miércoles, 11 de octubre de 2017

Devociones: "Experimentando en Quebranto".

              ".....varón de dolores y experimentado en quebranto".
                                             (Isaías 53:3)

     Ninguno de nosotros puede decir que esté "experimentando en quebranto" de la misma manera que lo estuvo nuestro Señor. Lo soportamos, pasamos por él, pero no lo conocemos íntimamente. Persistimos y vivimos a través de ellos, pero no nos volvemos íntimo con ello. En principio no llegamos al punto de aceptar la realidad del pecado. Contemplamos la vida a través de los ojos de la razón, y decimos que si una persona controla sus instintos y se educa puede perfeccionar su vida que, poco a poco, se desarrollará hasta llegar a la vida conforme a Dios. Pero al ir prosiguiendo a lo largo de la existencia, encontramos la presencia de algo que no tuvimos en cuenta, es decir, el pecado, y esto perturba todo nuestro esquema y todos nuestros planes. El pecado ha hecho que el fundamento de nuestro pensamiento sea impredecible incontrolable e irracional.
     Hemos de reconocer que el pecado es una realidad de la vida, no sólo una falta. El pecado es una rebelión constante contra Dios, y o bien el pecado ha de morir en nuestra vida, o Dios no estará en ella. El Nuevo Testamento nos lleva justo a esta consideración: si el pecado domina en mí, la vida de Dios no podrá manifestarse, si Dios gobierna en mí, el pecado tiene que morir. No hay nada más fundamental que esto. La culminación del pecado fue lo que motivó la crucifisión de Jesucristo, y lo que fue cierto en la historia de Dios sobre la tierra lo es también en tu historia y en la mia, es decir, el pecado dará muerte a la vida de Dios en nosotros. Hemos de ajustar nuestra perspectiva mental a esta realidad del pecado. El pecado es la razón y la explicación de por qué Jesucristo vino a la tierra, y es también la explicación del dolor y el quebranto en la vida.

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