miércoles, 16 de abril de 2014

Devociones: "Dejad a los niños venid a mí"

"Dejad a los niños venid a mí, y no se lo impidáis; porque, porque d elos tales es el reino de Dios" (Marcos 10:14).

       La muerte de los niños ha representado siempre una prueba especialmente severa para la fe del pueblo de Dios, y es importante tener sólidas amarras para mantenernos en tal ocasión.
    Una creencia entre algunos cristianos es que los niños que mueran antes de alcanzar "la edad de responsabilidad" son salvos por medio de la sangre de Jesús. He aquí algunas de sus razones: el niño  no tiene capacidad para aceptar o rechazar al Salvador, de manera que Dios le cuenta a su favor todo el valor de la obra de Cristo en la Cruz. Es salvo por al muerte y resurrección del Señor Jesús, aun cuando no pudo entender plenamente el valor salvífico de esa obra.
     En lo que respeta a esta "edad de la responsabilidad", nadie sabe cuando se alcanza, porque Dios no habla de ella. Sería diferente en cada caso ya que un niño puede madurar más pronto que otro.
     Aun cuando la Escritura no afirma especificamente que los niños que mueren antes de la edad de la responsabilidad van al cielo, hay dos argumentos bíblicos que apoyan esta idea. El primero es el versículo de este dia: "Dejad a los niños venid a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios" (Marcos 10:14. Prestemos atención a lo que dice de los niños: "....de los tales es el reino de Dios". No afirma que tiene que llegar a ser adultos para que puedan entrar al reino de Dios, sino que ellos mismos son una ilustración de los que están en el reino de Dios. Éste es un argumento fuerte a favor de la salvación de los niños pequeños.
   Otro argumento es el siguiente. Cuando Jesús se refiere a los adultos afirma que: "El Hijo del hombre vino a buscar y  a salvar lo que habia perdido" 
(Lucas 19:10). Pero cuando habla de los niños, no hace mención de "buscar" sino que dice: "El Hijo del hombre ha venido para salvar lo que se habia perdido"
(Mateo 18:11). La idea es que los niños no se apartan como sucede con los adultos, y cuando llega la muerte, el Salvador los reúne soberanamente en Su rebaño. El argumento razona así aunque nunca llegaron a conocer la obra de Cristo, y Dios lo sabe, les imputa el valor salvador de ésta.
   En todo caso, no debemos cuestionar la providencia de Dios cuando se lleva a nuestros niñós. Jim Eliot escribió: "No debo pensar que sea impropio que Dios se lleve en la juventud a aquellos que no habian retenido en la tierra hasta que fueran más grandes. Dios está poblando la eternidad, y no debo limitarlo a los ancianos y ancianas".   

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