viernes, 6 de julio de 2018

Devociones: "Orar con un corazón sincero".

"(Jesús dijo): Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá".
                                           (Lucas 11:9)

    A menudo el siguiente versículo me ha reconfortado: "Me invocaréis.....y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis". Pero la continuación también me interpela: "porque me buscaréis de todo vuestro corazón" (Jeremías 29:12-13).
     Puede suceder que oremos, que pronunciemos palabras, pero nuestro corazón no está realmente comprometido. Cierto día Dios hizo este reproche a su pueblo: "Este pueblo se acerca a mí con su boca.....pero su corazón está lejos de mí" (Isaías 29:13). La verdadera oración viene del corazón. En los momentos difíciles, el Señor nos enseña a orar desde lo más profundo de nuestro corazón. La Biblia nos muestra numerosos ejemplos de creyentes que, en medio de la prueba, clamaron a Dios y él los escuchó. Ese clamor sincero que sube a Dios es la verdadera oración del corazón.
     Hay que orar con el corazón, pero también con una buena conciencia. "La oración de los rectos es su gozo" (Proverbios 15:8). El Señor nos da esta buena conciencia al perdonar nuestras faltas. Pero debemos cuidarla como un tesoro, y para ello debemos seguir el bien y rechazar el mal. Si nos hemos alejado del Señor, volvamos a él sin tardar, confesándole aquello que produjo ese distanciamiento. Entonces experimentaremos esa gozosa confianza en Dios, quien responde a nuestras oraciones.
     Aprendamos a orar con perseverancia y con una conciencia iluminada por la luz divina, conscientes de nuestras verdaderas necesidades. Incluso si nuestras peticiones son imperfectas. Dios nos responderá según  su sabiduria, para el bien de nuestra alma, porque nos ama. 

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