sábado, 31 de mayo de 2014

Devociones: "El bueno dejará herederos a los hijos de los hijos".

       "El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos" ( Proverbios 13:22).

    Cuando  leemos este versículo no debemos llegar a la conclusión de que se trata de una herencia financiera. Es mucho más probable que el Espíritu de Dios se refiere a una herencia espíritual. Una persona pudo haber sido educado por padres que eran pobres pero piadosos; estas personas estará eternamente agradecida por la memoria de un padre y una madre que diariamente leían la Biblia, oraban juntos en familia y le criaron en el temor y amonestación del Señor, aunque no le hayan dejado dinero o bienes raíces al morir. La herencia espíritual es la mejor.
    Realmente un hijo podrían arruinarse espíritualmente si heredaran  una gran cantidad de dinero. La riqueza que llega de repente es intoxicante y pocos son capaces de administrala con sabiduría, Son pocos los que heredan fortuna y siguen bien para el Señor.
     Otra consideración es que las familias a menudo se rompen por celos y contiendas cuando se reparte una herencia. Es verdad lo que dice el reflán: "donde hay testamento hay muchos parientes". Los miembros de familias que han vivido en paz durante muchos años repentinamente se vuelven enemigos por unas cuantas joyas, porcelanas o muebles.
    Con mucha frecuncia los padres cristianos dejan su requeza a hijos inconversos, a personas que están en religiones falsas o a hijos ingratos, cuando ese dinero podría haberse usado mejor para la difusión del evangelio.
      Algunas veces esta cuestión de dejar dinero a los hijos es una forma velada de egoísmo. Los padres en realidad desean retenerlo para ellos mismos mientras puedan. Saben que la muerte un día lo arrancará de su mano, de modo que siguen la tradición de darle en herencia a sus hijos.
     Nadie a legado todavia un testamento que no pueda romperse o disminuirse a causa de impuestos, cuotas y honorarios. Un padre no puede estar seguro de que sus deseos se cumplieran después que haya partido de este mundo.
     Por lo tanto la mejor política es dar generosamente a la obra del Señor mientras estamos todavía vivos. Como dice el dicho: "Da tu donativo mientras vivas porque después no sabes a dónde irá".
     Y la mejor manera de hacer un testamento es decir: "Estando en mis facultades mentales pongo mi dinero a trabajar ya para Dios en esta vida. Deja a mis hijos la herencia de un trasfondo cristiano, un hogar donde Cristo fue honrado y la Palabra de Dios fue reverenciada. Les encomiendo a Dios y a la Palabra de Su gracia, que es capaz de edificarles y darles una herencia entre los santificados". 

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