ante el que da paz y seguridad.
    No podemos andar destinados por la vida, huyendo de nuestra identidad, romanceando con el pecado o acariciando la rebeldia de resistir al llamado de Dios. Hay que decidir ser un buscador antes que un escapista. Un hijo obediente antes que un cristiano inestable. Pero que sepas que si te has ido él te encontrará, que si has huido el no cejará hasta captar tu atención. No hay lugar en el mundo, ni estado del alma en el que Dios no pueda encontrarte. Su amor te alcanzara Como escribiría George Mathenson, el himnólogo y predicador ciego.

                             Oh Amor que no me dejarás,
                     Descansa mi alma siempre en Tí;
                          Es tuya y Tú la guardarás,
                       Y en lo profundo de Tu amor,
                             Más rica al fin será.  

miércoles, 13 de mayo de 2015

Devociones: "Por el camino de Emaús".

Difícil conocer a dos mil años de los acontecimientos, dónde se encontraría en emplazamiento presente de la aldea de Emaús de (Lucas 24), cuyo nombre significa algo así como "aguas calientes" o "fuentes tibías". De los que saben, muchos coinciden en situarla a unos 11 Km. al Norte de Jerusalén, aunque su ubicación sigue siendo incierta.
     En aquella ocasión, Jesús el día de su Resurrección, se manifestó a dos de los discípulos que caminaban hacía Emaús. Con algo de dificultad puedo imaginar la situación en el marco del presente. Los hombres que caminaban por el polvoriento camino no lo estarían haciendo con entusiasmo, felicidad o algarabía justamente. Quien hasta hacía poco había afirmado categóricamente cosas como "la verdad os hará libres"; "Yo Soy el camino, la verdad y la vida....",
"Yo Soy el agua de vida...."; ahora ya no se encontraba entre ellos. A quien le habían escuchado decir "yo he venido para que  tengan vida y en abundancia" fue el mismo de quien presenciaron su triste y dolorosa muerte y a quien le oyeron clamar a gran voz "Padre, ¿por qué me has abandonado?" poco antes de morir levantado de una cruenta cruz como el más vil de los delincuentes entre otros dos malhechores. Un panorama bastante poco alentador por cierto. Ninguno de los hombres que lo seguían podría haber imaginado semejante desenlace.
     Muchos esperaban de Jesús a otra clase de "libertador". Un revolucionario, a alguien con fuerza de liderazgo como para levantar a la nación judía contra la opresión romana. "Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido" (Lucas 24:21), comentaban con tristeza ante Jesús mismo sin saber que era, nada más ni nada menos que Él, el tercer hombre que caminaba junto a ellos.
     En lugar de esa clase de "libertador" se hallaron ante un hombre que les presentó otra clase de reino, un reino cuyas fronteras trascendian este mundo, más allá de todo entendimiento, de toda razón, de toda justicia humana. Cuando estos dos hombres iban a Emaús, ya se habían comenzado a correr los rumores entre sus  seguidores de que el sepulcro había sido hallado vacío. No obstante ello, no podían dejar de sentirse confundidos y alguno de ellos con una dosis para nada escasa de incredulidad. Es más, cuando llegaron a la aldea, y Jesús se presento delante de muchos allí reunidos, unos cuantos de los que lo reconocieron se asustaron hasta tal punto que "espantados y atemorizados pensaban que veían espíritu" (Lucas 24:36-37).
     A lo largo de mi vida, puedo ver que he transitado y aún transito muchos de esos ardientes y polvorientos caminos hacia Emaús. Hace muy poco, habiendo sido blanco de otro episodio de prepotencia y de maltrato, esa noche sumido en angustia y confusión clamé al Señor con tristeza y vehemencia "Señor, haz algo".
    Muchas veces los caminos de la vida se toman desolados, el suelo quema los pies y el polvo hace arder los ojos haciendo que las lágrimas afloren sin contención. Como en los días de Jesús sobre esta tierra, muchas veces he esperado de Dios otra cosa distinta de la que El tenía pensado hacer y la percepción de nuestros sentidos humanos se torna difusa y confusa. Tal y como los dos hombres que caminaban en dirección a Emaús, que esperaban otra cosa de Jesús como "libertador" y no pudieron reconocer su presencia sino hasta mucho después.
     "En mi casa no es cosa de vez en cuando. En mi casa hay lágrimas todos los días. Pero mi consuelo sigue siendo el Señor" me comentaba hace unos días atrás, un amado amigo que pasa por una situación muy dificil. Yo me hubiera venido abajo por mucho menos de lo que le toca a él.
    Un ángel que puso Dios en mi camino para hacerme notar que aunque no lo pueda ver, que aunque mis sentidos y mi corazón me indiquen ausencia y distancia, sin importar los acontecimientos ni el desenlace, más allá de las personas y de las circunstancias; Su Dulce Presencia se encuentra allí, muy junto a mí.

martes, 12 de mayo de 2015

Devociones: "Perdonado".

"De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar".
                                           (Daniel 9:9a)

    Louis Sivie Zamperini, hijo de italianos emigrantes a los EE.UU. nació en Nueva York el 17 de Enero del 1917. Poco tiempo después, su familia se trasladó a California donde Zamperini comenzó el colegio y donde hubo de enfrentar grandes dificultades para adaptarse, ya que en su casa solo hablaban italiano y por tanto, en la escuela fue objeto de burlas por parte de sus compañeros. Para lidiar con la presión, Zamperini encontró un lugar en el equipo de atletismo, en el que pronto se destacó por su velocidad y siguió practicando en toda su etapa escolar. A la edad de 17 años ganó el campeonato de California de los 5.000 metros. A los 19 años logró clasificar para los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. En la competencia alcanzó el octavo lugar, pero en su última vuelta fue tan veloz que deslumbró hasta el mismisimo Hitler, quien quiso conocerlo en persona y lo llamó: "El chico de esa última vuelta rápida".
    Tres años después, Zamperini se enrolaría en el ejército estadounidense. Fue asignado a servir en El Pacífico, como teniente en un bombardero B-24 Liberator. En un vuelo de reconocimiento, la nave en la que viajaba Zamperini y otros 10 tripulantes sufrió un accidente donde murieron 8 de los soldados. Solo Zamperini y dos soldados más sobrevivieron y quedaron a la deriva en el océano. Estaría 47 días en el mar, bebiendo agua de lluvia, comiendo pescado crudo y un par de albatros que lograron cazar. Francis McNamara, uno de los tres sobrevivientes del accidente, moriria a los 33 días de estar a la deriva, pero Zamperini y Russel Phillips llegarían a una de las islas Marshall. Allí fueron atrapados por los japoneses y enviados a un campo de prisioneros.
   En aquel inhóspito sitio Zamperini conocería al sargento Matsuhiro Watanabe, apodado el pájaro, un guardia famoso por su crueldad y sadismo. Un hombre que disfrutaba rompiendo los dientes de sus prisioneros, golpeándoles hasta dejarles inconscientes y sometiéndoles a castigos horribles que él mismo inventaba. Watanabe tomó un interés particular en la estrella del atletismo estaunidense Louis Zasmperini y durante dos años lo sometió a todo tipo de abusos y vejámenes.
    Cuando acabó la segunda guerra mundial y Zamperini regresó a EE.UU. como un héroe de guerra tuvo que luchar con el trauma de la guerra, el abuso al que fue sometido y el dolor. Vivió un trágica agonía permanente hasta que encontró en Cristo liberación y sanidad. Billy Graham lo convenció para que contara su testimonio y pudiera ayudar a millones que atraviesan por angustias, resentimientos y mucho dolor. Desde entonces hasta su fallecimiento en Julio de 2014 ha dado cientos de charlas, entrevistas y conferencias ayudando a millones de personas por todo el mundo.
    En el año 1998 Zamperini fue televista en la antorcha olímpica en los Juegos Olímpicos de Invierno de Nagano, Japón.Su deseo fue encontrarse públicamente con su torturador. Matsuhiro Watsuhiro Watanabe, para ofrecerle su perdón incondicional. Watanabe, no quiso participar en el encuentro y no asistió. Quizás no sabía cómo lidiar con el perdón. Con su no asistencia rechazó la gracia que lo podía liberar de su deuda con aquel ex-prisionero. No tomó una buena decisión ante la oportunidad de ser perdonado. Murió en el 2003, y hoy se me antoja pensarlo no solo como sádico, o el implacable soldado torturador, sino como el hombre que no quiso ser perdonado.
     Ser perdonado supone asumir la propia maldad, entender que se es pecador, que se ha traicionado a la justicia. Se requiere mucha valentia para eso. La historia Watanabe no es nueva. Aquel ladrón en la cruz que rechazó la salvación de Cristo nos confirma que el hombre en su soberbia está enojado con Dios por ser bueno. El mensaje de Jesús es el perdón para el pecador. Los seres humanos deberán ser humildes para aceptar la misericordia de Dios como un acto de su soberanía e infinita bondad.
    Nosotros los que hemos sido perdonados debemos hablar de esa gracia. Debemos hacer público el ofrecimiento de Jesús de redención. Seguro alguien tendrá el coraje de recibir nuestro mensaje, como nosotros lo hicimos un día. Quizás alguien en nuestra familia, círculo de amigos o comunidad responda a nuestro mensaje: ¡Sí, yo quiero ser perdonado!.    

lunes, 11 de mayo de 2015

Devociones: "Peor que muchos fracasos, son pocos intentos".

"No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos".
                                       (Gálatas 6:9)
    Hoy estaba meditando sobre los fracasos que en la vida nos toca enfrentar, esos capítulos de nuestra existencia que quisiéramos pasar por alto y que realmente no podemos evitar que aparezcan.
     Y al pensar sobre los fracasos de la vida, se me venía a mi mente una famosa frase de Thomas Alva Edison  que dice: "Peor que muchos fracasos son pocos intentos".
     La historia narra que era el año 1879 y hasta esa fecha Edison había invertido aproximadamente $40.000 que era una cantidad muy importante en esos años, todo por tratar de inventar la primera lámpara eléctrica. Después de casi 1200 intentos fallidos lo consiguió.
     Edisdon tuvo que intentarlo más de 1200 veces para lograr conseguir su objetivo, la pregunta que cada uno de nosotros debemos hacernos es: ¿Cuántas veces lo he intentado?.
     La mayoría de nosotros frente al fracaso nos derrumbamos, las fuerzas se nos van y perdemos las ganas de lograr los objetivos que nos trazamos, es allí en donde me gusta la frase que Edison en algún momento de su vida dijo: "Peor que muchos fracasos, son pocos intentos".
     ¿Cuántas veces más tendremos que intentarlo?, la verdad no lo sé, pero si estoy seguro de algo: NUNCA DEJARÉ DE INTENTARLO.
   Pueda que en este momento de tu vida estés atado a alguna situación que has intentado superar, quizá hay alguna área de tu vida que te ha sido tropezadero y has intentado una y otra vez vencerla y hasta la fecha no has podido. Quizá te sientas por momento indigno de estar frente a tu Padre Celestial o crees que Dios se cansó de ti, mas sin embargo hoy quiero invitarte a que no te rindas, a que LO INTENTES CUANTAS VECES SEA POSIBLE.
    Dios no se cansara de verte que lo intentes, porque con su ayuda llegará un momento en donde podrás vencer, en donde podrás superar aquello que un día pensaste que iba a ser imposible de superar, mas con Dios de nuestro lado lo imposible se hace posible.
     Quizá fracases una u otra vez, pero levántate, e inténtalo nuevamente, recuerda: "Peor que muchos fracasos, son pocos intentos". ¿Cuánta gente se quedo en el camino a cumplir sus sueños solo porque fracasaron y ya no lo intentaron una vez más?.
    El cielo estará lleno de valientes, aquellos que pese a los fracasos, supieron ponerse de pie e intentarlo una vez más, que jamás se rindieron de intentarlo y como consecuencia estarán gozando por toda una eternidad con el Señor.
     Tú eres de esos valientes, tú has sido llamado a ser parte de ese reino celestial, NO TE RINDAS, jamás te des por vencido, nunca creas que has fracasado totalmente, siempre hay una nueva oportunidad para intentarlo y HOY DIOS TE LA QUIERE RECORDAR.

            ¡INTÉNTALO, NO TE DES POR VENCIDO!

    "perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos"
                                     (2 Corintios 4:9)  

domingo, 10 de mayo de 2015

Devociones: "Ojos que brillan por Jesús".

"Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo".
                                     (Filpenses 3:8)

     El teólogo más grande del mundo cuenta su testimonio otra vez. Lo había hecho antes, frente al rey Agripa, en una sala para invitados. Ahora lo hace desde una celda en Roma. Le escribe a la Iglesia de Filipos, en Macedonia, con la sinceridad de un viejo amigo. Su lenguaje es cálido y vehemente a la vez. Es tan apasionado que hace que la tinta negra en aquel papiro se convierta en púlpito. Su intención es aconsejar y exhortar  a aquellos que a través de él, escucharon el mensaje del evangelio por primera vez. El capítulo tres es un llamado a la vigilancia espiritual, a la prudencia y al Cristo centrismo. Sus palabras iban respaldadas por el Espíritu Santo y por una vida entera vivida para Dios y los demás. Imagino que los filipenses no quedaron indiferentes ante la sinuosa escritura del viejo apóstol y espero que nosotros tampoco.
    El mensaje paulino es fácil de entender, aunque no de prácticar. Es un llamado a centrarse en lo que es realmente importante. Aquellas cosas que tienen que ver con lo que no se ve. El apóstol menciona como algo sin relevancia se genealogía (tema medular para un judío), su trasfondo racial y religioso, su celo, e incluso su conducta irreprochable según los más altos cánones judíos. Todo eso carece de valor ante Jesús. Conocerlo es la meta suprema de un cristiano y eso implica necesariamente el abandono de cualquier confianza cimentada en lo humano. Pablo llega a  considerar todo logro como basura, si ello le impidiera ganar a Cristo. Tiene claro a quién ama y en quién tiene depositada su esperanza.
    La excelencia del conocimiento de Cristo Jesús deslumbraba a Pablo al punto de considerar como pérdida cualquier otro logro. Su meta era "ganar a Cristo" y "ser hallado en él". De eso se trata la fe, esa es la quinta escena de la vida cristiana. Lamentablemente hay quienes no paran de hablar de sus logros, de sus titulos, de sus numerosas congregaciones, de su creciente ministerio, de su trasfondo eclesial y de sus novedosos proyectos. ¿Pero qué hay de Cristo? El ministerio centrismo ha ocupado el lugar del Cristo centrismo en muchos ministerios. Este es, probablemente, uno de los peligros más grandes que acecha a nuestra contemporaneidad evangélica. Se está humildemente orgulloso de aquello que "hemos alcanzado" aunque nada podemos sino por su gracia "Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorias como si no lo hubieras recibido? (1 Corintios 4:7). Estamos en constante peligro de desenfocarnos, los filipenses lo estaban y nosotros no somos mejores. Nada debe ser más importante que Cristo, ni siquiera su obra o trocaremos nuestra razón de ser en este mundo.
   Hace algunos meses. Dorothy Cederblom, una misionera anglosajona de más de 60 años en los campos de América Latina me dijo: "A mis 82 años todavía me brillan los ojos por Jesús, como aquella primera vez que me llamó al ministerio, siendo yo una adolescente. Nunca dejaré que nada ni impida que mis ojos brillen por él". Asombroso. El mismo sentido de las palabras de Pablo, pero dichas en el siglo XXI por una mujer de menuda estatura y piel arrugada por casi un siglo de estaciones. Nada importa más que Jesús, nadie puede quitarle eso a uno. Las palabras de Dorothy me hicieron inferir que ella también ha tenido que defenderse de los ladrones del Cristo centrismo en más de una ocasión.
      Estamos en guerra. Nos quieren quitar a Jesús del centro de nuestras vidas. Nuestro enemigo conspira para que desplacemos al Maestro de nuestro punto fijo de mira. No se lo permitamos. Todo lo que en esta vida podamos obtener, en la Iglesia o fuera de ella, créeme, todo es basura comparado con Cristo Jesús.
      

sábado, 9 de mayo de 2015

Devociones: "No te preocupes, en su lugar confía".

"Así que no se preocupen por todo eso diciendo: "¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?". Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten".
                                        (Mateo 6:31-33)

    Con el tiempo he aprendido que preocuparme está demás, y es que en ocasiones la preocupación que sería al ver que las cosas que salían de mi control me llevaba a turbarme por completo, afanarme en buscar una respuesta, pero sobre todo parecía que me desconectaba de Dios, pues elevaba mi problema a un punto tan alto que me olvidaba que para Dios no hay nada imposible y que es Él quien dicta la ultima palabra.
    Es difícil no preocuparse cuando las cosas se van de nuestro control, pero cuando la preocupación conquista todo nuestro ser y opaca a nuestra fe, entonces esa preocupación se convierte en un problema mayor que el que se supone que la provocó.
    Y es que la perdida de la fe es el mayor problema que podemos tener, no hay otro problema más grande que dejar de confiar en la mano poderosa de Dios. Y en este punto quizá algunos digan dentro de sí: "Yo nunca he dejado de confiar en Dios", y la verdad es que quizá nunca han dicho que han dejado de confiar en Dios, pero nuestros hechos, nuestras acciones, nuestra preocupación, ansiedad, afán y todo aquello que es provocado por una excesiva preocupación por las cosas que no están pasando son el reflejo de que hemos olvidado que es Dios quien tiene la última palabra en eso que tanto nos aflige.
     Yo quiero invitarte a demostrarle a Dios que confías plenamente en Él y en lo que va hacer en esa situación que tanto te afligía. Desmuéstrale que confías en Él y en lo que va hacer en esa situación que tanto te afligía. Demuéstrale que confías en Él manteniendo la paz en tu corazón, no desesperándote, no tomando decisiones precipitadas, sino que confiando, alabando a Dios y adorándolo en medio de cualquier valle de preocupación que estés atravesando.
     Demostrémosle a Dios que confiamos en el, que el afán y la turbación no conquisten nuestro ser, que la fe en Dios sea cada día más grande, que nuestros ojos no vean los problemas que nos rodean sino al Dios que trae consigo la solución.
    No permitamos que esas cosas que se han escapado de nuestro control nos roben el gozo, no permitas que la preocupación extrema en eso de lo que ya no puedes hacer nada te robe la sonrisa, al contrario, cuando las cosas ya se han escapado de nuestro control y no hay nada más que hacer de parte nuestra, lo único que deberíamos hacer es sonreír y ver el cielo, confiando y creyendo y que Dios viene en camino con una respuesta que superará nuestras expectativas y que será la recompensa de nuestra fe, esa fe que se mantuvo intacta a pesar de los graves problemas que nos ha tocado enfrentar.
    Hay solo puedo decirte que no te preocupes, que en su lugar confía en lo que Dios ha de hacer, porque cuando confiamos en Dios. El honra nuestra fe y da mejores respuestas de las que pensamos que podrían existir.

                         ¡CONFÍA Y DEJA DE PREOCUPARTE!

     "No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús".
                                          (Filipenses 4:6-7)

viernes, 8 de mayo de 2015

Devociones: "Si hablo no puedo escuchar".

"Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse".
                                       (Santiago 1:19)

     Aunque nuestra cabeza incluye dos oídos y una sola boca, proporción física que nos sugiere que debemos escuchar más que hablar, cuesta actuar de esa manera. Lope de Vega, el célebre escritor español, decía: "si rey fuera, instituyera cátedras para enseñar a callar". Es que cuando hablas no puedes escuchar y este mundo se está quedando cada vez más sordo. Oscar Wilde, el novelista Irlandés autor de grandes éxitos como Es retrato de Dorian Gray , aseguraba que la mayoría de la gente no escucha cuando se le habla. Para demostrarlo contaba una anécdota que le sucedió en una importante fiesta a la que había llegado tarde. Para justificarse, Wilde le dijo a su anfitriona: "Disculpe, es que he tenido que enterrar a una de mis tías que acabo de matar". Su interlocutora respondió: "No se preocupe usted, lo importante es que está aquí".
    El placer de escuchar es incomparable, se los puedo asegurar. Vivo en una casa en la periferia de un pintoresco pueblo cordobés. Mi casa es de hecho la última calle. A mi alrededor tengo un plantío de olivos que a juzgar por su tronco y altura tendrán unos 300 metros. La habitación que tengo destinada para oficina tiene un viejo escritorio arrimado a la ventana, por lo que puedo sentir el sonido de la brisa primaveral del sur deslizándose entre los olivos, colándose por mí ventana y acariciando mi cara. El sonido de las aves que buscan sus alimentos en el campo alborota la imaginación y me traslada a aquel primer paraíso. Pájaros cantores me dan conciertos gratuitos que me hacen detener los dedos sobre el teclado de mi ordenador. Mi tecnología anacrónica con el paisaje, pasa a un segundo plano mientras degusto de un concierto de sonidos hechos por insectos, aves y plantas. Escuchar es hermoso, nadie debería perderse esto jamás.
    Un proverbio egipcio asevera que "oír es precioso para el que escucha". Sin embargo, se puede oír y no escuchar. Con tantas prisas que vivimos es esta vertiginosa modernidad se está perdiendo la habilidad de escuchar. Como pastor y consejero familiar la queja que más suelo oír de las parejas es: Mi cónyuge no me escucha. Parece ridículo y hasta improbable, pero por causa de no escuchar muchos matrimonios están acabados. Qué poder tan destructivo tiene esa sordera a sabiendas que cree vanidosamente que él otro no tiene nada que decirnos.
     No escuchar es la enfermedad de un espiritu orgulloso y egoísta. ¿Por qué oír, llevo prisa? ¿Qué me va a enseñar si es tan joven? ¿Me habla de sus problemas?, ya yo tengo bastantes con los míos. Escusas egoístas para no prestar atención, actitudes que nos privan de ayudar a otros. Dios mismo tuvo que regañar a Job por su locuacidad desmedida. Tanto hablar le imposibilitaba dejarse ayudar: "Escucha, Job, y óyeme, calla, y no hables (Job 33:31). Así de obtusos podemos llegar a ser, ya fuere con el hermano, o con Dios.
     "Algunos oyen con las orejas---escribió Khalil Gibran--, algunos con el estomago, algunos con el bolsillo y algunos no oyen en absoluto". Sumaria a la lista los que escuchan con el corazón. Creo que esos son los imprescindibles. Padres que escuchen a sus hijos con paciencia. Maridos que presten más atención a las pláticas de sus esposas. Pastores y líderes espirituales que escuchen a sus congregaciones con absoluta entrega. Políticos que creen foros para escuchar en lugar de tanto decir. ¡Vaya!, ¿sería esto posible?

   No nos ha puesto Dios por gendarmes del mundo y este escrito no es una crítica.

jueves, 7 de mayo de 2015

Devociones: "Si yo te llevara de la mano".

Mi hijo Uziel ahora tiene seis años, ayer salimos de paseo con mi familia a un refugio de animales y mientras atravesábamos uno de los senderos angostos, caminos de tierra y piedras que pueden provocar tropiezos o el deslizarse, yo llevaba tomado de la mano a mi hijo para evitar que tropezara y cayera.
    En el transcurso de unos cien metros tropezó tres veces y en cada una de ellas estuve allí para con mi mano no dejarlo caer, la tercera vez le dije espontáneamente: "Te das cuenta lo importante que es ir de mi mano, si yo no te llevara de la mano ya hubíeras caído al suelo". En ese mismo instante, cuando termine de pronunciar la última palabra. Dios redarguyo mi espíritu y me hizo sentir que Él me decía exactamente lo mismo: "Si Yo te llevara de la mano ya hubieras caído". Un silencio dentro de mi ser se produjo en ese momento, quede sin palabras y solo dije dentro de mí: "Tienes razón Dios mío, gracias por no soltarme de la mano".
     A veces vamos por los caminos peligrosos de la vida, creyendo que somos capaces de caminar solos, creyendo que por nuestras buenas capacidades somos lo suficientemente buenos cómo para salir de cualquier problema o evitar cualquier tropiezo que nos pueda mandar al suelo o provocarnos daños fuertes.
     A veces se nos olvida que Dios nos lleva de la mano, que si no fuera por Él, muchos ya hubiéramos tropezado y caído. El salmista David escribía mientras estaba en el desierto de Judá: "Me aferra a tí; tu fuerte mano derecha me mantiene seguro. "(Salmo 63:8).
    En el camino de la vida nos enfrentaremos a caminos en los cuales habrá obstáculos que propiciaran que tropecemos, pero es lindo saber que Dios nos permitirá que caigamos, pues nos tiene tomados de la mano.
     David escribió el siguiente salmo:
  "Aunque tropiecen, nunca caerán, porque el Señor los sostiene de la mano".
                                            (Salmo 37:24)

   Ese salmo describe exactamente lo que Dios puso en mi corazón ayer al hacer sentir sus palabras: "Si Yo no te llevara de la mano ya hubieras caído". Sin duda Dios ha tenido misericordia sobre nuestra vida que aun en los momentos de descuido en donde hemos creído que podemos caminar solos y nos hemos tratado de soltar de su mano, Dios ha sido fiel no soltándonos.
    Hoy quiero invitarte a reconocer que vas de la mano de Dios, por tal razón aun cuando tropieces no caerás, porque Él está allí para sostenerte y evitarlo. Dedica un tiempo este día para reconocer el cuido que Dios ha tenido contigo y para agradecer por todas las veces que sin darte cuenta te ha sostenido para no caer.

                   ¡Dios ha sido fiel y lo seguirá siendo!

   ¡AUNQUE TROPIECES NO CAERÁS PORQUE ÉL TE SOSTIENE D ELA MANO!
    "Nuestra vida está en sus manos, él cuida que nuestros pies no tropiecen"
                                          (Salmo 66:9)   
      

miércoles, 6 de mayo de 2015

Devociones: "Su fe provocó un milagro".

"Pero una mujer que desde hacía 12 años padecía de flujo de sangre, y había sufrído mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote".
                                      (Marcos 5:25-29)

     El milagro original no era para ella, sino para la hija de Jairo. Sin embargo, para aquella mujer, Jesús era su única y última esperanza. Sin salúd, dinero, ni amigos; con la condición de ser inmunda y enajenada del mundo en que vivía, de las personas que la rodeaban.
      Su corazón reclamaban a gritos, ella necesitaba que algo pasara. Estaba cansada y afligida vivir así. Entonces acudió y utilizó su último recurso: LA ESPERANZA. Ella se movió con una fe superior a sus fuerzas y circunstancias. Realmente su panorama era triste y desesperante, pero ella no se concentró ni en sus limitaciones, ni en los impedimentos que había alrededor de ella. Ella creyó en un poder superior, ella vio una oportunidad de que su problema fuera resuelto de una vez y por todas.
    Por tal razón no le importo ni la multitud, ni lo difícil que parecía que lograra lo que había propuesto. Persiguió a Jesús como lo que era, el único que la podía salvar. Aquella mujer pensó: "si logro aunque sea tocar el borde de su manto, estoy , segura de que algo pasará todo será diferente".
   Yo no sé cuántas cosas pasaron ese día intentando que la fe de esta mujer se desvaneciera. Tal vez hubo una montaña de circunstancia, quizás surgieron muchas dudas en su mente que quisieron  frenarla para que no lograra alcanzar lo que su corazón tanto deseaba. Solo sé que no se rindió y que por no rendirse, provocó que saliera virtud del Maestro Jesús y quedará sana instantáneamente de ese azote que por tantos años había llevado.
  Pueden ser tantas las ocasiones en que pudiéramos sentirnos en un punto donde pensamos que si no ocurre algo pronto, sencillamente no podremos continuar. Donde sentimos carecer de las fuerzas necesarias para seguir luchando. Es posible que los ojos de muchos estén puestos sobre nosotros.
     Que algunos esperan vernos caer o tropezar para señalarnos. Pero el Precioso de Israel, nunca nos dejará ni nos desamparará.

    HAZ QUE TU FE PROVOQUE UN MILAGRO, QUE TU CORAZÓN SINCERO Y SENCILLO LO CONMUEVA, ADÓRARLE MAS ALLÁ DE TUS CIRCUNSTANCIAS Y DE LO QUE VES, ÉL SIGUE SIENDO DIOS, SIGUE ESTANDO AHÍ PARA TI.

    Esta mujer no recibió solo la santidad que su cuerpo tanto anhelaba, sino que algo aún mucho más importante, la salvación de su alma que necesitaba descanso y refrigerío, Su acto tuvo que conmover a aquella multitud que la rodeaba, porque ese milagro fue escrito en la Biblia y relatado por diferentes personas. Y aún su historia, a pesar de los años que han pasado, sigue inspirándonos y motivando nuestra fe.
   Quizás llevas mucho tiempo y aún no ves los resultados. ¡NO DESESPERES, DIOS TE ESTÁ ESCUCHANDO Y A SU TIEMPO OBRARÁ! Nuestro reloj no marca las horas igual que las de él. Pero algo puedo decirte porque Él me lo ha enseñado y demostrado: AUNQUE TÚ PIENSES Y SIENTAS QUE NO PODRÁS SOPORTAR MÁS EL DOLOR Y LA ESPERA, ÉL TE DARÁ LAS FUERZAS PARA QUE PUEDAS LLEGAR HASTA EL LUGAR DONDE LOGRARÁS ENCONTRAR TU PROPÓSITO EN ÉL, DA UN PASO MÁS Y OTRO Y OTRO MÁS.....

     PORQUE UN DÍA ABRIRÁS TUS OJOS Y VERÁS LO QUE POR TANTO TIEMPO HAS ESTADO ESPERANDO.   

lunes, 4 de mayo de 2015

Devociones: "No olvides tu llamado".

              "Pues los dones de Dios y su llamado son irrevocables"
                                                        (Romanos 11:29)

      DIOS depositó en cada uno de sus hijos un llamado, llamado que les da vida y propósito. No obstante con el pasar de los años y las muchas ocupaciones este se puede olvidar. Aquello que al principio era un gran privilegio se ve como algo pesado. Esto porque ya no se incluye a DIOS en ello. Pero aunque la persona intente alejarse de su llamado sin lugar a duda le alcanzará. En una ocasión platicando con un Pastor de reconocida carrera, le pregunté cómo es que él supo cuál era su llamado. A lo que respondió que todo llamaba a ello, y que de no haberle realizado, aquello lo hubiera aplastado. Fue una explicación muy gráfica, si no viviese su llamado hubiera sido aplastado.
     La palabra que se utiliza en el hebreo, idioma original en que se escribió la Biblia, para pecado es "Chata" y significa "Errar el blanco". Entonces cuando el creyente no está viviendo el llamado que DIOS le ha dado, está errando al blanco. Sin importar las buenas obras o éxito que pueda llegar a tener. Las mismas Escrituras destacan lo importante de cumplir el propósito divino. En el Nuevo Testamento se encuentra un breve epitafio de la vida del rey David, en este no se menciona cuantas batallas ganó, tampoco que fue mediante él que DIOS unificó el reino de Israel, ni que de su linaje provenía el Mesías, más solamente que él cumplió su propósito al servir a su generación y después murió. Esto en (Hechos 13:36). Así es, después de cumplir el propósito que DIOS tenia para él simplemente murió. Al Señor no le importó lo demás que David hizo, más solo que cumplió su propósito.
     Algunos individuos de la Biblia intentaron dejar a un lado su llamado pero éste les alcanzó. Moisés se refugió en el desierto después de que en sus fuerzas no pudo liberar a Israel de Egipto, pero DIOS le llamó desde una zarza para recordarle su llamado. El mismo rey David estando desesperado al no tener lo que DIOS le habia prometido, peleó para los filisteos. Pero DIOS en su misericordia le instaló de nuevo en su perfecta voluntad y le puso como rey de su pueblo.
    EL SEÑOR redimió a los suyos para que cumpliesen un llamado en especifico. Cada rasgo de su vida será utilizado por el Todopoderoso para compartir la salvación de Jesucristo.
    Querido hermano, no es casualidad todo lo que hasta el momento has vivido. Sino la preparación de tu llamado. Sin importar que en el pasado no hayas conseguido lo que sabes es un llamado de parte del SEÑOR, no desistas. Pues cuando realmente estés listo ocurrirá.

NO OLVIDES TU LLAMADO, VÍVELO AL LADO DE TU SEÑOR JESUCRISTO.