sábado, 25 de agosto de 2018

Devociones: "Id pues, y aprended lo que significa: misericordia quiero.......".

  "Id pues, y aprended lo que significa: misericordia quiero y no sacrificio".
                                                  (Mateo 9:13)

        Dios está mucho más interesado en cómo tratamos a los demás que en el número de ceremonias religiosas en las que participemos. Prefiere misericordia que sacrificio. Coloca la moralidad práctica por encima de los rituales. Podría parecer extraño leer que Dios no desea sacrificio, porque fue Él quien instituyó en primer lugar el sistema sacrificial. Pero no hay contradición. Mientras  que es verdad que ordenó a la gente que trajera sacrificios y ofrendas, nunca tuvo la intención de que estos tomaran el lugar de la justicia y la bondad "Hacer justicia es a Jehová más agradable que sacrificio" (Proverbios 21:3).
     Los profetas del Antiguo Testamento se enardecían contra la gente que observaba los rituales adecuados y pese a esos estafaban y oprimían a su prójimo. Isaías les advirtió que Dios estaba hastiado de sus holocaustos y de sus días de fiesta religiosos mientras que oprimían al huérfano y a la viuda (Isaías 1:10-17). También les dijo que el ayuno que Dios deseaba era que trataran con justicia a sus empleados, dieran de comer al hambriento y vistieran al pobre (Isaias 58:6-7). A menos que sus vidas fueran rectas, poco importaba que ofrecieran en sacrificio la cabeza de un perro o la sangre de un cerdo (Isaías 66:33).
     Amós exhortó al pueblo a que dejara sus observancias religiosas porque Dios aborrecía esos rituales entretanto que la justicia y la misericordia no fluyeran como poderoso torrente (Amós 5:21-24). Miqueas les aconsejó que lo que Dios deseaba más que un ritual era la realidad, la realidad de la justicia, misericordia y humildad (Miqueas 6:6-8).
      En los días de nuestro Señor, los fariseos se hicieron merecedores de la burla por pretender ser religiosos haciendo oraciones públicas muy largas mientras que devoraban las casas de las viudas (Mateo 23:14). Eran muy cuidadosos para darle al Señor una décima parte de la menta de sus jardines, pero todas estas prácticas jamás podrían tomar el lugar de la justicia y la fe (Mateo 23:23). Es inútil que traigamos nuestras ofrendas al Señor si nuestro hermano tiene una queja válida contra nosotros (Mateo 5:24); el don es aceptable solamente después de que el error ha sido notificado. Asistir regularmente a la Iglesia nunca servirá para encubrir los negocios deshonestos llevados a cabo durante la semana. De nada sirve regalar a nuestra madre una caja de bombones el Día de la Madre si la tratamos con desprecio durante el año, u obsequiar una camisa a nuestro padre el Día del Padre si no le mostramos el amor y el respeto que merece el resto del tiempo.
    A Dios no lo engañamos con rituales o con la apariencia. Él ve el corazón y nuestra conducta día tras día.     

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