jueves, 13 de marzo de 2014

Devociones: "Salgamos, pues, a él, fuera del campamento"

           "Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio"
          ( Hebreos 13:13).

     La primera lección que aprendemos de este versiculo es que Cristo es el centro de reunión de Su pueblo. No nos congregamos en torno a una denominación, Iglesia, edificio o algún gran predicador, sino sólo en Cristo: "a él se congregarán los pueblos" ( Génesis 49:10). "Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio" ( Salmo 50:5).
      La segunda lección es que debemos salir a Él, fuera del campamento. Algunos han definido el campamento como "todo sistema religioso terrenal adaptado al hombre natural". Se trata de la esfera religiosa en la que Cristo es deshonrado y degradado, la pagana mostruosidad que se disfraza hoy como cristianismo y que enmascara a todos los que: "tienen apariencia de piedad pero niegan la eficacia de ella". Cristo está fuera, y debemos salir a Él.
     También aprendemos que salir con Cristo fuera del campamento conlleva vituperio. A veces los cristianos sufren vituperio por causa de su obediencia al Señor en cuanto a la comunión de la Iglesia. Más y más, las asociaciones eclesiales tienen cierta medida de prestigio y posición social. Pero cuanto más nos acerquemos al patrón del Nuevo Testamento, más tendremos que compartir en Su vituperio. ¿Estamos dispuestos a pagar ese precio?.

                           El hombre de vestido teñido me llamó,
                            Conocí Su voz, mi Señor crucificado;
                       No pude resistir cuando a sí mismo se mostró,
                             Y obedecí, dejando todo a un lado.

           Este mundo me expulsó una vez que hubo encontrado
                  Que en mi rebelde corazón estaba coronado
          Aquél al que habia rechazado, despreciado y asesinado,
    Aquien Dios con poder maravilloso habia para reinar resucitado.

          Y así, mi Señor y yo estamos fuera del campamento,
      Pero más dulce que cualquier lazo terrenal es su presencia.
         Que una vez conté más grande que su llamamiento; 
   Estoy fuera para el mundo, pero de mi Señor no siento ausencia.

     

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