sábado, 24 de agosto de 2019

Devociones: "Pasa el testigo".

                                     "No voy a dejarte solo".
                                            (2 Samuel 2:6)

     En las pruebas de atletismo de Seúl 88, el equipo de relevos 4x 100 m. de los EE.UU. era, sin duda, el mejor. Algunos incluso decían que era el mejor de la historia (corrían, LEWIS, SMITH....) pero fueron descalificados. Uno de los componentes entregó el testigo fuera de los 20 metros destinados a tal fin . En las carreras de relevos, la mayor parte del éxito no estriba en quienes son los componentes del equipo (aunque ese es importante) sino en pasar el testigo correspondiente.
    Este devocional podria ir dedicado en primer lugar a nuestros mayores, pero creo que todos tenemos algo que aprender de esta historia. En muchas facturas, la vida es como una carrera de rélevos. Algunos ya están  corriendo mientras nosotros crecemos, y llega el dia en el que nos pasan el testigo y nosotros empezamos a correr, hasta  que podemos pasar el relevo a la siguiente generación. Es así en casi todas las cosas en la vida, y es así también en la vida espiritual y en la Iglesia.
    Los jóvenes debemos buscar el testigo de los que están corriendo ahora. No podemos quedarnos quietos mientras ellos pierden sus fuerzas, porque al final quizás todos perdamos la carrera. Cada uno debe correr una época de la vida determinada, y nadie puede ni debe esconderse. Debes empezar a trabajar ya, debes empezar a ser útil, debes empezar a calentar motores para que puedan pasarte el rélevo en el momento oportuno: si cuando llegue ese momento estás parado, te va a costar mucho ganar la carrera.
   Los mayores deben ayudar a los más jóvenes a coger el rélevo. Si ya tienes edad para pasar el rélevo, no sigas corriendo "a tu ritmo", piensas que otros más jóvenes pueden correr más que tú. Ya has trabajado mucho tiempo, ya has sido útil.....¡Ayuda ahora a alguno para que pueda correr.
   No te quedes parado, no pienses que ya nadíe te necesita, solamente porque ya has entregado el relevo. Piensa que el joven necesita alguien que corra los primeros metros con él. Alguien que luche con él, que llore con él....¡Incluso que se equivoque con él, hasta que pueda correr sólo! Ésta es la única manera que cada uno de nosotros aprendemos a pasar el testigo a otro; sin la ayuda de los mayores es casi imposible.
    Tantos y tantos relevos, tantas y tantas situaciones de la vida en las que necesitamos aprender las lecciones de la carrera: en el trabajo, en la Iglesia, en el servicio a Dios....¡Corre en equipo! ¡Prepárate para recoger el testigo, para correr y para darlo a otro! La victoria final depende de ti.

       Un sólo corredor que no hace lo que es debido.....descalifica a todo el equipo de relevos.

   Señor Jesús, muchísimas gracias por las personas mayores/los jóvenes....enséñame a trabajar en equipo y apreciarlos a todos.

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