lunes, 7 de enero de 2019

Devociones: "Una salvación definitiva".

"Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna".
                                        (1Juan 5:13)

    Numerosos textos de la Biblia afirman que el que cree en Jesús y recibe la vida eterna jamás puede perder la salvación de su alma, aun si a veces pierde la convicción de ella. Los siguientes versículos no dejan lugar a ninguna duda respecto a este tema tan fundamental.
   "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16). Esta vida que Dios nos comunica es eterna, no se interrumpe, no puede desaparecer. Por otra parte, ella "está escondida con Cristo en Dios" (Colosenses 3:3). ¿Quién podría quitárnosla?.
   Cuando creemos, recibimos una nueva naturaleza, nacemos "de nuevo" 
(Juan 3:3-8). "Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios" 
(1 Juan 5:1). "Ahora somos hijos de Dios" (1 Juan 3:2). Es una relación que no puede ser alterada.
   Jesús se compara con una puerta por la cual deben entrar las ovejas, es decir, las personas que creen en él (Juan 10:7). Una vez que las ovejas han pasado por esa puerta, imagen de la conversación, pertenecen para siempre al buen Pastor. Él declara: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no  perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre" (Juan 10:27-29).
    Ante tales afirmaciones no queda lugar a ninguna duda. La salvación adquirida por Jesús en la cruz es definitiva y eterna. Es una certeza incondicional porque está fundada sobre lo que Cristo hizo. 

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