lunes, 9 de marzo de 2015

Devociones: "La Historia de Rodrigo.....El "perfecto".

Rodrigo conoció a Cristo en su adolescencia, desde el primer día se enamoró tanto de Dios y buscó sus caminos de una forma especial. Leía cada día la Biblia, oraba cada día de tal manera que logro forjar un hábito diario de comunión con Dios. Rodrigo busco tanto de Dios que cada vez que aprendía algo nuevo buscaba más por aprender, su oración era sencilla: "Dios respáldame. Dios dame sabiduría", y la realidad es que su oración era efectiva, pues Dios derramó sobre Rodrigo una sabiduría hermosa a pesar de su corta edad y el respaldo de Dios se podía observar fácilmente a través de las obras que Rodrigo realizaba para gloria de Dios.
     Rodrigo creció en un ambiente un tanto legalista, pero que al mismo tiempo le sirvió para ser el hombre que llego a ser, pues a sus veinticinco años Rodrigo era un predicador respetado, un siervo de Dios admirado y un ejemplo a seguir.
     Rodrigo trataba hasta en lo más mínimo agradar a Dios, a veces parecía que exageraba en algunas cosas, pero no importando el juicio de la gente hacía lo que ellos creían exagerado. Rodrigo seguía siendo fiel a Dios hasta en lo mínimo. Su grado de buscar la perfección era tal que llegó un momento que pensó que lo era, que lo había logrado, que había conseguido la perfección.
    Rodrigo comenzó a ver a los demás como débiles, cómo gente que no se sometía a Dios y no buscaba de Dios. Rodrigo pensaba que por ser él "perfecto", todos lo deberían de ser. Lo que Rodrigo no se daba cuenta es que poco a poco ese sentimiento de creerse perfecto lo estaba llevando al fracaso.
   Rodrigo comenzó a ser muy duro consigo mismo, sin percatarse de que su imperfección natural hacía cometer algunos errores. Cuando Rodrigo cometía un pecado, se sentía devastado, derrumbado, sin ánimos, y la verdad no estaba mal que se sintiera mal por pecar, pero él no había comprendido que no era perfecto, que existía una imperfección nata en su ser que lo llevaba a pecar por naturaleza.
    Rodrigo luchó mucho tiempo con áreas de su vida que lo hacían sentirse fracasado, áreas que aunque lo intentára no podía vencer, eso hacía bajarle el ánimo, pues pensaba que una persona "perfecta" cómo él, no le era permitido fallar. La realidad es que Rodrigo era más duro consigo mismo de lo que Dios mismo podría exigirle.
   Un día Rodrigo se dio cuenta que no podía seguir creyéndose tan perfecto, porque por naturaleza era imperfecto, no estaba mal que buscara la perfección, pero no podía martirizarse todo el tiempo por no lograrlo, eso en lugar de beneficiar su vida espíritual le estaba afectando y mucho. Y no digo que sea bueno conformarse a poco, sino más bien que no es bueno exigirse más de lo que realmente se puede dar. La Biblia lo dice de la siguiente manera: "Basado en el privilegio y la autoridad que Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de la fe que Dios les haya dado". (Romanos 12:3).
 La clave en la vida cristiana es la humildad que tengamos para reconocer nuestros límites, pues es la humildad y el reconocimiento lo que nos trajo a los caminos de Dios, solo reconociendo nuestra necesidad de Dios pudimos abrirle nuestro corazón, por esa razón, cada día debemos reconocer que estamos bajo un proceso de perfeccionamiento que alcanzaremos un día cuando nos veamos cara a cara con el Señor.

   ¡BUSQUEMOS A DIOS CON HUMILDAD, RECONOCIENDO NUESTRAS DEBILIDADES, PORQUE EN MEDIO DE NUESTRAS DEBILIDADES DIOS NOS FORTALECE!.

   "Cada vez él me dijo: "Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad". Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí"
                                        (2 Corintios 12:9)  

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