sábado, 4 de mayo de 2019

Devociones: "Quiero paciencia, ¡Ya! ".

                           "Tú responderás, Señor Dios mío".
                                          (Salmo 38:25)

         OSWAALDO ARDILES fue uno de los mejores jugadores argentinos de fútbol de los años 70-80. Era un jugador más bien  flaco.....tanto que un día MENOTTI en un entrenamiento le dijo: "Mire, Ardiles, pongase la camiseta porque la gente le va a faltar el respeto" ¡Casi se le podían contar los huesos! Sin embargo, llegó a triunfar en el fútbol inglés (un fútbol duro y de choque) por su paciencia y sabiduría jugando.
     La paciencia es transcendental en la vida. Muchos buenos negocios se han perdido por la impaciencia; muchos estudiantes han suspendido exámenes por falta de paciencia al estudiar, muchas relaciones amistosas se han roto por la impaciencia de alguna (o ambas) de las partes.....En la vida impacientarse es perder.
    Una de las partes del fruto del Espíritu es la paciencia, por lo tanto y dado que el Espíritu de Dios vive en nosotros, deberiamos ser pacientes.
    ¿Es cierto? En teoría sí, pero en la práctica tenemos que reconocer que la paciencia no suele ser una de nuestras cualidades. Por lo menos no somos como nuestros hermanos de los capítulos 13 y 14 de Apocalipsis no los que se nos menciona varias veces "su paciencia y su fe",
    Dios permite muchas cosas en nuestra vida para educar nuestra paciencia. A veces hay personas que nos hacen mal, circunstancias imprevistas que destruyen nuestros planes, o simplemente algo no llega a tiempo.....o inmediatamente queremos resolverlo por nosotros mismos. ¡Qué difícil es decir como el salmista "Tú responderás, Señor"! Muchas veces Dios retrasa las respuestas a nuestras oraciones para enseñarnos a tener paciencia.
    ¡Gracias a Dios que Él es paciente más que ningún otro ser en el mundo! Si no fuese así, tiempo hace que se habría cansado de nosotros. Somos capaces de arreglar y desarreglar algo en cuestión de segundos, ¡todo en lugar de dejárselo a Él! No hemos comprendido que la gente conoce parte de la paciencia de Dios al vernos a nosotros, que somos sus hijos. No sé cuál es la situación por la que estás pasando ahora, pero si sirve para incrementar su paciencia ¡Gloría a Dios!.

                                 Más vale ser paciente que valiente.
    Quiero ser más paciente, Señor. Enséñame a descansar en Tí en todas las circunstacias de mi vida y a saber esperar en Ti. 

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