miércoles, 4 de marzo de 2015

Devociones: "La batalla por no perder la cordura".

"Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se vuelvan a la locura".
                                           (Salmo 85:8)

     ¿Ha oído la expresión "este es un mundo de locos"? Yo la he escuchado muchas veces. Cuando cerca de mí se comenta sobre un acto violento e inverosimil escucho la frase. Cuando estalla una nueva guerra en alguna parte del globo terráqueo ahí reaparece el dicho. Cuando las personas actúan con fría y calculada inhumanidad alguien suele sellar el techo repitiendo: "este es un mundo de locos". ¿Debemos  creer a tal afirmación? Por pesimista que pueda parecer debo decir que sí, que esta expresión muy bien puede derrotar el estado actual de un mundo que no parece mejorar. Encienda la televisión, vaya  a cualquier canal de noticias y qué ve, locura  por todas partes : violaciones, homicidios, extorsiones, robos, enojo, fatalismo religioso, suicidio, pobreza, racismo, y la lista será tan larga que no podrá soportarla toda en un mismo escrito. Es como para volverse loco, ¿no cree?.
     Millones de personas viven aterrorizados por gobiernos autócráticos y dictatoriales. Otras tantas sufren fobias provocadas por su situación del caótico estado de cosas del mundo que conocen. Los psicofármacos se venden mejor que la Coca cola y las hamburguesas McDonald. La desconfianza y el egoismo es el estilo de vida en las grandes junglas de asfalto en que viven la mayoría de los humanos. Los códigos éticos son obviados una y otra vez. La tierra es un gigantesco manicomio donde la cordura normalmente no es bienvenida.
    Cuando el doctor Semmelweis propuso en 1846 que los doctores y asistentes a los partos se lavaron las manos antes de entrar a la sala para asistir a su nacimiento. Semmelweis aseguraba que este sencillo acto evitaría miles de muertes posparto a causa de la sepsis puerperal. El médico húngaro fue despedido y la comunidad científica de su tiempo no le creyó. Murió en la pobreza a la temprana edad de 47 años. Dos décadas después. Pasteur demostraría la existencia de los microbios y Josep`Lister extendería la práctica quirúrgica al resto de las especialidades médicas. La solución tan sencilla de Semmelweis les pareció estúpido a los intelerctuales y académicos de su tiempo, pero de hacerle como hubieran salvado a millones.

   Escribo este artículo para creyentes porque se espera que en un mundo sumido en la locura ellos actúen coherentemente a lo que son. Por lo menos Dios espera eso de ellos. Me temo, sin embargo, que muchas veces los cantos de sirena del mundo están distrayendo a la Iglesia, a una buena parte de ella, de su cometido de esparcir salvación y sanidad a través de su predicación y testimonio. Si prestamos nuestros oídos demasiado tiempo a las voces de la incredulidad, el miedo, la duda, el odio, la inmoralidad y el fatalismo terminaremos padeciendo de la locura que pretendemos combatir. Escuchemos al Señor y a lo que él tiene que decirnos a través de su Palabra y así prevendremos toda contaminación que inutilice nuestra misión. Hay que estar sano para ser eficaces en sanar as otros. Dios hablará paz a su pueblo y nosotros podremos repetir su mensaje al mundo desde la ecuanimidad de una salvación tan grande.

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