sábado, 28 de octubre de 2017

Devociones: "El Mandamiento Divino de la Vida".

"Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto".
                                        (Mateo 5:48)

    La exhortación que nos hace nuestro Señor en los vv. 38-48 es a ser generosos en nuestra conducta para con todos. No vivas tu vida espiritual en base a tus afectos naturales. Hay personas que nos gustan y otras que no nos gustan, pero nunca debemos dejar que estas preferencias y desagrados rijan nuestra vida cristiana. "Si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión unos con otros" (1 Juan 1:7), incluso con aquellos para con los que no sentimos afecto.
    El ejemplo que nos da el Señor no se basa en una buena persona, ni aun el de un buen cristiano: es el del mismo Dios. "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto". O sea, compórtate con los demás, Él lo ha hecho contigo, y verás cómo Dios te dará abundancia de oportunidades para demostrar si eres o no "perfecto, como tu Padre que está en los cielos es perfecto". Ser discípulo significa identificarte de manera deliberada con los intereses de Dios en los demás. Jesús dice: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros" (Juan 13:34-35).
    La expresión del carácter cristiano no está en hacer el bien, sino en la semejanza con Dios. Si el Espiritu de Dios te ha transformado, exhibirás en tu vida rasgos divinos. La vida de Dios en nosotros se expresa como la vida de Dios, no como un intento de alcanzar la piedad en nuestra vida humana. El secreto de la vida cristiana está en que en ella lo sobrenatural deviene natural como resultado de la gracia de Dios, y la experiencia de esto se hace evidente si no en los detalles prácticos de la vida, en momentos de comunión íntima con Dios. Cuando nos enfrentamos con algo que provoca confusión y actividad desbordante, descubrimos que tenemos la capacidad de mantenernos equilibrados incluso dentro del ojo mismo del huracán.

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