miércoles, 29 de enero de 2014

Devociones: "No comeré hasta que haya dicho mi mensaje"

                   "No comeré hasta que haya dicho mi mensaje" ( Génesis 24:33).

       Debemos ser como el siervo de Abraham, que tenia un agudo sentido de audiencia con relación a su misión. Esto no significa que tenemos que correr en todas direcciónes a la vez, movidos por una prisa nerviosa. La idea aquí es que tenemos que cumplir la tarea que el Señor no ha asignado como un asunto de máxima prioridad, haciendo nuestra la actitud expresada por Robert Frost:
                                      Los bosques son deliciosos, para salir a caminar,
                                              Pero tengo promesas que cumplir
                                   Y gran trecho que ir antes de acostarme a descansar
    Amy Carmichael captó el espiritu de estas palabras y escribió: "Los votos de Dios están sobre mí. No me detendré a jugar con las sombras o arrancar las flores terrenales hasta que haya terminado la obra y rendido vuentas".
            En otro lugar escribió:
                                                   Tan sólo doce cortas horas;
                                              Oh, buen pastor. Haz que en nosotros
                                              Este sentido de urgencia nunca muera.
                                     Qué junto a Tí busquemos a ovejas en cada collado
        Se ha dicho que Charles Simeon guardaba un cuadro de Henry Martyn en su estudio y que a todos lados en que caminaba por la habitación parecia que Martyn le miraba y le decia: "Sé ardiente, sé ardiente; no pierdas el tiempo, no pierdas el tiempo". Y Simeon le replicaba: "Si, seré ardiente; seré ardiente; no perderé el tiempo, porque las almas perecen y Jesús debe ser glorificado".
     Escuchen la urgencia en las palabras del intrépido apóstol Pablo "Pero una cosa hago.....Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" ( Filipenses 3:13-14).
      Nuestro bendito salvador vivió también con un sentido de urgencia, oigámosle decir: "De un bautismo tengo que ser bautizado; y cómo me angustio hasta que se cumpla" ( Lucas 12:50).
       No hay disculpa para que los cristianos se duerman con los remos en las manos.

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