martes, 22 de abril de 2014

Devociones: "Y no contristéis al Espiritu Santo".

"Y no contristéis al Espiritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el dia de la redención" (Efesios 4:30).

       Así como es posible  apagar al Espiritu en las reuniones de la Iglesia, es posible contristarlo en nuestra vida privada.
      Hay cierta ternura en la palabra "contristar". Solamente podemos entristecer a alguien que nos ama. Los mocosos del vecindario no nos contristan, pero nuestros propios hijos traviesos síu.
      El Espiritu Santo nos ha dado un lugar especial de cariño e intimidad Él nos ama y nos ha sellado para el dia de la redención. Podemos entristecerlo.
    Pero ¿qué es lo que entristece? Cualquier forma de pecado trae dolor a Su corazón. No es por accidente que Pablo aquí le llama Espiritu Santo. Cualquier cosa que es profana le agobia con tristeza.
    La exhortación "no contristéis" viene en medio de una serie de pecados contra los cuales estamos advertidos. La lista no intenta ser exhaustiva sino solamente sugestiva.
    Mentir entristece al Espiritu (Efesios 4:25); mentiras "piadosas", mentiras negras, mentirijillas, exageraciones, medias verdades y verdades matizadas. Dios no puede mentir y no le puede dar ese privilegio a Su pueblo.
     La ira que se desborda en pecado contrista al Espiritu (Efesios 4:26). La única vez que la ira se justifica es cuando es por causa de Dios. Todas las otras formas de ira dan lugar al diablo (Efesios 4:27).
      Robar entristece a Espiritu Santo (Efesios 4:28), sea del monedero d ela madre o el tiempo de nuestro empleado, herramientas o articulos de oficina.
     Las palabras corrompidas contristan al Espiritu Santo (Efesios 4:29). Esto recorre toda una gama que va desde bromas sucias e incitantes hasta charlas frívolas. Nuestra conversación debe ser edificante, apropiada y sazonada con sal.
     La amargura, enojo, ira, griteria y maledicencia, y toda malicia completan la lista del capitulo 4.
    Uno de los ministerios favoritos del Espiritu santo es mantenernos ocupados con el Señor Jesucristo. Pero cuando pecamos , tiene que apartarse de este ministerio para restaurarnos a la correcta comunión con el Señor.
     Pero aún entonces nunca se entristece para siempre. Nunca nos deja. Estamos sellados por Él para el dia de la redención. Sin embargo, esto no debe usarse para excusar nuestros descuidos sino que debe ser uno de los motivos más grandes para la santidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario