lunes, 30 de julio de 2018

Devociones: "Como un niño".

"Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino d elos cielos".
                                                (Mateo 18:3)
"Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación".
                                               (1 Pedro 2:2)

     En la Biblia, los niños sirven para referencia en tres campos fundamentales:
    ---La conversión: solo podemos entrar en el reino de Dios si renunciamos a nuestras pretensiones. Esta fue la respuesta dada por Jesús a sus diiscípulos. Nicodemos, especialista en la religión hebraica, debía aprender que su saber, incluso en este campo, no podía ayudarle a comprender el mensaje de Cristo. "Es necesario nacer de nuevo", volverse espiritualmente un niño, recibir la vida eterna como un regalo de Dios.
     ---El crecimiento espiritual: como el recién nacido necesita leche para crecer, así el creyente necesita alimentarse con la Palabra de Dios (1 Pedro 2:2). La fe se fortalece mediante su lectura (Romanos 10:17). A través de ella  el creyente puede tomar buenas decisiones (salmo 119:105). Y por medio de ellas también encuentra el verdadero gozo (Salmo 119:162).
    ---La alabanza: cuando Jesús entró en el templo de Jerusalén, los jefes religiosos se indignaron al oír las exclamaciones de alabanza de los niños que cumplían sin saberlo la profecia  del (Salmo 8:2) V.M. "De la boca de los pequeñitos, y de los que maman, has ordenado la alabanza". Los que tenían la autoridad oficial no discernían quien era Jesús  y el honor que le era debido, pero Dios quería que tuviese un testimonio, y para ello empleó un medio inesperado: los niños.
    Nacer de nuevo y crecer en la fe conducen naturalmente a la alabanza que Dios espera de cada uno de sus hijos (juan 4:23).  

sábado, 28 de julio de 2018

Devociones: "Si algo pidieréis en mi nombre, yo lo haré".

                       "Si algo pidieréis en mi nombre, yo lo haré".
                                               (Juan 14:14)

     Dios contesta la oración. La contesta exactamente como nosotros lo haríamos si tuviéramos sabiduria, amor y poder infinitos. Algunas veces nos da lo que queremos, otras veces nos da algo mejor, pero siempre lo que necesitamos. A veces contesta nuestras oraciones rápidamente; en otras ocasiones nos enseña a esperar con paciencia.
    Dios contesta la oración; a veces cuando los corazones son débiles, Dios otorga los dones que sus hijos buscan. Pero la fe por el descanso profundo se ha de ejercitar. Y confiar en el silencio de Dios cuando decide no hablar. Pero Aquél cuyo nombre es amor siempre enviará lo mejor. Las estrellas se apagarán y las montañas no perdurarán. Pero Dios es fiel y aquellos que sus promesas buscan las alcanzarán.
    La oración tiene condiciones. Frecuentemente lo que parece ser un cheque en blanco ("si algo pidieréis") tiene cláusulas  agragadas ("en mi nombre"). Las promesas relacionadas con la oración individual deben considerarse a la luz de otras Escrituras sobre el tema.
    La oración encierra misterios. No siempre nos edifica tratar de averiguar los "cómo" y los "porqué". Es mejor orar y ver cómo Dios actúa que tratar de resolver los misterios que rodean a la oración. Me gusta lo que el Sr. Temple decia: "Cuando oro, suceden coincidencias; cuando no oro, no suceden".
     Cuando oramos a Dios en el nombre del Señor Jesús, es como si Él mismo presentara nuestras peticiones al Padre. Esto es lo que da sentido y poder a nuestras oraciones. Por eso cuando oramos es cuando oramos nos acercamos a la omnipotencia. Por supuesto, nunca seremos omnipotentes, ni aun la eternidad, pero cuando oramos en el Nombre del Señor Jesús, nos asimos del poder infinito.
     La oración más poderosa es aquella que nace de una fuerte necesidad interior. Cuanto más dependemos del Señor, más eficaz es nuestra vida de oración.
    Cuando oramos, suceden cosas que están más allá de las leyes del azar o la probabilidad. Nuestras vidas palpitan con poder sobrenatural porque el Espíritu Santo las potencia y cuando tocamos otras vidas, ocurre algo para Dios.
    Debemos ser como aquel santo que decía: "Puedo medir mi influencia por el número de personas que necesitan de mis oraciones y el número de los que oran por mí".  

viernes, 27 de julio de 2018

Devociones: "La nobleza del hombre".

"Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios".
                                               (Génesis 1:27-28)
"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios".
                                                  (1 Juan 3:1)

     ¿Tiene el hombre una nobleza natural que lo distingue de los demás seres vivos? Algunos ven en su inteligencia una posibilidad de comunicarse mediante un lenguaje complejo, otros invocan sus actitudes artísticas. La Biblia presenta al ser humano como la más noble de las criaturas. ¿Por qué? Porque fue creado a imagen de Dios, quien sopló en su nariz un aliento de vida. El hombre puede tener una relación inteligente con Dios. Su consecuencia asociada a su inteligencia, su naturaleza espiritual y moral, le confieren todo ese carácter espiritual.
     Pero desde su desobediencia inicial, el hombre perdió toda relación de confianza con su Creador. Se debate entre su rechazo a Dios y sus aspiraciones hacia la armonía que perdió. Privado de la presencia de Dios y de la comunión con él, siente una profunda nostalgia.
     ¿Dejará Dios a su criatura en esta situación de oposición y fracaso? No, "porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna" (Juan 3:16). El  que acepta esta gracia y confiesa su alejamiento de Dios tiene la vida eterna. Esta nueva vida le permite entrar en relación con Dios.
     Desde entonces el creyente recibe una nueva nobleza. No solo lo de una criatura que tiene buena relación con su Creador, sino también la de un hijo de Dios amado por su Padre. Jesucristo, su Salvador, se convierte en su Modelo, y su deseo es reproducir en su vida algo de su belleza moral. 
           

jueves, 26 de julio de 2018

Devociones: "Que si confesares con tu boca......".

"Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo".
                                               (Romanos 10:9)

    Este versículo, favorito de muchos, apunta a dos verdades básicas que son muy difíciles de aceptar por el hombre caído, la encarnación y la resurrección. No puede haber salvación sin una plena aceptación de estas doctrinas y todo lo que significan.
    Primero , debemos confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor, esto es, que Aquél que nació en el establo de Belén es ni más ni menos que Dios manifestado en carne. La deidad del Señor Jesús es la piedra angular donde se apoya todo el plan de la salvación.
    Segundo , es vital que creamos en nuestro corazón que Dios lo levantó de los muertos, si bien  esto significa más que el simple hecho de la resurrección. Esto incluye que el Señor Jesús murió en la cruz como nuestro Sustituto. Pagó la pena que nuestros pecados merecían. Soportó la ira de Dios que debimos haber sufrido eternamente y por último, lo levantó de la muerte al tercer día, como prueba de la entera satisfacción de Dios con el sacrificio de Cristo por nuestros pecados.
     Cuando le recibimos como Señor y Salvador, la Biblia asegura que somos salvos. Pero alguien podría preguntar: "¿Por qué se ha de confesar antes de creer? ¿No creemos primero y luego confesamos? ".
    En el versículo 9 Pablo enfatiza la encarnación y la resurrección, y nos da el orden histórico en que ocurrieron, la encarnación primero y la resurrección 33 años más tarde.
    En el versículo siguiente se señala que creer va antes que confesar. "Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación". Aquí el orden es el que tiene lugar cuando nacemos de nuevo. Primero, confiamos en el Salvador para ser justificado, y luego confesamos la salvación que hemos ya recibido.
    Es tal naturalidad, sencillez y candor con que nuestro versículo enseña esta asombrosa verdad que los niños cantan libremente:

                                         Romanos diez, nueve
                                       Es mi versículo preferido;
                                Confesando a Cristo como Señor,
                                     Soy salvo por gracia divina;
                         Porque tres son las palabras de la promesa
                                     Que en letras doradas brillan:
                                            Romanos diez, nueve.

                                      
     

miércoles, 25 de julio de 2018

Devociones: ".....no queráis que os llamen Rabí.....".

"....no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros, porque uno es vuestro Maestro, el Cristo".
                                         (Mateo 23:8-10)

     El Señor Jesús advirtió a sus discípulos contra el uso de títulos ostentosos que alimentan al ego y ponen al yo en el lugar de la Trinidad.
     Dios es nuestro Padre, Cristo es nuestro Señor y el Espíritu Santo es nuestro Maestro. No debemos apropiarnos esos títulos en la Iglesia. En el mundo, por supuesto tenemos un padre terrenal, en el trabajo estamos bajo la autoridad de jefes o patrones, y en la escuela aprendemos bajo la tutela de maestros. Pero  espiritualmente hablando, los miembros de la Deidad desempeñan esas posiciones, y como tales, sólo ellos deben ser honrados. 
    Dios es nuestro Padre en el sentido que es el Dador de la vida, Cristo es nuestro Señor porque le pertenecemos y estamos sujetos a Su dirección. El Espíritu Santo es nuestro Maestro porque es el autor e interprete de la Escritura y toda nuestra enseñanza debe ser dirigida por Él.
      Qué extraño, pues, que las Iglesias conserven títulos honoríficos como si Cristo nunca hubiera prohibido su uso. Sacerdotes y ministros se hacen llamar todavía "padre" y se refieren algunas veces a ellos como Domine, que significa Señor. Los clérigos utilizan regularmente el título "Reverendo", que significa "temible", y es una palabra que la Biblia emplea en exclusiva para Dios (ver Salmo 111:9) "Santo y Temible es tu Nombre"). El título "Doctor" viene del Latín docere, que significa enseñar De modo que doctor significa Maestro. Los rangos, merecidos u honorificos, provienen de instituciones académicas que la mayoría de las veces son hospitales para apestados de infidelidad en vez de baluartes de la fe cristiana. Sin embargo, cuando un hombre es presentado en la asamblea como "Doctor", lo que se quiere implicar es que sus palabras tienen peso y autoridad a causa de su grado académico. Esto desde luego, es una frivolidad y está completamente  injustificado. Un basurero cheposo lleno del Espíritu Santo, puede hablar mejor y con más veracidad como un oráculo de Dios.
    Hay lugar para los títulos en el mundo secular. El principio que se aplica en esa esfera es: "pagad a todos lo que debéis....al que respeto respeto; al que honra, honra" (Romanos 13:7). Pero el principio que se aplica en la asamblea está establecido por el Señor con las palabras: "todos vosotros sois hermanos" (Mateo 23:8).   

lunes, 23 de julio de 2018

Devociones: "¿Qué me dice la Biblia? ".

"No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios".
                                        (Romanos 3:22-23)
"Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores".
                                         (1 Timoteo 1:15)

     La Biblia nunca fue tan difundida y traducida en tantos idiomas y dialectos como ahora. En muchos países está al alcance  de todos los que desean leerla y escucharla. Pero, ¿cuál es nuestra actitud ente este Libro? ¿Qué tiene la Biblia más que otro libro?.
    A diferencia de todos los demás, nos pone directamente en contacto con Dios, quien se dirige así a cada lector. La Biblia nos revela la apreciación de Dios sobre nuestra vida. Declara que todos los hombres son pecadores y van hacia el juicio, hacia un futuro eterno lejos de él.
     ¿Qué debemos hacer al leer esto? Simplemente aceptar esta declaración de Dios, reconociendo que estamos en ese camino, que somos culpables ante él. Pero también debemos leer la continuación del texto para descubrir que Dios preparó el medio de salvación para nosotros, y creer simplemente en Jesucristo. Cada persona es responsable de aceptarlo.
    Solo Jesús puede liberar del juicio a todo el que cree en él, y darle la vida eterna. Tomó nuestro lugar en la cruz, llevando el castigo que nosotros merecíamos debido a nuestros pecados. Jesucristo también nos dice: La voluntad de mi Padre es "que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna" (Juan 6:40). El amor de Dios quiso acercarse a mí. El poder de este mensaje y el impacto que tiene en mi vida me dan convicción en que la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios.
     

sábado, 21 de julio de 2018

Devociones: "Como cordero fue llevado al matadero......".

                     "Como cordero fue llevado al matadero.....".
                                        (Isaías 53:7b)

     Una vez vi cómo moría un cordero. Fue una escena terrible y conmovedora.
   Al ser llevado al lugar de ejecución, parecía especialmente hermoso. A los niños les habría encantado abrazarlo. Los cachorros de cada especie son guapísimos----gatitos, perritos, pollitos, becerros y potros----pero un cordero es peculiarmente bello.
   De pie ahí, era un cuadro de la inocencia. Su blanco vellón sin mancha daba la apariencia de pureza. Era suave y apacible, indefenso y desvalido. Sus ojos, especialmente expresivos, llenos de miedo, eran de una emoción conmovedora. Parecía no haber razón para que alguien tan hermoso y joven tuviera que morir.
       Le ataron las patas y, tendido sobre un costado, respiraba pesadamente como si presintiera la cercanía de la muerte. Con un diestro movimiento, el carnicero pasó el cuchillo por la garganta y la sangre  se derramó sobre el suelo. El pequeño cuerpo se convulsionaba con las angustias de la muerte; un poco después yacía inmóvil. El noble cordero había muerto.
    Algunos de los espectadores ocultaron la vista de aquella escena desoladora; era demasiado triste para mirar. Otros lloraban. Nadíe quería hablar.
     Por la fe veo a otro Cordero muriendo: el Cordero de Dios. La escena es bendita y terrible.
   Este Cordero es del todo codiciable, señalado entre diez mil, el más justo de los justos. Cuando es llevado al lugar de ejecución, está en la flor de la vida.
    No sólo es inocente, es santo, inofensivo, separado de los pecadores y sin mancha. No parece haber razón para que alguien tan puro tenga que morir.
   Pero sus verdugos le toman y fijan con clavos sus manos y pies a la Cruz. Allí sufre los densos tormentos y los horrores del infierno como Sustituto de los pecadores. A pesar de todo esto Sus ojos están llenos de amor y perdón.
    Mas el tiempo de Su sufrimiento llega a su fin. Entrega el espíritu y Su cuerpo cuelga flácido de la Cruz. Un soldado atraviesa Su costado....sangre y agua fluyen a borbotones. El Cordero de Dios ha muerto.
     Mi corazón está rebosando. Lágrimas ardientes corren libremente. ¡Caigo de rodillas, le agradezco y alabo! ¡El murió por mí! Nunca cesaré de amarle.    

miércoles, 18 de julio de 2018

Devociones: "Libres del juicio".

                      "Jesús, quien nos libra de la ira venidera".
                                  (1 Tesalonicenses 1:10)
                              "No temas, cree solamente". 
                                       (Marcos 5:36)
               "Ni temáis lo  que ellos temen, ni tengáis miedo".
                                        (Isaías 8:12)

      Las perspectivas económicas y ecológicas son alarmantes, los conflictos actuales hacen que la gente tenga miedo de otros venideros.....¡Sí, los temores de mucha gente con respecto al futuro son fundados!.
     La Biblia nos habla de acontecimientos todavía más terribles cuando los juicios de Dios caigan sobre la tierra.
    Pero lo más importante para cada uno de nosotros es esta palabra: "Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27). ¿No le parece solemne? Todos los que durante su vida no hayan aceptado a Jesús como Salvador, tendrán que compadecer ante el Dios Santo y justo para ser "juzgados cada uno según sus obras" y ser lanzados "al lago de fuego" (Apocalípsis 20:13, 15).
      Hoy el deseo de Dios, quien ama a sus criaturas, es que cada uno reflexione sobre el futuro que él le ofrece, un futuro feliz en su presencia durante la eternidad. Mientras estaba en esta tierra, Dios nos apremia a aceptar sin tardar el medio para escapar de la condenación. Este medio es la fe en: "Jesús, quien nos libra de la ira venidera". Para los que creen en Jesús, Dios hace mucho más que liberarlos de su ira: los adopta y hace de ellos sus hijos. Reciben su paz y su favor desde el momento en que depositan su confianza en su Hijo Jesucristo. Entonces  puedes decir: "El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quien temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida: ¿de quién he de atemorizarme? " (Salmo 27:1).  

sábado, 14 de julio de 2018

Devociones:"Por la fe entendemos.....".

                                 "Por la fe entendemos......".
                                           (Hebreos 11:3)

    "Por la fe entendemos.....". Estas palabras encarnan uno de los principios más básicos de la vida espiritual. Primero creemos en la Palabra de Dios y luego comprendemos. El mundo dice: "Ver para creer", pero Dios dice: "Creer es ver". El Señor Jesús le dijo a María: "¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? " (Juan 11:40). Más adelante le dijo a Tomás: ".....bienaventurados los que no vieron y creyeron" (Juan 20:29). Y el apóstol Juan escribió: "Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis.....para  que sepáis....." (1 Juan 5:13). Primero cree y luego entenderás.
     Billy Graham cuenta  cómo este principio se hizo realidad en su vida: "En 1949 se me presentaron muchas dudas con respecto a la Biblia. Pensaba que veía contradicciones evidentes en las Escrituras. No No podía reconciliar algunas cosas con el concepto limitado que tenía de Dios. Cuando me levantaba a predicar, estaba ausente aquella nota autoritativa tan caracteristica de todos los grandes predicadores del pasado. Como cientos de otros estudiantes del seminario, libraba la batalla intelectual de mi vida. Las consecuencias podian afectar ciertamente mi futuro ministerio.
      En agosto de este año me invitaron a la conferencia Presbisteriana de Forest Home en las montañas a las afueras de Los Angeles. Recuerdo que descendia por un sendero, andando pesadamente por el bosque, y casi luchando con Dios. Me bati en duelo con mis dudas, y mi alma parecia estar atrapada en medio de aquel fuego cruzado. Finalmente, desesperado, rendí mi voluntad al Dios viviente revelado en la Escritura. Me arrodillé ante la Biblia abierta y dije: Señor, hay muchas cosas en este libro que no entiendo. Pero Tú has dicho: "El justo por la fe vivirá". Todo lo que he recibido de Ti lo tengo por la fe. Aquí y ahora, por la fe acepto y recibo sin reservas toda la Biblia como Tu Palabra. Donde haya cosas que no puedo entender, me reservaré el juicio hasta  que reciba más luz. Si esto te agrada, dame autoridad cuando proclame Tu Palabra y a través de esa autoridad convence a los hombres de pecado y vuelve  los pecadores al Salvador.
     Después de seis semanas comenzamos la cruzada de Los Angeles, que ahora ya es historia. Durante esa cruzada descubrí el secreto que  cambió mi ministerio. Ya no intentaba probar que la Biblia era verdad. Había resuelto con firmeza en mi mente que lo era, y esta fe fue trasmitida a la audiencia".  

miércoles, 11 de julio de 2018

Devociones: ",,,,,,y vosotros estáis completos en él".

                        ".....y vosotros estáis completos en él".
                                       (Colosenses 2:10)

      Contrariamente a la opinión popular, no hay diversos grados de capacidad para llegar al cielo. O se es absolutamente apto o no se es. Esto va contra la noción muy extendida que la creación de Dios está dividida en dos. Por un lado, está la gente buena que vive una vida recta, y por otro están los malvados y losa sinvergüenzas, y entre ambos están los que tienen diversos grados de aptitud para el cielo. Esto es un gran error. O somos aptos o no lo somos. No hay intermedio.
    En realidad ninguno de nosotros es competente en sí mismo. Todos somos pecadores culpables que merecemos el castigo eterno. Todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. Todos nos hemos  descarriado y hemos decidido andar por nuestros propios caminos. Todos somos impuros y nuestras mejores obras son como trapos de inmundicia.
     No solamente somos enteramente incompetentes para el cielo, sino que no podemos hacer nada por nosotros mismos que nos pueda hacer. Nuestros mejores propósitos y esfuerzos más nobles no pueden quitarnos los pecados ni proveernos de la justicia que Dios demanda. Pero las buenas noticias del evangelio consisten en que el amor de Dios provee lo que demanda. Su justicia, y lo otorga como un don gratuito. "Pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9).
     Solamente en Cristo se encuentra lo que nos puede llevar al cielo. Cuando un pecador nace de nuevo, recibe a Cristo, Dios ya no lo considera más como un pecador en la carne; lo ve en Cristo, y le acepta sobre esa base. "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Corintios 5:21).
    De modo que todo se reduce a esto. O tenemos a Cristo o no lo tenemos. Si tenemos a Cristo, somos aptos para el cielo. La actitud de Cristo viene a ser la nuestra. Somos tan dignos como Él, porque estamos en Él.
    Por otra parte, si no tenemos a Cristo estamos perdidos. Estar sin Él es la deficiencia fatal. No hay persona, ni Iglesia, ni rito ni obra que pueda suplir esta falta crucial.
     Es del todo evidente que ningún creyente es más apto que otro para el cielo. Todos los que creen tienen el mismo "derecho" de ir a la gloria, y ese derecho es Cristo. Ningún creyente tiene más de Cristo que otro. Por lo tanto, ninguno es más apto para el cielo qºue otro.   

domingo, 8 de julio de 2018

Devociones: "Luego lo aborreció Amón con tan gran.....".

"Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odío con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado".
                                         (2 Samuel 13:15)

    Amnón ardía con pasión por su media hermana Tamar. Ella era hermosa, su belleza había despertado la codicia, y "se enamoró", esto es, estaba  carnalmente determinado a poseerla. Se sentía frustrado porque sabía que lo que deseaba hacer estaba claramente prohibido por la ley de Dios. Pero el deseo le consumía y ninguna otra consideración parecía importante. Así que un día se fingió enfermo, la convenció de que entrara a su habitación y la violó. Estuvo dispuesto a sacrificarlo todo por aquel momento de pasión carnal.
    Pero en seguida el deseo se tornó en odio. Después que egoístamente se hubo aprovechado de ella, la despreció y probablemente deseó nunca haberla visto. Ordenó que fuera expulsada de su alcoba y cerró la puerta tras ella.
    A través de los años esta historia se ha repetido casi cada día. Hablan de "enamorarse", pero es pasión carnal y egoísta. En nuestra alocada sociedad, las normas morales en su mayor parte han sido abandonadas. El sexo prematrimonial se acepta como lo normal. Las parejas viven juntas sin la formalidad del matrimonio. La prostitución se legaliza y la homosexualidad a llegado a ser un estilo de vida aceptable.
     Jóvenes y viejos igualmente ven a alguien que les gusta y ¡no hay más que hablar! No reconocen otra ley. No están atados a ningún tipo de cohibición. Determinados a conseguir lo que desean, albergan cualquier pensamiento bueno o malo, y concluyen que no podrían vivir una vida normal de alguna otra manera. Así que dan el paso decisivo, como  hizo Amnón, pensando ilusamente que sólo así se realizan en la vida.
    Por lo que parece tan hermoso prospectivamente, cuando se ve retrospectivamente luce casi siempre horripilante. El sentimiento de culpa siempre está presente, aunque se niegue con vehemencia. La pérdida mutua de respeto propio es inevitable, conduce al resentimiento, después a las disputas y más tarde al odio. La persona que antes parecia tan indispensable ahora resulta positivamente repulsiva. De allí sólo hay un corto paso llegar a los golpes, los litigios y hasta el asesinato.
    La concupiscencia es un pésimo fundamento sobre el que jamás podrá construirse una relación duradera. Los hombres ignoran voluntariamente lo que la ley de Dios afirma de la pureza a su propio riesgo y destrucción. Sólo la gracia de Dios puede traer perdón, sanidad y restauración.   

sábado, 7 de julio de 2018

Devociones: "Porque no ofreceré a Jehová mi Dios....".

"Porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no cuesten nada".
                                          (2 Samuel 24:24)

     Cuando a David se lo indicó que ofreciera holocaustos donde el Señor había detenido la peste. Arana presentó de inmediato un regalo que consistia en terreno, bueyes y leña para el fuego. Pero David insistió en comprar estas cosas. No ofrecería al Señor algo que no le costara.
    Sabemos que llegar a ser cristiano no cuesta nada, pero también debiéramos saber que una vida de discipulado genuino cuesta mucho. La religión que no cuesta nada no vale nada.
    Muy a menudo el grado de nuestro compromiso está determinado por consideraciones de conveniencia, costo y comodidad. Si, iremos a la reunión de oración sino estamos cansados o no tenemos dolor de cabeza. Sí, enseñaremos en la clase bíblica siempre y cuando ésta no interrumpa un fin de semana en la montaña.
    Nos pone nerviosos orar en público, dar un testimonio o predicar el evangelio, por lo tanto, permanecemos en silencio. No tenemos deseos de trabajar predicando entre los marginados y los de clase baja, por temor a los piojos o las moscas. Desechamos cualquier deseo de ir al campo de misión bpor el horror a las viboras o las arañas.
    A menudo ofrendamos solamente propinas en lugar de sacrificios. Ofrendamos lo que nos sobra, a diferencia de aquella viuda que lo dio todo. Nuestra hospitalidad depende del importe de los gastos, las incomodidades y el desorden en nuestras casas a diferencia del ganador de almas que decía que cada alfombra de su casa estaba manchada por el vómito de los borrachos que recibia. La disponibilidad hacía la gente necesitada llega a su fin cuando nos metemos en nuestra cama de agua, a diferencia del pastor que estaba dispuesto a levantarse en cualquier momento para dar asistencia espiritual o material.
     Con mucha frecuencia cuando Cristo nos llama, nos preguntamos; "¿Cómo me beneficia esto? " o "¿Valdrá la pena? " La  pregunta debería ser "¿Es ésta una ofrenda que realmente cuesta? " Bien se ha dicho: "En la vida espiritual es mejor dar que recibir".
     Cuando pensamos en lo que le costó nuestra redención al Salvador, es bien pobre el retroceder ante el coste y sacrificio por Él.  

viernes, 6 de julio de 2018

Devociones: "Orar con un corazón sincero".

"(Jesús dijo): Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá".
                                           (Lucas 11:9)

    A menudo el siguiente versículo me ha reconfortado: "Me invocaréis.....y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis". Pero la continuación también me interpela: "porque me buscaréis de todo vuestro corazón" (Jeremías 29:12-13).
     Puede suceder que oremos, que pronunciemos palabras, pero nuestro corazón no está realmente comprometido. Cierto día Dios hizo este reproche a su pueblo: "Este pueblo se acerca a mí con su boca.....pero su corazón está lejos de mí" (Isaías 29:13). La verdadera oración viene del corazón. En los momentos difíciles, el Señor nos enseña a orar desde lo más profundo de nuestro corazón. La Biblia nos muestra numerosos ejemplos de creyentes que, en medio de la prueba, clamaron a Dios y él los escuchó. Ese clamor sincero que sube a Dios es la verdadera oración del corazón.
     Hay que orar con el corazón, pero también con una buena conciencia. "La oración de los rectos es su gozo" (Proverbios 15:8). El Señor nos da esta buena conciencia al perdonar nuestras faltas. Pero debemos cuidarla como un tesoro, y para ello debemos seguir el bien y rechazar el mal. Si nos hemos alejado del Señor, volvamos a él sin tardar, confesándole aquello que produjo ese distanciamiento. Entonces experimentaremos esa gozosa confianza en Dios, quien responde a nuestras oraciones.
     Aprendamos a orar con perseverancia y con una conciencia iluminada por la luz divina, conscientes de nuestras verdaderas necesidades. Incluso si nuestras peticiones son imperfectas. Dios nos responderá según  su sabiduria, para el bien de nuestra alma, porque nos ama.