domingo, 24 de enero de 2016

Devociones:" No trates de dar explicaciones, Él lo sabe".

Hace unos días andábamos de compras con mi familia, a mi pequeño le encanta todo lo que tenga que ver con el deporte y decidí comprarle unas raquetas de ping-pog. para que jugara en casa.
     El día de ayer me pidió que jugáramos ping--pong y bueno, acepté, pero al darme la raqueta note que la mitad del material que viene pegado a la raqueta estaba arrancado, un obra más de mi pequeño.
     Al ver la raqueta ya no en su estado original, sino más bien averiada, quise preguntarle qué había pasado, entonces, le pregunto: ¿Que le paso a la raqueta? " percatarse rápidamente de lo que estaba hablando y en especial a lo que me estaba refiriendo, comenzó a tratar de darme explicaciones, su carita, sus gestos, sus palabras y la forma en la que trataba de explicar lo que yo ya sabia, me dio entre un poco de gracia y a la vez ternura, de ver a mi hijo querer explicarme que simplemente él le había despegado la mitad de la goma que en un lado llevaba la raqueta.
      En el mismo instante en el que él trataba de darme una explicación a algo que la verdad no tenía una importancia tan transcendental, vino a mi mente la reflexión de que: ¿Cuántas veces hemos querido dar explicaciones a Dios de algo, que realmente Él ya conoce?.
     ¿Qué pensará Dios de nosotros cuando tratemos nuestras travesuras?, ¿Cuántas veces le damos vuelta al asunto, con tantas palabras, solo para explicar algo que tiene una explicación tan sencilla o algo que simplemente Él ya sabe?.
      Pensar en todas las las explicaciones que tratamos de darle a Dios para excusar nuestras malas decisiones o nuestras malas acciones, me lleva a reflexionar en el siguiente versículo:

   "No crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado".
                                    (Gálatas 6:7)

    ¿Ustedes creen que podemos engañar a Dios con nuestras excusas o explicaciones sobre algo que hemos hecho?, ¡Es imposible engañarlo!.
    A veces me imagino a Dios riéndome de nuestras explicaciones, no en sentido de  burla, sino en sentido de gracia, como diciendo: "No tienes que mentirme, yo sé lo que pasó".
      Lo lindo de todo esto, es que tenemos a un Dios amoroso, que nos ve con ojos de amor a todos aquellos que de corazón sincero la buscamos. Él más allá de acusarte, quiere perdonarte y restaurarte. 
    ¿Por qué no somos sinceros delante de Dios y sin tratar de explicar con tantas palabras lo que Él ya sabe, vamos y le confesamos la verdad y sobre todo le pedimos perdón y nos arrepentimos?.
      ¿Tú crees que Dios no conoce ese pecado oculto que nadíe conoce de ti?, ¿Tú crees que Dios no sabe en los pasos que andas?, ¿Crees que Dios no se ha dado cuenta de la verdadera intención de tu corazón acerca de eso que quieres emprender?.
      A veces pensamos que es fácil engañar a Dios, pensamos que lo podemos hacer así como lo hacemos con las personas, pero se nos olvida que delante de Dios estamos desnudos, que no podemos ocultar nada, no los pensamientos, ni las intenciones, nada de nada.
      Hoy quiero invitarte a que reconozcas tu estado delante de Dios, a que vayas delante de su presencia y te sinceres con él, dile la verdad, no tienes que darle vueltas al asunto, sé que Dios ya  conocen eso y sobre todo quiero perdonarte, pero para ello tú tienes que confesarlo, ya no guardes mas en tu corazón tantas mentiras que lo único que ha hecho es hundirse, alejarte y avergonzarte de ir delante de Dios.
      Vivir una vida de mentira es como un cáncer que poco poco va avanzando en tu vida espiritual y te contamina.  
          

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