miércoles, 15 de octubre de 2014

Devociones: "En el museo de la fe: Israel".

Algunas situaciones han sido especialmente preparadas para que crezcamos en la fe:  (Hebreos 11:29).

    A pesar del triste historial de Israel, el cruce del mar Roja nos provee una interesante reflexión acerca de las dinámicas de la fe.
    Lo primero que observamos, en Éxodo 14, es que Dios deliberadamente ordenó las circunstancias para que fueran propicias para el ejercicio de la fe. Creó la apariencia de desorden para anunciar a Faraón a perseguirlos hasta el mar, donde tenía pensado manifestar plenamente su gloria ante los israelitas y los egipcios.
     Los Israelitas, que no conocían estos detalles, entraron en pánico. En situaciones. En situaciones como esta, la intervención osada y confiada del líder es absolutamente esencial. Cuando los israelitas escuchaban las amenazas de Goliat, Saúl no supo proveerles ánimo ni inspiración. Moisés, en cambio, no dudó  en calmar al pueblo y darle las claves paar ejercitar su fe en esta situación de crisis: "No tengan miedo......" (Éxodo 14:13).
     Observamos, en sus palabras, una réplica de exhortaciónque nos ha dejado la epístola de Hebreos. No permitamos que las circunstancias nos infundan miedo. Mantengamos firme nuestra convicción de que Dios actuará a nuestro favor. Preparemos nuestro espíritu para ver la mano poderosa de Dios obrando en nuestro medio.
     Una vez que Moisés calmó al pueblo, acudió al Señor en busca de nuevas instrucciones. La respuesta del Señor es sorprendente: "¿Por qué me pides ayuda? Ordena a los hijos de Israel que  sigan su marcha. Y tú, levanta tu vara, extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, para que los hijos de Israel lo crucen en seco" (Éxodo 14.14-16).
    Es como si el Señor hubiese querido indicarle a Moisés que tenía más poder de lo que creía o entendía. Durante las negociaciones con el Faraón le había dicho: "Mira, Yo te hago como Dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta" (Éxodo 7:1). La vara que poseía gozaba del pleno respaldo de Dios. Podía usarla y saber que el Señor se movería.
     ¿Acaso sufrimos el mismo problema? En más de una  ocasión el Señor retó a los discípulos por su poca fe. Es que no terminamos de entender con quien estamos caminando, ni cuáles son los alcances de su poder y amor en nuestras vidas y la de aquellos que nos rodean. El resultado es una fe timida que titubea ante la menor dificultad, y desemboca en la fatal decisión de enterrar nuestro talento en la tierra, para que no se pierda.
    Una última conclusión del cruce del mar Rojo: los egipcios intentaron hacer lo mismo y fracasaron. Caminar con fe es un privilegio concedido a los que creen en el Señor. Qué lástima que le demos tan poco a semejante regalo.

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