sábado, 2 de agosto de 2014

Devociones: "Explicaciones del Maestro".

La parábola del sembrador nos muestra la verdad de que la  bienaventuranza está en escuchar la palabra: Mateo 13.

     Los discípulos no entendieron el significado de la parábola. Lo más probable es que nosotros tampoco lo hubiéramos entendido. Se acercaron a Jesús, pidiendo una explicación y él se las dio. En esto vemos otra de las cualidades que tenía como Maestro. No tomaba por sentado que entendían lo que él enseñaban, sino que permitía que profundizarán el tema por medio del diálogo. Un buen maestro debe estar a disposición de sus estudiantes .
    Cristo identificó cuatro clases diferentes de personas en el proceso de sembrar la semilla. El que fue sembrado junto al camino, es el que escuchó la palabra pero no la entendió. La semilla sembrada es arrebatada por el enemigo, porque no encuentra tierra fértil sobre la cual echar raíz. De este modo, la palabra no sigue trabajando en el corazón de esta persona, sino que se pierde inmediatamente. La segunda y tercera clase de personas, sin embargo, reciben la palabra.
   El primero de ellos, señala el Señor, "la recibe con gozo" (v.20). Su recepción, no obstante, parece ser que se fundamenta mayormente en las emociones del momento. Muestra gran alegría al escuchar las buenas nuevas, pero no ha entendido el costo de seguir a Cristo. Cuando llegue la "aflicción o la persecución por causa de la palabra, tropieza" (v.21). Esta es la persona que no se detuvo a meditar en las consecuencias de lo que hacía. Por esta razón no es bueno que llevemos a las personas a decidirse por Cristo mediante la manipulación de sus emociones. Podremos asegurar una respuesta en el momento, pero rara vez tendrá valor a largo plazo.
  La tercera persona también recibió la palabra, la cual echó raiz y comenzó a crecer. Mas "las preocupaciones de este siglo y el engaño de las riquezas ahoganla palabra, y se hace infructuosa" (v.22). La descripción deja en claro que el llamado a seguir a Cristo demanda una respuesta absoluta por parte de los que la reciben. No es posible seguir al Señor a "medias", aunque la Iglesia incluye gran cantidad de personas que creen que es posible mantener esta postura. Semana tras semana viven atormentados por las presiones económicas y laborales, mientras intentan mantener viva su vida espíritual con una fiel asistencia a las reuniones de la Iglesia. La parábola nos da un panorama de lo que está pasando en el interior de sus vidas: La palabra está siendo abocada y , eventualmente, morirá.
   La cuarta persona es la que no solamente oye la palabra, sino que la entiende (v.23). Este entender no se refiere a una comprensión intelectual, sino a una en la esfera de la vida espíritual . A esto se refería el apóstol Santiago cuando decía que la bienaventuranza consiste en escuchar la palabra y hacerla (v. 1.25), no siendo oidores olvidadizos que es, en última instancia, la condición de los tres primeros en la parábola del sembrador.
  Lea la siguiente parábola en este capítulo (vv.24-30). ¿Qué se puede hacer para evitar la siembra d ela mala semilla? ¿Por qué es difícil detectar la cizaña? ¿Qué remedio propuso el dueño del campo?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario