martes, 29 de septiembre de 2015

Devociones: "Born to Fly, Nacido para volar".

"Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán"
                                                 (Isaías 40:31)

     El austriaco de 43 años, Felis Baumgartner, rompió recientemente el record mundial de caída libre saltando desde un dispositivo de vuelo a más de 39.000 metros de altura. Vestido de astronauta y habiendo anunciado previamente la hazaña que intentaría, fue seguido por millones de personas en todo el mundo. Pero asombro de todos, ha sido el primer hombre en rebasar la velocidad del sonido (1100 Km/h) alcanzando 1137 Km/h en su descenso. Baumgartner, quien lleva tatuado en el antebrazo: "Born to fly" (Nacido para volar), vio realizado un sueño que tenia de hacia mucho tiempo. Su gesta quedará en la memoria de la humanidad como un tributo a la voluntad del hombre, como un recordatorio de las capacidades de Dios en sus criaturas.
    La historia humana está repleta de asombrosas historias como estas. Hombres que, como Baumgartner, han  desafiado a las imposibilidades aparentes. Personas que han hecho otras proezas, han volado distintas formas. Moisés atravesó el mar rojo de lado a lado, andando y sin mojarse. Los tres varones hebreos caminaron y charlaron dentro de un horno de fuego recalentado siete veces. Se dice del apóstol Juan que fue echado en aceite hirviendo y no sufrió daño alguno. Pablo dijo del ministerio de los primeros apóstoles: "Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres" (1Corintios 4:9-10). Todos rompieron records impensables y extraordinarios, pero estos últimos recibieron una recompensa mejor.
    La diferencia entre la hazaña de Baumgartner y de aquellos que asombraron al mundo con Dios, es abismal. El austriaco supo interpretar las leyes físicas, la velocidad del viento y la altura posible que el cuerpo humano puede resistir. Se valió de trajes espaciales y de tecnología de punta. Mientras que del otro lado están los que sin otro recurso que su fe en Dios, escribieron páginas épicas. No había forma humana de hacer lo que estos hicieron, por eso lograron con Dios. La huella de Baumbartner quedará en los libros de historias, pero las pisadas de los que antaño glortificaron a Dios transformarán vidas.
     Todo creyente es llamado a volar. Todos y cada uno de nosotros podemos enfrentar las imposibilidades que otros ni siquiera se plantean. La promesa biblica dice: "He aquí, que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí? " (Jeremias 32:27). No temamos a las alturas porque estamos sentados en lugares celestiales con Cristo Jesús. No suframos de vértigo, porque Dios nosa ha dado alas, No deje que nadie le diga que no puede volar, no fraternice con el temor al fracaso, ni preste atención al viento contrario o a las nubes oscuras. Vuele sin más, las águilas no le piden permiso para volar a las criaturas que no tienen alas. Vuelan  por naturaleza, si dejaran de hacerlo, perderian su realeza, su diseño original se vería truncado y su hermosura se empañaria por lo natural de su comportamiento.      

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