martes, 22 de julio de 2014

Devociones: "En el Museo de la fe".

La experiencia de otros sirve para ilustrar de que manera podemos nosotros ejercitar la fe en el presente: Hebreos 11.

     Este capítulo de la epístola es muy conocido. En ella el autor ha escogido a algunos de los grandes personajes en la historia del pueblo de Dios para ilustrar los principios que ha expuesto hasta este punto. Nos resultará de provecho, entonces, intentar un resumen del argumento presentado hasta aquí para que podamos, luego, examinar de que manera algunos de estos héroes lograron implementar esta verdad en sus vidas.
     La epístola comenzó con una exposición de uno de los grandes sucesos de la historia. Dios ha escogido hablarnos. Lo hizo primero por medio de diversos profetas y, en estos últimos tiempos, por medio de su propio Hijo. Por ser el mismo Creador el que ha hablado el autor nos exhorta a prestar mucha atención a lo que dice. No ha hablado simplemente para llenar los silencios que a veces se producen entre dos seres. Ha hablado porque su Palabra es esencial para que nos encaminemos de nuevo hacia una vida que se alinea con los propósitos del Reino.
     Para que la Palabra pueda penetrar hasta lo más profundo de nuestro ser es necesario que no permitamos que el engaño de nuestros corazones produzca en nosotros una actitud de incredulidad. El creer la Palabra es esencial para desarrollar una vida espíritual, pero el engaño de nuestros corazones nos inclina ahcia la desobediencia.
    La Palabra que Dios ha compartido con nosotros revela su perspectiva de quienes somos nosotros y cuales son sus intenciones para con nuestras vidas. La visión que contiene contradice notablemente la perspectiva que prevalece en una cultura caída. Las mentiras que son parte de esta cultura están tan arraigadas en nuestra manera de ver la vida que nos sentiremos tentados a descartar la Verdad del cielo por la mentira que reina entre los hombres. Por haber convivido desde siempre con estas mentiras muchas veces tienen apariencia de ser más parecidos a la verdad que la Palabra que procede de la boca de Dios.
     A medida que avanzamos por la vida nos encontramos con una diversidad de situaciones que parecieran contradecir la Palabra de Dios ha hablado, "confirmado" las mentiras sembradas en lo profundo del corazón. La fe, que es austadiza, se sentirá tentada a huir ante el primer conflicto. En cada una de estas situaciones la exhortación del autor de Hebreos es que retengamos, con firmeza, nuestra confianza en el Señor.
    En el museo de la fe el autor menciona as veintiún personas que ilustran, de manera clara, de que manera se ejercita esta confianza en la vida cotidiana. Nosotros, en el marco de este estudio, nos detendremos a examinar la experiencia de algunos de ellos. Sus vivencias nos ofrecerán la mejor manera de entender las particulares dinámicas que encierra el vivir por fe.
     

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