lunes, 2 de marzo de 2015

Devociones: "DIOS sabe cómo llegar a tu destino".

"Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino"
(Salmo 119:105).

      Si se tratase de llegar a tierra firme Él sería el faro. O de escalar una montaña. Él sería el guia. Hablo de DIOS en la persona del Espíritu Santo. Quien lleva a los que se lo permiten a vivir el sueño de DIOS, es decir, llegar a su destino. El Espíritu de DIOS da las coordenadas exactas del siguiente destino de los suyos. Él jamás llega al lugar equivocado. Tampoco llega tarde ni temprano, sino a tiempo. En ocasiones pareciera que aquellos que han seguido al Espíritu Santo se encuentran  en una desviación. Que son llevados a un punto donde no hay camino. Como si estuviesen varados sin destino y fuesen a perder aquello por lo cual se han esforzado. No obstante DIOS jamás defraudarás a aquellos que siguen sus caminos. Por el contrario existe una promesa de bendición para todos los que siguen sus caminos, en la cual estos disfrutarán de su esfuerzo y serán felices: "Qué felíz es el que teme al Señor, todo el que sigue sus caminos. Gozarás del fruto de tu trabajo; qué feliz y próspero serás" (Salmo 128:1-2)
    Nuestro DIOS hace caminos para los suyos donde no hay. Él tiene recursos sobrenaturales para abrir puertas de bendición en el lugar más importante. Y no olvida los sueños de aquellos que le aman. Sino que les usa para hacer sueños más grande.
    Las Escrituras declaran que la palabra de DIOS es una lámpara que ilumina el camino del creyente. Esta muestra el camino cuando hay incertidumbre en el plano terrenal. Por lo que cada vez que el creyente se encuentre sin rumbo debe escudriñar las Escrituras y obtener dirección de parte del Espíritu de DIOS para obtener certidumbre de su camino por encima de cualquier situación que esté viviendo.
     Sin importar que el entorno del creyente sea oscuro y tormentoso, el Espíritu Santo está por encima de ello. Él puede ver claramente y tiene la encomienda de llevar al creyente a una tierra apacible y firme. El Señor Jesucristo tiene el poder para detener cualquier tormenta en la vida del creyente en cuestión de segundos, pero hay que confiar en Él y creerle (Lucas 8:22-25).
     Mantente alienado a la voluntad de DIOS para tu vida. Pues ella es buena, agradable y perfecta. Su voluntad es completa. Permite que sea el Espíritu Santo quien te guíe y no tú a Él. Pues no solamente conoce la manera de llegar sino de darte plenitud.

        NO TENGAS TROPIEZOS, AHÓRRATE DOLOR Y PÉRDIDAS, 
              PERMITE QUE DIOS TE LLEVE AL MEJOR DESTINO  

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