sábado, 30 de agosto de 2014

Devociones: "Maravillosa creatividad".

El mensaje de Dios puede llegar a su pueblo por los más sorprendentes e inesperados caminos: Hebreos 11:1.

      El autor de Hebreos señala que el Señor empleó "diversas maneras" para dar a conocer su Palabra. La frase revela que vistió su insistencia en darse a conocer con una maravillosa creatividad que le permitió llegar a sus mensajeros por medio de muchos caminos diferentes. En ocasiones, como en el caso del joven Samuel, habló por medios de sueños. otras veces, tal como ocurrió con Ezequiel, se mostró por medio de visiones. Con Moisés decidió utilizar la zarza que ardía sin consumirse. En una ocasión, para comunicar su mensaje a Jeremías, lo envió a observar el paciente trabajo de un alfarero. Al rey Belsasar le habló por medio de un dedo que escribía en las paredes del palacio. En la vida del obruso Balaam se vio obligado a servirse de un burro. Frente al desánimo de Elías descartó la violencia del viento y el terremoto, y escogió un sílvo apacible.
     En la multitud de caminos recorridos observamos la inagotable creatividad de Dios, que selecciona siempre el vehículo más pertinente para transmitir su mensaje. No hallamos indicios de que prefiera un método por encima de otro, lo que vuelve aún más explicable la dependencia casi exclusiva que hemos desarrollado hoy en el sermón como único medio d ecomunicación.
     El relato de la historia de las iniciativas de Dios tampoco indica que él decidió hablarle a líderes que poseían solamente ciertas cualidades. Lejos de la afición que demostraron nosotros por contribuir el prototipo "ideal" de líder, el Señor nos desconcierta cuando intentamos encontrar el elemento común entre la multitud de sus mensajeros. Muchos de ellos no se ajustan a la imagen de líder que solemos enseñar. Fiel al principio enunciado por el apóstol Pablo, "Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabíos. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos" 
(1 Corintios 1:27).
     Dentro de esta asombrosa variedad de mensajeros nos encontramos con la paciente confianza de Abraham, el impetuoso carácter de Moisés, la sencilla convicción de Rahab, la valiente mansedumbre de David, el lamento desanimado de Jeremías, y hasta el abierto desprecio de Jonás. Las limitaciones del mensajero no constituyen un obstáculo para el mensaje. Más bien nos llenan de asombro al comprobar que convierte a tan frágiles instrumentos en socios de sus más osados emprendimientos.
     Este cuadro animarnos a creer que no existen impedimentos para que Dios se comunique con nosotros. Avanzar hacia la madurez implica abrirse, una y otra vez, a las sorprendentes manifestaciones del Señor. Es dejarlo a él en libertad para que escoja los instrumentos, los tiempos y los caminos que mejor se adecuan a sus propósitos. Implica no cerrarse a nada, aun cuando en nuestra experiencia o tradición nunca lo hayamos observado actuar de esa manera. 

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