lunes, 11 de enero de 2016

Devociones: "Depresión".

La depresión es una enfermedad que ataca más a las mujeres que a los hombres ya que el factor hormonal es decisivo: el ciclo mestrual, el embarazo, el periodo posparto, el aborto y la menopausa añadiéndole su gran número de responsabilidades a que se exponen tales como trabajo fuera y dentro de casa, cuidado de los hijos y/o padres ancianos, problemas de comunicacion con la pareja, madres solteras, etc. Una persona deprimida se siente desanimada y triste, con mucha tendencia al desinterés. Se pierde la perspectiva de la vida, de su trabajo y muchas veces hasta de su familia. La persona deprimida es demasiado sensible a lo que los otros dicen o hacen. El agotamiento físico puede causar depresión, metas no alcanzadas pueden causar depresión, perdida de un ser querido pueden causar depresión. Existen un sinnúmero de situaciones las cuales son las causantes de la depresión.
    En el Salmo 73 vemos el autor de este salmo. Asaf, quien a su vez era dirtector del coro de la época de David y además, profeta o vidente, es decir, que recibía mensajes de Dios en sueños o visiones, estaba deprimido. Pensamos que las personas con altas posiciones en la Iglesia no se pueden deprimir; pero lamentablemente esta condición puede atacar a cualquier persona. Comienza este Salmo afirmando: "Ciertamente es bueno Dios para con su pueblo, para con los límpios de corazón" (v.1) luego detalla su experiencia, Asaf dice: "por mirar los hechos y la prosperidad de los impíos....casi resbalo queriendo hacer igual que ellos...."(v.2) Y luego comienza a hablar sobre estos hombres malos: son soberbios, violentos (v.6), glotones (v.7), agrandados (v.8), blasfeman contra Dios (v.9) y no creen en Su Omnisciencia (v.11). Estos, continua Asaf, sin que se les ponga tropiezos alcanzan riquezas (v.12)....por el contrario, YO que he limpiado mi corazón y me conduzco rectamente (v.13) he sido castigado" (v.14) inclusive pensó en comenzar a hablar como cualquiera de ellos, sin temor ni reverencia (v.15).
  ¿Acaso no has pensado alguna vez como Asaf? YO he sido, yo que me he esforzado, yo que he sido buena, justa, que he trabajado, yo que soy integra, no he podido lograrlo. Cuantas veces la depresión ha tocado nuestras puertas para que tomemos decisiones incorrectas y dejemos lo que Dios ha puesto en nuestras manos. La crisis de Asaf es un espejo en este momento que Dios permite para que miremos reflejada nuestra vida. En el verso 17 está la clave hacia la bendición: "Hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos". Estar en la presencia del Señor ordena nuestros pensamientos y podemos pensar equilibradamente. Asaf entendió que el fin del impío era muy diferente, la prosperidad que él veía en los malos era tan solo momentánea. Por otra parte, se muestra arrepentido y se duele al ver cuál ignorante había sido al pensar así (v.22); entendió  que el Dios a quien servía era más grande y más importante que las riquezas (v.25). En el versículo 28, reflexiona: "Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas sus obras".

   Tu vida y la mia podrán estar plagadas de situaciones injustas, pero es importante aprender la lección así como Asaf y declares como dice el (Salmo 55:22) que Nuestro Dios no dejará para siempre caído al justo.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario