miércoles, 25 de diciembre de 2013

Devociones: "El Espiritu de Jehová se apartó de Saúl"

"El Espiritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espiritu malo de parte de Jehová"
(1 Samuel 16:14).

    Hay versiculos en la Biblia que parecen que Dios hace cosas malas. Por ejemplo, en el tercer año del reinado de Abimelec, rey de Israel: "Envió Dios un espiritu de discordia entre Abimelec y los hombres de Siquem" (Jueces 9:23). En otra ocasión el profeta Micaias le dijo al impio rey de Acab: "He aquí Jehová a puesto espiritu de mentira en la boca de todos tus profetas" ( 1 Reyes 22:23). Job atribuia sus pérdidas al Señor cuando dijo: "¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?" (Job 2:10). Y una vez más en Isaias 45:7, el Señor mismo dice:"....que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad".
        Sin embargo, sabemos que ya que Dios es Santo, no puede originar el mal ni disculparlo. El Señor no es el causante del pecado, la enfermedad, el sufrimiento o la muerte. Dios es luz, y no hay tinieblas en Él ( 1 Juan 1:5).Es incomprensible que Él sea el origen de algo que se contrapone a su propia perfección moral.
     Las Escrituras afirman que Satanás es el autor de al enfermedad, el sufrimiento, la tragedia y la destrucción. Las pérdidas que Job sufrió y su intenso dolor fueron la obra del Maligno. Jesús dijo que la mujer encorvada habia estado atada por Satanas por 18 años (Lucas 13:16). Pablo se quejaba de un aguijón en su carne y se referia a ella como: " un mensajero de Satanás" ( 2 Corintios 12:7). Satanás es el culpable de todos los problemas que padece la humanidad.
      Pero ¿cómo podemos reconciliar todo esto con aquellos versiculos que describen a Dios dando origen al mal? La explicación es simplemente ésta: En la Biblia a menudo se dice que Dios hace algo cuando Él permite que suceda. Ésta es la diferencia entre Su voluntad directiva y Su voluntad permisiva. Con frecuencia permite que Su pueblo atraviese experiencias que nunca habria deseado para ellos. Permitió que Israel vagara por el desierto cuarenta años mientras que Su voluntad directiva, si ésta hubiera sido aceptada, les habria llevado a la Tierra Prometida por una ruta más corta.
    Pero aun permitiendo que los demonios o el hombre hagan el mal, Dios siempre tiene la última palabra. Invalida el mal para Su propia gloria y para bendecir a aquellos que por medio de él son ejercitados.
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario