domingo, 5 de enero de 2014

Devociones: "Del evangelio de la gloria de Cristo"

                        "Del evangelio de la gloria de Cristo...." ( 2 Corintios 4:4).

      Nunca debemos olvidar que el evangelio es las buenas nuevas de la gloria de Cristo; concierne a Aquél que fue crucificado y selpultado.Pero ya no está más en la Cruz como tampoco yace en la Tumba. Ha resucitado, ha ascendido al cielo, y ahora es el hombre glorificado que está a la diestra de Dios.
   No le mostramos como el humilde Carpintero de Nazaret, el Siervo sufriente o el Extraño de Galilea. Tampoco lo representamos como el afeminado hacedor de buenas obras del arte religioso moderno.
     Predicamos al Señor de la vida y la gloria. Aquél a quien Dios exaltó hasta lo sumo y le dio un Nombre que es sobre todo nombre. A Su Nombre toda rodilla se doblará y toda lengua le confesará como Señor para gloria de Dios el Padre. Él está coronado de gloria y honor,como Principe y Salvador.
    Con mucha frecuencia lo deshonramos con el mensaje que predicamos. Exaltamos al hombre con sus talentos y creamos la impresión de que Dios es muy afortunado al tenerlo a Su servicio, y que le hace un gran favor al confiar en Él. Ése no es el evangelio que los apóstoles predicaron. Ellos dijeron, en efecto: "Vosotros sois los culpables asesinos del Señor Jesucristo. Vosotros lo apresasteis y con manos perversas lo clavasteis al madero. Pero Dios lo resucitó de los muertos y lo glorificó sentándolo a Su propia diestra en los cielos. El Señor vive hoy, en un cuerpo glorificado de carne y hueso. Su mano atravesada por el clavo empuña el cetro del dominio universal y regresará una vez más para juzgar al mundo con justicia. Y mientras hay tiempo, es mejor que os ARREPINTÁIS y os volváis a Él con FE. No hay otro camino de salvación. No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos".
     ¡Oh, que tengamos una fresca visión del Hombre de Gloria! Y una lengua que confiese las muchas glorias que coronan sus sienes. Ciertamente entonces, como en Pentecostés, los pecadores temblarán ante Él y clamarán: "¿Varones hermanos, qué haremos?".

No hay comentarios:

Publicar un comentario