domingo, 18 de agosto de 2019

Devociones: "Envidia".

                           "¡Ya sólo falta que lo hagan rey! ".
                                         (1 Samuel 18:8)

   Estamos en la final de los 100 metros mariposa masculino de natación en los JJ.OO. de Seúl MATT BIONDI, el favorito, tenía a sus rivales a su izquierda (ANDY JAMESON) y a su derecha (MICHAEL GROSS). Al mirar a los dos y verse delante de ellos, se dejó ir y no dio la última brazada. Error terrible. ANTHONY NESTY, a quien no veía, llegó antes y se llevó el oro.
    Uno de los mayores peligros en la vida consiste en mirar hacía los demás y no fijarse en lo que uno mismo hace. Estar mirando siempre lo que hacen los otros lleva perder de vista el objetivo. Y mucho peor cuando esa mirada como ese monstruo interior.
     Era el gran problema de Saúl en el capítulo que hemos leído hoy. Sáúl era el rey de Israel, pero empezó a tener problemas en su vida a causa de su envidia hacia uno de sus súbditos: David. Tanto que llegó a vivir obsesionado con todo lo que David hacia. Al final Saúl murió víctima de su propia miseria, sin haber aceptado la amistad que tantas veces David le había ofrecido. La envidia lo llevó a la tumba. 
   Dice el reflán que la envidia es amarilla, porque muerde pero no come. El que envidia a otro, lo único que consigue es envenenar su propia sangre, porque la envidia no es capaz de quitar nada de lo que el otro posee. La envidia lucha contra aquel que le da cabida, le quita horas de sueño, ilusión, capacidad de trabajo.....le añade tristeza y melancolía, depresión y venganza.....La envidia es el peor enemigo que puedes tener en tu casa.
    La envidia es el principal destructor de amistades. Incluso amigos que lo son por muchos años, han llegado a enfadarse por la envidia surgida en uno de ellos. Nunca sientas envidia de un amigo, disfruta siempre con sus éxitos. No olvides que aquél a quien conviertes en tu enemigo, lo pierdes como amigo.
     No llenes tus ojos de envidia. Pon los ojos en Jesús, es lo único que merece la pena mirar: en todas las circunstancias, en todas las situaciones en todos los problemas.....Sólo Él puede vencer el pecado, sólo Él puede hacerte mirar con limpieza y agradecimiento a todas las personas. Y no olvides que él principal antídoto contra la envidia es el agradecimiento.

              Aquel a quien consideras tu enemigo, lo pierdes como amigo.
   
  Señor, perdóname por haber mirado a.....y tener en mí envidia. Enséñame a poner mis ojos en Tí.    

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