Es algo verdaderamente asombroso. Debe causarnos sorpresa, asombro, y auto-cuestionarnos. ¿Esta Cristo vivo realmente? ¿Como puedo yo comprobarlo? ¿Como puedo yo saberlo? ¿Tengo esa certeza? Todos hemos oídos hablar de Jesús, pero ¿somos de Jesús? ¿Hemos creído y nos hemos bautizado? ¿Hemos nacido de nuevo?.
El verdadero milagro de la Resurrección, va mas allá de haber vencido a la muerte; es que Jesús esta v¡vo; vive en los cielos, vive en ti y en mi y su descendencia, quien la contará?.
Estas deben ser nuestras reflexiones en esta Pascua en que celebramos gozosos la Resurrección de Cristo y nuestra salvación y es que cumplidas estas promesas y expectantes de la segunda llegada del Señor a la tierra, debemos examinarnos y saber si estamos llevando la vida que Dios quiere que llevemos; si somos las personas que Dios quiere que seamos; si nos esforzamos cada día en hacer y aceptar la voluntad de Dios; si has hecho y vives un verdadero compromiso con Dios y Su Palabra o si eres un simple oídor y no un un hacedor de la palabra; no comprometido con nadie, Bien informado, pero ciego, con tus ojos cerrados e incapaz de ver y discernir lo espíritual de lo mundano; o caminas como cojo, con un pie en el mundo y otro intentando caminar en el espíritu; sordo para escuchar la palabra de Dios y mudo para abrir tu boca y alabarlo. Jesús anda con nosotros y su presencia en nuestra vida, nuestro corazón es real, debemos honrarlo con nuestros actos, nuestros pensamientos y nuestro amor y escuchar su voz.
Se que esto es una palabra fuerte y mi intención no es ofenderte o que te sientas herido, sino confrontarlo y el que nos debe convencer en justicia y juicio de nuestros pecados es Jesús mismo a través de su Espiritu; no debemos ofendernos porque Jesús nos llame la atención sobre estas cosas, pues El sabe hacerlo con amor y jamás nos lastimaría, pero la verdad, es que esto le puede estar pasando a cualquiera y ni siquiera darse cuenta; tener sus sentidos espírituales cerrados y no poder ver, sentir y escuchar que Jesús anda con nosotros, como le paso a los dos "creyentes" que iban camino a Emaús, mientras Jesús andaba con ellos, ellos no le reconocieron, porque sus ojos estaban vendados; incapaces de ver con los ojos espirituales. Dios no quiere que esto nos suceda a nosotros; es mejor "despertar" ahora y no cuando tal vez sea demasiado tarde.
Me impresionó mucho ver una película sobre el rapto de Dios, "la desaparición de los cristianos" del mundo y la partida del Espíritu Santo de la tierra, porque muchos allí que se quedaron en la tierra, a pesar que pensaban que eran "Cristianos", tuvieron que reconocer que algo estaban haciendo mal o estaban equivocados en su fe y tuvieron que vivir las terribles consecuencias de su indecisión.
Que esto no nos pase a nosotros, rogamos a Dios que abra nuestros oídos espirituales para que podamos oír su voz y el resto de nuestros sentidos espirituales para que podamos sentir su presencia, discernir su palabra; llenarnos de su Espíritu; nacer de nuevo, crecer y fortalecernos en Cristo y poder ser dignos de estar en su presencia, por siempre.
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