miércoles, 23 de abril de 2014

Devociones: "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo".

"Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo"
 (Romanos 10:13).

        Nadie puede realmente invocar el Nombre del Señor y no ser salvo. Esta invocación sincera y desesperada nunca queda sin respuesta. Cuando llegamos al final de nuestros propios recursos y abandonamos toda esperanza de salvarnos, cuando no tenemos a donde recurrir sino hacia arriba y en ese momento dirigimos al Señor un desolado llamamiento, escuchará y responderá.
      Un joven Sikh llamado Sadhu Sundar Sihgh, determinó que si no encontraba paz, se quitaría la vida. Oró de esta manera: "Oh Dios, si hay un Dios, revélate a mí esta noche". (Había estado en un colegio con maestras cristianas) Si no recibía una respuesta en siete horas le pondría fin a su vida en los rieles del siguiente tren que iba a Lahore.
     En las primeras horas de la mañana, tuvo un sueño en el que Jesús entraba a su habitación y le decia en Indostaní: "Estabas orando para conocer el camino correcto. ¿Por qué no lo tomas? Yo soy el camino".
     Corrió a la habitación de su padre y le dijo: "Soy cristiano. No puedo servir a nadie más sino a Jesús. Hasta el dia que muera, mi vida es Suya".
       Nunca he sabido de alguien que invocará el nombre del Señor con toda sinceridad de corazón que no fuera oído. Por supuesto, existen aquellos que oran al Señor cuando están en apuros, que prometen vivir para Él si los libera y lo olvidan una vez que la presión desaparece. Pero Dios conoce sus corazones; sabe que fueron solamente astutos oportunistas y que jamás hicieron un genuino compromiso de corazón con Él.
    Persiste el hecho que Dios siempre contesta de alguna manera a aquel que lo busca desesperadamente. En países donde la Biblia no está disponible fácilmente, puede usar sueños. En otra parte puede hacerlo mediante una porción d elas Escrituras, a través del testimonio personal, sirviendose de literatura cristiana o con la ayuda de la coincidencia milagrosa de las circunstancias. De este modo, en un sentido muy real, es verdad que "aquel que busca a Dios ya lo ha encontrado" Eso es seguro.

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