sábado, 1 de marzo de 2014

Devociones: "Antes, sed benignos unos con otros"

"Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros
como Dios tambien os perdonó a vosotros en Cristo" ( Efesios 4:32).


     En lo que respecta al perdón bíblico, hay un orden definido que debemos seguir, y si lo hiciésemos, evitariamos muchos dolores de cabeza y de corazón.
      Lo primero que debes hacer cuando alguien te causa un mal es perdonar en tu corazón a esa persona. Todavia no le dices que le has perdonado, pero al perdonarle en tu corazón, dejas el asunto entre el Señor y el defensor. Esto impide que tus jugos gástricos se vuelvan ácidos sulfúricos, y te veas afectado por otros males físicos y emocionales.
     Entonces ve al hermano y repréndele ( Lucas 17:3). En lugar de dejar correr la lengua contando cómo te juzgaron injustamente: " Ve y repréndele estando tú y él solos" ( Mateo 18:15). Trata de guardar en privado el problema en la medida que sea posible.
     Si el ofensor no lo reconoce, entonces ve una vez más con uno o dos testigos
 (Mateo 18:16). Esto proporciona un testimonio bíblico y adecuado en cuanto a la actitud del ofensor. Si no cede, entonces lleva el asunto a la asamblea, acompañado de dos testigos. Si aún así se niega a escuchar el juicio de la Iglesia, debe quedar fuera de la comunión de la Iglesia (Mateo 18:17).
     Pero si en algún momento durante este proceso, se arrepiente, entonces perdónale (Lucas 17:3). Aunque le perdonaste de antemano en tu corazón, es ahora cuando debes administrarle el perdón. Aquí es importante no restarle importancia al asunto. No le digas: "No te preocupes, todo está bien; en realidad no hiciste nada malo". Más bien, lo que debes decir es: "Te perdono de muy buena gana. Ahora el asunto está zanjando. Oremos juntos".
    La vergüenza de tener que confesar y arrepentirse puede disuadirle de volver a causarte daño. Pero aun si repite su pecado y luego se arrepiente,debes perdonarle. Aun si lo hiciera siete veces en un dia y se arrepientiese siete veces, debes perdonarle, pienses que sea sincero, o no (Lucas 17:4).
    Nunca debemos olvidar que Dios nos ha perdonado millones de veces. Así, no debemos titubear cuando se trata de perdonar a alguien por lo que, hablando figuradamente, tan sólo vale unos cuantos céntimos (Mateo 18:23-35).    

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