miércoles, 23 de julio de 2014

Devociones: "En el Museo de la fe: Moisés".

Las circunstancias proveen la oportunidad necesaria parta crecer en la fe: Hebreos 11:24-28.

    Moisés nos presenta con una figura interesante con respecto a la fe. Es, sin lugar a duda, el referente para el pueblo del Antiguo Pacto. La ley que entregó a la nación, de parte del Señor, reglamentaba la vida cotidiana de los Israelitas y proveía los parámetros para ser el pueblo escogido de Dios. Su majestuosa presencia, que domina la historia del éxodo y el peregrinaje por el desierto, marca un pronunciado contraste con la mezquina e incrédula actitud de los hebreos.
    Moisés, sin embargo, es el ejemplo de un hombre que creció en la fe, por el ejercicio de la misma. El texto de hoy pareciera indicar que su intervención ante la crueldad de un guardia egipcio fue motivada por la fe. Su motivación fue buena, pero el método que escogió para implementar la fe no coincidía con los medios que Dios emplea. Al igual que Jacob, quiso hacerse de la bendición de Jehová empleando las estrategías de la carne.
    Cuando el Señor se le vuelve a presentar en la zarza que arde no observamos en la respuesta de Moisés una fe ejemplar. Más bien transitó por todas las alternativas que apagan la fe. Desplegó un argumento detrás del otro para justificar el no responder al llamado de Dios. A pesar de esto, no logró persuadir al Señor y fue llevado, casi a pesar de sus manifestaciones, de vuelta a Egipto. A partir del regreso observamos como Moisés, que cosecha una gran diversidad de problemas por el camino, crece notablemente en el ejercicio d ela fe. Comienza a ser testigo de la naturaleza absolutamente confiable a Aquel que lo llamó y le resulta cada vez más fácil retener su confianza en él. Es a este mismo proceso que nos llama el autor de Hebreos. Nadie nace con una fe robusta y osada. Más bien, la fe se vuelve fuerte en el ejercicio de la misma mientras atravesamos una diversidad de situaciones apropiadas.
     ¿Cuáles eran los elementos que interesaban arrastrar a Moisés en la dirección opuesta de la fe?. Según el texto de hoy, debió escoger entre el prestigio y la comodidad, o la identificación con un pueblo que vivía en deplorables condiciones de opresión. También debió escoger darle la espalda a los placeres momentáneos del pecado. Pareciera una tarea sencilla pero solamente aquellos que han vivido rodeados del lujo y la abundancia pueden realmente entender lo que significa dejar todo eso atrás, para asumir la precaria vida de un nómada.
    Cuando Dios se acerca para llamarlo. Moises ha pedido parte del espíritu soberbio e impetuoso que muchas veces caracteriza a los que viven en la opulencia. La soledad del desierto lo ha convertido en un hombre temeroso, sin iniciativa. Es el candidato ideal para un emprendimiento de fe, porque la fe suple lo que nosotros no poseemos por naturaleza propia.
    

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