domingo, 21 de julio de 2019

Devociones: "No te cases mañana".

"Fue y se sumergió siete veces en el Jordán, según se lo había ordenado el profeta".
                                             (2 Reyes 5:14)

     Uno de los mayores enemigos del deportista es el miedo al fracaso. Muchos jugadores de baloncesto llegan a sentirse fracasados cuando el balón no ha querido entrar en los tres o cuatro últimos tiros: pierden concentración en su juego, y el partido se ha terminado para ellos. Si tuviésemos que poner un ejemplo de alguien completamente diferente, enseguida viene a nuestra mente el caso de CARL HERRERA, jugador venezolano de los SAN ANTONIO SPURS (NBA), capaz de jugar al máximo nivel, sea cual sea el momento del partido.
    Fracaso, cansancio, crisis nerviosa.....son términos desgraciadamente demasiado familiares para nosotros. Nos sentimos fracasados cuando fallamos. Nos sentimos cansados cuando hemos fracasado y caemos en una crisis nerviosa cuando nos sentimos cansados. De la misma manera que el deportista no puede venirse abajo por haber tenido un fallo......nosotros no debemos abandonar cuando algo sale mal. Nuestra confianza en Dios nos dice que Él seguirá a nuestro lado en la siguiente lucha. Y en la siguiente. Y en la otra. Por muchas veces que fracasemos, debemos seguir intentándolo. Recuerda:
          1-. Pensar en el cansancio, produce más cansancio. Cuando más cansado pienses que estás (y lo expreses), más aumentará el mismo cansancio.
          2-. Pensar sólo en uno mismo produce fracaso y cansancio. Es una demostración de egoísmo y por lo tanto, es pecado.
          3-. El aburrimiento produce cansancio. Cuanto más perezoso, más aburrido, y más cansado.
          4-. Las preocupaciones producen temor. Un famoso refrán africano dice: "No te cases mañana". Si adelantamos los hechos de mañana nos estamos preocupando, y eso nos llevará al cansancio y la crisis nerviosa. Dios dice que el día de mañana tendrá su propio afán. Debemos descansar en el Señor, y confiar en Él.
          5-. Es imposible eliminar el fracaso de nuestra vida: siempre haremos cosas equivocadas. Siempre existirán situaciones en las cuales habremos fallado. El secreto consiste en volverlo a intentar: en no vivir obsesionados con el fracaso.
    Hemos leído un texto en el cual Dios le pidió a un hombre que se sumerge SIETE VECES en el rio. Las siete primeras veces no ocurrió nada, pero Dios quiso que lo hiciese para que él, personalmente (y nosotros también), aprendiese la importancia de volver a intentarlo. La importancia de obedecer y confiar en Dios. Un fracaso siempre es pasajero.

     Fracaso no es fallar. Fracaso es decidir no volver a intentarlo.

   Padre que estás en los cielos, enséñame a confiar en Ti y no preocuparme de las circunstancias. A pesar de todos mis fracasos. Tú me enseñas a volver a intentarlo.    

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