sábado, 11 de agosto de 2018

Devociones: "Un sentido para mi vida".

"Todo aquel lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible".
                                                (1 Corintios 9:25) 
"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera , he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia , la cual me dará el Señor, juez justo".
                                                (2 Timoteo 4:7-8)

     Una atléta, que había recibido la medalla de bronce en los Juegos Olimpicos de Londres, declaró a un periodista: "El teckwondo (o Kárate cercano) dio un sentido a mi vida.....Fuimos a la  Guayana Francesa para entrenarnos en la juncla como un comando. Lo dejé todo para alcanzar mi sueño". ¡Qué valentía y energía para alcanzar sus metas! Pero, ¿cuánto tiempo va a durar esta satisfación de haber logrado su objetivo? Tanto las coronas de laureles que recibian los atletas de la Antigua Grecia como las medallas Olímpicas solo brindan una felicidad pasajera.
    ¿Existe una recompensa de la que podemos disfrutar eternamente? El apóstol Pablo nos revela que existen coronas incorruptibles, es decir, las que Jesús concederá a aquellos que lo hayan honrado. Pablo lo había recibido como Salvador personal (1 Timoteo 1:15), y le había dedicado toda su vida. Mientras algunos dicen: "Mi vida es el deporte; mi vida es la montaña o incluso, mi vida es el trabajo". Pablo decía a los Filipenses: "Para mi el vivir es Cristo" (Filipenses 1:21). Al rechazar sus pretensiones y su propia justicia, que a sus ojos eran basura, había ganado a Cristo y así podía ser revestido de "la justicia que es por la fe de Cristo" (Filipenses 3:9). Al igual que un atleta, proseguía "a la meta, al premio del supremo llamamiento" (Filipenses 3:14). Consagró a Cristo toda su vida y energía con la perspectiva de estar con él para siempre.   

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