lunes, 7 de diciembre de 2015

Devociones: " ¿Por qué a mí? ".

La mayoría de nosotros al vernos frente a situaciones difíciles de la vida nos hemos preguntado: "¿Por qué a mí? ". Esa frase por lo general sale de nuestra boca producto de una frustración momentánea que nos hace pensar que somos los menos afortunados del mundo en ese momento.
    Los últimos días he estado enfermo, hace cuatro días me operaron de la apéndice, muchos que leen mi página y mi perfil en Facebook se dieron cuenta y estuvieron orando por mí en cada momento que pase, cientos de personas me mostraron su cariño y aprecio dejańdome comentarios.
  A veces creemos que somos intocables, que nada malo nos puede pasar o que la enfermedad no puede tocar nuestra vida, o que simplemente las cosas siempre serán como nosotros queremos, pero cuando el panorama cambia y cuando se presentan momentos reales de dolor, de enfermedad, de problemas seríos, entonces nos preguntamos: "¿Por qué a mí? ", como haciendo alusión de que no nos merecemos lo que nos está pasando.
   Y es que cuando pronunciamos la frase: "¿Por qué a mí? " es como si no estuviéramos de acuerdo a que eso que nos está pasando, realmente este pasando en nuestra vida, es como que nos sintiéramos que no lo merecemos, que cualquier otro lo merece, pero no nosotros.
    Mientras estaba en esa cama de hospital esperando el momento en que me llevaran al quirófano, le pregunté a Dios: "¿Por qué a mí? ", había orado mucho piidendo a Dios que me quitara toda enfermedad, sin embargo, ahora estaba allí, a una hora y pocos minutos de ser intervenido, rápidamente luego que hice esa pregunta a Dios, sentí en mi corazón y en mi mente una respuesta automática que fue: ¿Por qué no a tí?.
     Quizá muchos no entenderán lo que hoy quiero plasmar, pero si lo harán los que Dios quiere y le interesa que comprendan lo que hoy quiero exponer.
    A veces se nos olvida que venimos a este mundo con un paquete completo y con posibilidades de padecer muchas cosas. Nosotros no elegimos que cosas en la mayoría de veces, pero es parte de nuestra naturaleza, es parte de la vida del hombre y eso mismo nos tendría que llevar a ser conscientes de que Dios no tiene culpa alguna en ello, cuando venimos a este mundo venimos conscientes o por lo menos deberíamos ser conscientes de que venimos con todo un paquete incluido y que en cualquier momento de nuestra vida las cosas pueden suceder, no necesariamente porque Dios quiera mal, sino porque somos humanos y la probabilidad que padezcamos de algo siempre existe.
    
   "El Espíritu es la garantia que tenemos de parte de Dios de que nos dará la herencia que nos prometió y de que nos ha comprado para que seamos su pueblo. Dios hizo todo esto para que nosotros le diéramos gloría y alabanza"
                                      (Efesios 1:14)
¿POR QUÉ A TI?, BUENO, ¿POR QUÉ NO A TI SI DE TU LADO ESTA ÉL?

   "Yo sé que mi Redentor vive. Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel. En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo. Y mis ojos lo verán, y no otro. Aunque mi corazón desfallece dentro de mi".
                                         (Job 19:25-27)   

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