viernes, 30 de noviembre de 2018

Devociones: "Salmo 23: El buen pastor".

"Salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo  compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenian pastor".
                                        (Marcos 6:34) 

      El (Salmo 23) es el pasaje bíblico más conocido, incluso por la gente que no está muy familiarizada con la Biblia. Da paz y consuelo en los momentos dificiles de la vida.
      "El Señor es mi pastor, nada me faltará. En lugares de dedicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán alient. Aderezas mesa delante de mi en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebozando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los dias de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días".
     El autor de esteSalmo es David un pastor que llegó a ser rey de Israel. Pasó por alegrías y tristezas, como cada uno de nosotros. Atravesó grandes peligros y experimentó victorias y derrotas. Este Salmo e sla expresión de una total confianza en Dios.
    Son notables los cuidados de un pastor hacia su oveja, animal miedoso que se pierde cuando se separa del rebaño, indefenso ante los depredadores, la interperie, las enfermedades.....El pastor vela, conduce el rebaño, aleja a los agresores, cura a la oveja enferma, va en busca d ela descarriada y la trae al rebaño. La oveja está segura cerca del pastor. Si lo sigue será llevada a buenos pastos y al agua que la sacia.
     Y en situaciones extremas, es decir; cuando pase por el valle sombrío y espacioso, final que parece aterrador, el cristiano tendrá protección junto al poderoso pastor, Jesucristo. 

martes, 27 de noviembre de 2018

Devociones: "Jesús y nuestras preocupaciones".

"Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros".
                                         (1 Pedro 5:7)

     "¡Qué vida! ", se oye decir a menudo. ¡hay tantos sufrimientos, injusticias, inmoralidad, dificultades de todo tipo, y todo esto para acabar inevitablemente en la muerte! Comprendemos a los que hablan así, pues están llenos de incertidumbres respecto al presente y no tienen ninguna esperanza para el más allá. ¿Forma usted parte de los que piensan que la vida es una carga  demasiado pesada?.
    Sin embargo, hay alguien que puede comprenderle porque estuvo en la tierra y vivió como hombre entre los hombres. ¡Es Jesús! Él vive y se interesa en usted personalmente. Él también lloró, y puede consolarle.
    Él, quien fue odiado por todos, desea demostrarle que le ama. Él, quien fue  abandonado por todos, nunca lo abandonará. "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano" (Juan 10:27-28).
     Él, es justo, quien fue condenado, le ofrece el perdón de Dios. "Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu" 
(1 Pedro 3:18). 
      Él quien fue rechazado, nunca lo rechazará. "Al que a mí viene, no le echo fuera" (Juan 6:37). Él, quien fue clavado en una cruz, quiere darle  la vida eterna.
     ¿Qué se necesita para tener un amigo así? Acudir a él con sus preocupaciones y sus penas, con toda carga que pesa sobre sus espaldas. Este peso tal vez sea desconocido por los demás, pero no por él. Jesús está dispuesto a recibirle; no será superado por ninguno de sus problemas. 

domingo, 25 de noviembre de 2018

Devociones: "He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación".

       "He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación".
                                           (Filipenses 4:11)

     A menudo se nos dice que lo que no importa son las circunstancias de la vida, sino cómo reaccionamos a ellas. Es cierto. En vez de estar tratando siempre de cambiar nuestras circunstancias, debemos pensar más en cambiarnos a nosotros mismos.
    Hay diferentes modos en los que la gente responde a los acontecimientos adversos. El primero es estoicamente. Esto significa que son completamente impasibles, apretando los dientes sin mostrar ninguna emoción. Su política es: "cooperar con lo inevitable".
    Otros responden histéricamente. Se  derrumban emocionalmente con grandes clamores, lágrimas y demostraciones físicas espectaculares. Algunos reaccionan derrotistamente. Se rinden en un despreciable desaliento. En casos extremos esto puede terminar en suicidio.
    El cristiano normal responde sumisamente. El creyente razona: Esto no sucedió por accidente. Dios controla todo lo que llega a mi vida. No ha cometido un solo error. ha permitido que esto suceda para glorificarse a Sí mismo, bendecir a los demás y hacerme bien. No puedo ver el pleno desarrollo de Su programa, sin embargo, confiaré en Él. De modo que me inclino ante Su voluntad y oro pidiendo que se glorifique a Sí mismo me enseñe lo que desea que aprenda".
     Hay otro modo en el que algunos santos escogidos reaccionan, es decir, triunfalmente. No me atravo a contarme entre este número, aunque aspiro a formar parte de su compañía. Estos son los que usan la adversidad como un trampolín para la victoria. Transforman lo amargo en dulce y las cenizas en belleza. No dejan que las circunstancias les gobiernen, más bien hacen que las circunstancias les sirvan. En este sentido, son "más que vencedores". He aquí unas cuantas ilustraciones.
     Había una cristiana cuya vida parecía estar llena de decepciones y frustración. No obstante su biógrafo escribió: "Hizo de las negativas de Dios magnificos ramos de flores".
    Ciertos creyentes en un país oriental habían sido atacados con piedras por una multitud encolerizada. Cuando estos mismos creyentes regresaron, construyeron una capilla con las piedras que les habian sido arrojadas.
    Después de comprar una casa, un hombre encontró una inmensa piedra en medio de su jardín. Decidió hacer un jardín adornado de piedras.
    E. Stanley Jones decía: "Usa tus negativas y conviértelas en puertas", como alguien dijo: "Cuando la vida te da limones, haz limonada".
     Me gusta especialmente la historia del hombre a quien su doctor le dijo que perdería un ojo y tendría que usar un ojo de cristal. Su respuesta inmediata fue: "Asegúrese de ponerme uno que pueda guiñar". A esto le llamo yo vivir por encima d elas circunstancias.  

sábado, 24 de noviembre de 2018

Devociones: "Bendice, alma mia a Jehová, y no olvides ninguno de sus benefiicos".

"Bendice, alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios....sana todas tus dolencias".
                                         (Salmo 103:2-3b)

     Uno de los nombres compuestos de Dios en el Antiguo Testamento es Jehova--Rafa, que significa "Yo soy Jehová tu sanador" (Éxodo 15:26b). Nos sana de toda clase de enfermedades y finalmente nos liberará para siempre de toda enfermedad.
    Algunas veces nos sana por medio de los tremendos poderes de recuperación con los que ha dotado a nuestros cuerpos. Ésta es la razón por la que los doctores dicen con frecuencia: "casi todo va mejor por la mañana". A veces nos sana por medio de la medicina y la cirugía. Dubois, el famoso médico francés, decía: "El cirujano venda la herida; Dios la sana". Otras veces nos sana milagrosamente. Lo sabemos porque así lo afirman los Evangelios y por la experiencia personal.
    Sin embargo, no es siempre la voluntad de Dios que sanemos. Si así fuera, algunos jamás envejecerian ni moririan. Pero tarde o temprano todos moriremos, hasta que el Señor venga. Dios no quitó la aflicción física de Pablo pero le dio gracia para soportarla (2 Corintios 12:7-10).
    En un sentido general, todas las enfermedades son resultado del pecado. En otras palabras, si nunca se hubiera cometido ningún pecado, no habría ninguna enfermedad. En ocasiones la enfermadad es resultado directo del pecado en la vida de una persona. Por ejemplo, el alcoholismo en ocasiones provoca enfermedades en el hígado, fumar a veces produce cáncer, la inmoralidad sexual a menudo causa enfermedades venéreas y la preocupación hace que salgan úlceras. Pero no todas las enfermedades son resultaod directo del pecado. Satanás le provocó a Job serías enfermedades (Job 2:7) y no obstante, Job era el hombre más justo de la tierra (Job 1:8; 2:3). Hizo que una mujer desconocida fuera afligida con encorvamiento de la columna vertebrar muchos años (Lucas 13:11-17), e hizo surgir un aguijón en la carne de Pablo (2 Corintios 12:7). En (Juan  9:2-3), el pecado pudo no haber sido la causa de que aquel hombre naciera ciego. Epafrodito estaba gravemente enfermo pero no a causa del pecado, sino a causa de su servicio incansable para el Señor (Filipenses 2:30). Gayo estaba espiritualmente sano pero fisicamente indispuesto (3 Juan 2).
    Por último, el hecho de no ser sanado nos indica necesariamente falta de fe. Solamente cuando Dios nos ha dado una promesa especifica de que nos sanará, puede la fe reclamar esa sanidad. De otra manera, debemos encomendarnos a nuestro Señor vivo y amante y orar que se haga Su voluntad.

martes, 20 de noviembre de 2018

Devociones: "¿Cómo orar? ".

"También les refirió Jesús unas parábolas sobre la necesidad de orar, y no desmayar".
                                             (Lucas 18:1)
      "Perseverar en la oración, velando en ella con acción de garcias".
                                         (Colosenses 4:2)
"Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre".
                                            (Mateo 6:6)

    Para orar es preferible estar en un lugar tranquilo, pero podemos orar en todo tiempo y en todo lugar, ¡Nos dirigimos a Dios! Él está ahí, a nuestro lado, como un Padre que nos escucha. Hablémosle en voz alta o interiormente, a nuestra manera, de forma sencilla. Oremos desde lo más profundo de nuestro interior, con sinceridad, pues es necesario que la oración venga del corazón.
    La oración no consiste en enumerar una lista de necesidades espirituales o materiales. se trata más bien de un dioálogo en una relación de confianza con mi Dios, mi Padre. La oración puede tener diferentes caracteres, según lo que expreso a Dios. Podemos:
  ---adorar al reconocer la grandeza de Dios en la naturaleza, y aún mucho más en la obra de Jesucristo;
  ---reconocer nuestros pecados y confesarlos sin ocultar nada; 
  ---darle las gracias por todo lo que el Señor nos da, incluso lo que parece natural;
  ---pedir expresando con simplicidad nuestras necesidades, nuestras procupaciones;
  ---interceder por los demás;
  ---escuchar las  respuestas de nuestro Dios. No es que nos hable de forma audible, sino que el Espiritu Santo "habla" a la mente del cristiano, en la tranquilidad de esos momentos de intercambio con Él. Dios también nos habla, y sobre todo  mediante veraículos de la Biblia que pueden venir a nuestra memoria o, por supuesto, cuando la leemos.  

viernes, 16 de noviembre de 2018

Devociones: "No tentarás al Señor tu Dios".

                             "No tentarás al Señor tu Dios".
                                           (Mateo 4:7)

       ¿Qué significa tentar al Señor? ¿Es algo de lo que podemos ser culpables?. Los hijos de Israel tentaron al Señor al quejarse de la falta de agua en el desierto (Éxodo 17:7). Cuando dijeron: "¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no? " dudaron no sólo de Su presencia divina sino  también de Su cuidado providencial para con ellos.
     Satanás tentó al Señor cuando lo desafió a que saltara desde el pinaćulo del Templo (Lucas 4:9-12). Jesús habría tentado a Dios el Padre si hubiera actuado así, porque habría ejecutado un truco publicitario, algo que estaba fuera de la voluntad del Padre.
   Los fariseos tentaron al Señor cuando le preguntaron si era lícito dar tributo al César (Mateo 22:15-18). Pensaron que fuese cual fuese Su respuesta, tomaría partido por los romanos o por aquellos judíos que eran violentamente antiromanos.
    Safira tentó al Espíritu del Señor al pretender dar la garantia completa de la venta de una propiedad al Señor, cuando en realidad retuvo una parte para ella (Hechos 5:9).
     Pedro dijo al concilio de Jerusalén que sería tentar a Dios el poner a los creyentes gentiles bajo la ley, un yugo que el pueblo judío mismo no había podido llevar (Hechos 15:10).
    Tentar a Dios es: "ver cuán lejos se puede ir sin ser juzgados, abusar o presumir de Su misericordia, ver si cumplirá Su Palabra o se extenderá hasta los límites del juicio (comp. Deuteronomios 6:16; Mateo 4:7)".
    Tentamos a Dios cuando murmuramos o nos quejamos, porque al hacerlo estamos dudando de Su presencia, poder o bondad. Estamos diciendo que no conoce nuestras circunstancias, que no le importan o que no es capaz de librarnos.
    tentamos a Dios cuando nos exponemos innecesariamente al peligro y esperamos que nos rescate. A menudo leemos de creyentes equivocados que manipulan serpientes venenosas y mueren como resultado. Su argumento consiste en decir que Dios ha prometido seguridad (Mateo 16:18), "Tomarán serpientes en sus manos". Pero esto fue planeado para justificar cada vez que ejecutamos un milagro sólo cuando sea necesario para llevar a cabo Su voluntad en y por medio de nosotros.
    Tentamos a Dios cuando le mentimos, al profesar una mayor dedicación, sacrificio y compromiso del que realmente deseamos dar. así como los fariseos tentaron a Cristo con su hipocresía, así lo tentamos con la nuestra.
    Finalmente tentamos a Dios cada vez que nos salimos de la esfera de Su voluntad para nosotros y actuamos obstinadamente. Es inaudito que una criatura dese o se atreva a su Creador o que un pecador insulte a su Salvador.     

martes, 13 de noviembre de 2018

Devociones: "Por cuanto no se ejecuta luedo sentencia sobre la mala obra.....".

"Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal"
                                        (Eclesiatés 8:11)

     Mientras escribo esto, hay una gran ola de indignación pública por la alta tasa de crímenes en nuestro país. La gente exige ley y orden. Parece que nuestras leyes tribunales favorecen al criminal, mientras que las victorias del crímen reciben escasa o ninguna reparación. Son interminables los casos que pasan por las cotes y con mucha frecuencia abogados criminales ganan sus casos por medio de escapatorias absurdas en el contexto de la ley.
    Contribuyendo al desorden general están las declaraciones pontificiales de los sociológos liberales, psiquiatras y otros supuestos "expertos". Insisten en que la pena capital es irrazonable e inhumana. Declaran que el temor al castigo no sirve para disuadir a los criminales y sugieren que la solución está en rehabilitarlos y no en castigarlos.
     Pero están equivocados. Cuanto más confiado está un hombre de que no será castigado, más fácilmente recurrirá al crimen. O si ve que la sentencia es leve se sentirá alentado una vez más a correr el riesgo de ser pillado. O si piensa que el juicio va a prolongarse indefinidamente, se envalentonará y a pesar de lo que digan, la sentencia de muerte sí que actúa como una fuerza de disuación.
      Al analizar el creciente índice de criminalidad, una conocida revista de noticias decía que "una de las razones es la carencia de un fuerte disuasivo del sonado sistema judicial americano. Todas las autoridades están de acuerdo en que para que la amenaza de castigo sea creíble, debe ser segura y rápida. Desafortunadamente, el sobrecargado sistema judicial de los EE.Uu. no es seguro ni rápido".
     "Un experto en criminología declaró recientemente que por cada hombre virtuoso por amor a la virtud, 10.000 son buenos porque temen al castigo. Isaac Ehrlich de la Universidad de Chicago dio estadísticas que mostraban que la noticia acerca de la ejecución de un asesino impide que se cometan 17 asesinatos". La reforma y la rehabilitación no son la,respuesta. Han fallado consistentemente tratando de cambiar a los hombres. Sabemos que solamente el nuevo nacimiento por medio del Espíritu de Dios puede transformar en santo a un pecador. Pero lamentablemente son pocas las autoridades, relativamente hablando, que aceptarían esto para ellos mismos o para sus prisioneros.
     Siendo este el caso, lo mejor que pueden hacer es tomar muy seriamente el versículo de hoy. "Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal". No será sino hasta que el castigo se imponga con rapidez e imparcialidad que veremos un  descenso en las estadísticas del crimen. La solución está ahí, en la Biblia, si los hombres solamente la aceptaran.  

lunes, 12 de noviembre de 2018

Devociones: "Lo he llenado del Espíritu de Dios".

              "Lo he llenado del Espíritu de Dios.....en todo arte".
                                        (Éxodo 31:3)

    El texto de hoy se refiere a Bezaleel, quien fue equipado por el Espíritu Santo para supervisar la construcción del Tabernáculo. Era diestro para trabajar el oro, la plata y el bronce, para cortar y engastar piedras y tallar la madera. El Espíritu de Dios hizo de él un hábil artesano para reralizar este tipo de trabajo.
    El calendario devocional "Choice Gleaning" cita a E. Tramp, diciendo:  "Generalmente pasamos por alto esta fase del ministerio del Espíritu Santo. sea en el campo o en la fábrica, la oficina o el hogar, el creyente puede pedir la asistencia del espíritu en las labores diarias. Un hombre que conozco ha hecho un altar en su banco de trabajo. Una Marta entre nosotros ha convertido la mesa de su cocina en una mesa de comunión. Otro transformó en un púlpitoel escritorio de su oficina desde el que habla y escribe, haciendo que los asuntos más comunes sean negocios del Rey".
   En Nazaret, Israel, hay un hospital cristiano que "ministra principalmente a los árabes. En los terrenos del hospital hay una capilla. Cuando un predicador se levanta a hablar, se pone detrás de un púlpito normal, pero éste se sitúa al lado de otro púlpito del pulido banco de trabajo de carpìntero, que tiene un tornillo en uno de los extremos. Éste es un ineludible recordatorio de que nuestro Señor trabajó como carpintero en Nazaret y que un banco de taller era Su púlpito.
    Un médico en la región central de los EE.UU. buscaba atender las almas de los hombres asi como sus cuerpos. Algunas veces, después de hablar con una persona en la clínica y de haberle examinado cuidadosamente, sospechaba que el problema era espiritual más que físico. Esa noche, iba a casa del paciente y llamaba a la puerta. De entrada, el paciente se asustaba al ver al médico. Pero el médico amablemente se apresuraba a decir algo como: "No vengo a verle como médico sino a visitarle como amigo. Hay algo que me gustaria hablar con usted. ¿Le molestaría si entro? " Por  supuesto la persona no se molestaba, de modo que el doctor comenzaba a hablarle de su necesidad espìritual y entonces le explicaba cómo el Señor Jesús era la respuesta a esa necesidad. Muchos de los pacientes encomendaron sus vidas al Señor y le sirvieron. Muchos estarán eternamente agradecidos por el ministerio de aquel médico amado que cuidaba de sus almas así como de sus cuerpos.
     El Señor tiene muchos púlpitos poco convencionales en el mundo actualmente. Como decía Tramp, muchos han aprendido a transformar los asuntos comunes de la vida en negocios del Rey.  
    

sábado, 10 de noviembre de 2018

Devociones: "La balanza de Dios".

"El peso falso es abominación al Señor; mas la pesa cabal le agrada".
                                         (Proverbios 11:1)
"El Dios de todo saber es el Señor, y a él toca el pesar las acciones".
                                           (1 Samuel 2:3)

    En la caja de un sepermecado, delante de mi, una señora ocultó a la cajera algfunos productos. Para el comercio, en el momento del balance, la suma del robo aparecerá en la columna de las "pérdidas". Pero alguien vio lo que esa señora hioz y lo grabó: Dios. Para él, un robo sigue llamándose robo: "No hurtarás" (Éxodo 20:15).
    Esta persona quedaría muy sorprendida si se le dijese que más tarde recibirá la factura, y quien se la entregase no será el administrador del almacen, sino Dios. Si, un día Dios abrirá los "libros de contabilidad" y hará justicia d emanera perfecta.
    Quizás algunos consideren que ser honesto es ser ingenioso. Pero Dios no ha cambiado desde el tiempo en que declaró, en la Biblia, que abomina el peso falso. Él conoce todo, desde el más pequeño desvío de la honestidad hasta el fraude a gran escala.
    Es muy importante recordar esto. Un día todo saldrá a la luz ante él "que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos" (1 Pedro 4:5). Antes del juicio, pongamos, pues, ante Dios esas cargas que oprimen nuestra conciencia. ¿Cómo ser verdaderamente felices sin tener una buena conciencia ante Dios sin tener la seguridad de su aprobación?.
   "¿No ve él (Dios) mis caminos, y cuenta todos mis pasos? Si anduve con mentira, y si mi pie se apresuró a engaño......Si mis pasos se apartaron del camino, si mi corazón se fue tras mis ojos, y si algo se pegó a mis manos?....¿qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo? " (Job 31:4-5. 7,14).
   
                      

viernes, 9 de noviembre de 2018

Devociones: "El ojo de Dios".

"Los ojos del Señor están en todo luagr, mirando a los malos y a los buenos".
                                          (Proverbios 15:3)
                     "Dios.....conoce los secretos del corazón".
                                            (Salmo 44:21)

    En alemania, encima de la puerta de la catedral de Aquisgrán se puede ver un triángulo en cuyo centro hay un ojo dibujado. Evoca el ojo de Dios, bajo la mirada del cual vive cada ser humano.
     El creyente podría temblar pensando que nada de lo que ocurre en su vida está escondido de Dios. ¡Sí, él conoce nuestros pensamientos e incluso nuestras intenciones!. A veces vienen a nuestra mente muchas cosas que quizá prefeririamos ocultarle. Saber que el ojo de Dios ve todo, ¿nos entristecerá o desanimará? ¡De ninguna manera!.
    Pensemos en la experiencia del rey David: durante un tiempo trató de ocultar un terrible pecado, pero no tenía paza porque su conciencia lo torturaba. hasta que un día dijo a Dios: "Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor, y tú perdonaste la maldad de mi pecado" (Salmo 32:5).
    Dios no ha cambiado. Aún hoy ve todo y perdona los pecados del que se los confiesa sinceramente. ¡Él pagó con su vida para darnos el perdón!.
    Así Dios ve todo lo que hago y mucho más, sabe todo lo que pienso. Para el que está en paz con Dios, y su conciencia no le reprocha nada, esto es un motivo de gozo. Dios me ve continuamente y piensa en mi con bondad, aunque yo no siempre soy consciente de sus bendiciones. Y, si en algo el Señor me muestra un pecado en mi vida, rápidamente s elo confieso a él.   

    

domingo, 4 de noviembre de 2018

Devociones: "Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar".

                    "Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar".
                                            (Mateo 26:74)

    Un día un predicador caminaba solitario en su jardín, meditando en las actividades de la semana que acababa de pasar , cuando vino a su memoria un incidente muy embarazoso. De repente dejó salir una retahíla de improvistos bastantes mordaces, por decir lo menos. Uno de su congregación que caminaba al otro lado de la alta pared del jardín, escuchaba boquiabierto el lenguaje nada ministerial.
    Se trataba de un caso de blasfemia privada, un caso desgarrador en la vida de muchos sinceros hijos de Dios. Cientos gimen bajo la opresión de este horrible hábito. Aún percatándose de cuánto deshonran al Señor y corrompen su propia vida, todos sus esfuerzos por romper el hálito son infructuosos.
    Las palabras indebidas surgen generalmente cuando la persona está sola (o piensa que lo está) y cuando está bajo tensión nerviosa. Algunas veces éstas son la expresión audible de ira reprimida. En otras ocasiones son desahogos de nuestros sentimientos de frustración. En el caso del predicador, quizás fuera su reacción natural por la vergüenza de encontrarse en un aprieto.
     Aún peor que la agonía de la blasfemia privada es el temor de que algún día las palabras se nos lleguen a escapar en público, o cuando estemos dormidos o bajo el efecto de la anestesia en el hospital.
    Este viejo hábito volvió a Pedro aquella noche cuando el Salvador fue juzgado. Cuando se le señaló como compañero de Jesús de Galilea, lo negó con maldiciones y juramentos (Mateo 24:74). Nunca lo habría hecho estando relajado, pero ahora estaba en peligro y extremadamente cohibido, y las palabras fluyeron con la misma facilidad que en los días anteriores a su conversión.
    A pesar de nuestras mejores intenciones y nuestras más sinceras resoluciones, las palabras se nos escapan antes de tener la oportunidad de pensar. Nos cogen completamente desprevenidos.
   ¿Debemos desesperar de llegar a conquistar este Goliat en nuestras vidas? No, tenemos la promesa de victoria sobre ésta y toda otra tentación 
(1 Corintios 10:13). Primero, debemos confesar y abandonar el pecado cada vez que caemos. Luego debemos clamar a Dios para que ponga guarda a nuestros labios (Salmo 141:3). Debemos pedir el poder necesario para responder a las circunstancias desfavorables de la vida con aplomo y tranquilidad. En ocasiones, el hecho de confesar la falta a algún otro creyente ayuda a romper el poderoso hábito. Por último, debemos recordar siempre que aunque los demás puedan no escucharnos en la tierra, nuestro Padre nos escucha desde el cielo. El recuerdo de cuánto le ofende debe servirnos como una poderosa fuerza de disuasión.  

viernes, 2 de noviembre de 2018

Devociones: "Yo conozco.....tu tribulación y tu pobreza".

                     "Yo conozco.....tu tribulación y tu pobreza".
                                               (Apocalipsis 2:9)

     Siete veces en las cartas a las Iglesias de Asía, el Señor Jesús dice: "Yo conozco", y por lo general estas palabras se usan en un sentido favorable. "Yo conozco tus obras....tu trabajo....tu paciencia....tu tribulación.....tu pobreza....tu amor.....y la fe". En las palabras "Yo conozco". hay un tremendo consuelo, compasión y estímulo para el pueblo de Dios.
     Lehman Straurss señala que cuando Jesús dijo: "Yo conozco", "no usó la palabra griega ginoske, que frecuentemente significa conocer en el sentido de darse cuenta a través de un proceso gradual en el conocimiento. En cambio, usó la palabra oída que sugiere plenitud de conocimiento: saber perfectamente, no tan sólo por la observación sino por la experiencia. Aunque los santos que sufren son desconocidos para el mundo y odiados por él, son conocidos por el Señor y amados por Él. Cristo conoce la persecución y pobreza de los Suyos; conoce cómo les considera el mundo. Muchos santos cansados y probados han sido fortalecidos y estimulados por esas palabras: "Yo conozco". Estas, pronunciadas por nuestro salvador, tocan nuestros problemas con la sonrisa de Dios y hacen que este sufrimiento del mundo, no sea comparable con la gloria verdadera que ha de manifestarse en nosotros (Romanos 8:18)".
    Son palabras de compasión. Nuestro Gran Sumo Sacerdote conoce lo que estamos pasando, porque Él también ha padecido lo mismo. Él es el Varón de dolores, experimentado en quebranto. Él mismo fue tentado mediante el sufrimiento.
     También son palabras de participación. Siendo la Cabeza del cuerpo, comparte las aflicciones y persecuciones de Sus miembros. "El Varón de dolores tiene parte en cada panzada que desgarra el corazón". No solamente conocer nuestros problemas intelectualmente; los conoce como un asunto de experiencia presente. Los siente.
    Sus palabras de ayuda prometida. Como nuestro Paracleto, va a nuestro lado llevando nuestras cargas y enjugando nuestras lágrimas. Venda nuestras llagas y hace retroceder a nuestros enemigos.
    Finalmente son palabras de recompensas seguras. Conoce todo lo que hacemos y sufrimos a causa de nuestra identificación con Él. Lleva un registro cuidadoso de cada acto de amor, obediencia y paciencia. Un  día no muy lejano nos recompensará abundantemente.
     Si estás pasando por un valle de penas o sufrimiento, escucha al Salvador que te dice: "Yo conozco". No estás sólo. Él está contigo en el valle y te llevará a salvo hasta a tu ansiado destino.