domingo, 17 de agosto de 2014

Devociones: "La fe definida".

Entender cual es la esencia de la fe es fundamental para su ejercicio:
 Hebreos 11:1.

       Este versículo es, quizás, uno de los más conocidos del Nuevo Testamento. La familiaridad con el texto, sin embargo, puede llegar a alejarnos de la comprensión de lo que verdaderamente significa. La NTV lo traduce de manera muy clara: "La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver". La fe es la certeza de que aquello que esperamos va a suceder, va a ocurrir tal cual lo creemos. Es necesario, sin embargo, hacer aquí una aclamación. La fe se basa siempre en la persona de Dios y en lo que él ha declarado. Cuando Abraham creyó que Dios era poderoso como para devolver a su hijo Isaac de la muerte, no era simplemente por un anhelo que tenía. Se fundamentaba en el hecho de que Dios había prometido darle un heredero.
    Muchas veces, nuestra esperanza está construida sobre sueños o buenos deseos. Esperamos que una persona se sane, o que algún día lleguemos a ser dueños de nuestra propia casa. No hemos recibido, sin embargo, una palabra de parte de Dios, ni una indicación suya de que esto sucederá. Simplemente le hemos dado rienda suelta a un deseo que, sin ser malo, no tiene el respaldo del Señor.
    Cuando vemos que estos deseos no se cumplen, comenzamos a dudar de la confiabilidad del Señor. El resultado es que cada vez representa un mayor desafío ejercitar la fe. Lo que no percibimos, sin embargo, es que el problema no está en el Señor, sino en que nos hemos tomado la atribulación de esperar de ḉel ciertas acciones con las que él no se ha comprometido.
    Esta es la razón por la que es tan importante ser conocedores de la Palabra y además, entender el corazón del Dios de la Palabra. Cristo creyó que este punto era tan fundamental que se comprometió con revelar a los discípulos el nombre del Padre (Juan 17:6). Como bien sabemos, en la cultura hebrea el nombre representaba lo que esa persona era, Incluso, en ese afán de que ellos pudieran saber bien cómo era el corazón de Dios, les dijo que los que lo habían visto a él habían visto al Padre (Juan 14:9).
    El fundamento del argumento que ha desarrollado el autor de Hebreos, en los primeros cinco capítulos del libro, radica justamente en este punto. Dios nos ha hablado muchas veces de diferentes maneras. En este último tiempo nos ha hablado por medio de su Hijo. Debemos prestar especial atención a lo que nos ha dicho, para no desviarnos hacia caminos que no son los señalados por él, viviendo una vida que le agrada en todo. Uno de los mayores desafíos de esa vida, será caminar sin ver lo que estamos esperando, pero seguir avanzando porque creemos que, en el tiempo señalado, lo veremos. 

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