sábado, 27 de septiembre de 2014

Devociones: "Préstamo para Dios".

Señor, enséñame que si quiero preservar mi capital debo dártelo TODO
Mateo 13:23.

      Es preciso aprender la contabilidad celestial. Dios, siendo dueño de todo, no recibe regalos de nadie. Tampoco se endeuda. Ana no le regaló a su hijo, sino que lo dedicó a Dios durante "todos los días de su vida " (1 samuel 1:28). El Señor premió este préstamo pagándole intereses a 500% "Y visitó el Señor a Ana, y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas" (1 Samuel 2:21) ¿habrá alguna corporación financiera en el mundo que pague mejor tasa de interés?.
      Señor, enséñame que si quiero preservar mi capital (y ¿quién no?) debo prestárselo TODO. Sé que de otra manera me arriesgo a perder no sólo los intereses, sino también el capital de mis inversiones. El sabio comerciante D.L. Moody tomó en serío su versículo lema: "El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre" (1 Juan 2:17) Moody  abandonó la venta de calzado para promover a Jesucristo, y , ahora que está en los cielos, los intereses de aquella inversión todavía siguen llegando a torrentes.
     Si soy sabío, tendré a Ana y Moody como mentores. Haré un balance de mi "Haber" y lo invertiré todo en un solo Banco, la Corporación de Ahorro y Vivienda Celestial. Ya conozco al Gerente, y prometió no abandonarme nunca ni fallarme.
    "Permiteme tu barco", dijo Cristo a Simón, quien llegó sin un pescado, manejando el timón. Fatigado, él entrega al Señor toda su posesión. Para ver sus redes llenas, por tan sabia decisión. Hoy nos llama Jesucristo a eterna inversión; no nos dejará sin fruto cuando guia la misión. Utilizamos Señor , según tu santa voluntad, a sembrar el Evangelio, la Palabra de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario