jueves, 11 de julio de 2019

Devociones: "Dulces recuerdos".

                              "Despojémonos de todo peso".
                                          (Hebreos 12:1)

      El vencedor del Tour de Francia del año 1959 fue FEDERICO BAHAMONTES. No era ésta la primera vez que corría esta prueba ciclista, incluso tampoco era la primera vez que llevaba el "mailler amarillo" que luce el líder de la prueba. En años anteriores Bahamontes ya había corrido en los primeros lugares. En una ocasión, cuando iba destacado escalando una montaña, Bahamontes se paró un momento para tomar un helado. Le sentó mal y perdió muchísimo tiempo, y con ello, la carrera misma.
    Todos los deportistas corren y juegan, con la menor cantidad de peso posible. A nadíe se le ocurriria correr con una ropa pesada, o jugar Basket con botas de montaña. Todo lo que no es imprescindible, estorba. Para todos es fácil estar preparados en las grandes cosas.....y difícil no caer en los pequeños detalles. Son pequeños pesos, pequeños detalles que creemos que no tienen importancia: una  pequeña mentira, un pequeño engaño, una sola crítica.....sin embargo estos pequeños pesos nos vencen y nos hacen  vivir derrotados. Pero no sólo son las pequeñas cosas interiores o exteriores las que nos hacen caer, en muchas ocasiones son, simplemente, los pequeños recuerdos. Sí, recuerdos: recuerdos de errores nuestros en el pasado. Oportunidades perdidas que vienen a nuestra mente una y otra vez. Tristezas del pasado que pasan en nuestro corazón y nos hacen andar angustiados: un amigo que nos defraudó, alguien que nos devolvió mal por bien, un problema sin resolver, una persona a la que no hemos perdonado.....malos recuerdos, pesos que nos impiden vencer.
     Existe una manera de despojarnos del peso: llenar de dulces recuerdos nuestra mente. ¡Así de sencillo! Porque todos somos especialistas en recordar lo malo, sin embargo, Dios nos dice que nuestra mente debe estar llena de todo lo agradable (Filipenses 4:8). debemos recordar todos los momentos agradables  de nuestra vida, las personas que conocimos, los lugares en los que estuvimos, aquellas situaciones que nos hicieron felices....debemos dar gracias a Dios por cada uno de esos momentos, de esas personas, de esos lugares. ¡Debemos dar gracias a Dios por cada uno de los recuerdos!.
    Todos tenemos dulces recuerdos, no importa si tenemos 10 ó 100 años: Dios ya nos ha dado cientos de momentos felices en nuestra vida. ¡Despójate de todo peso! Deja de alimentar resentimientos, dudas, problemas y malos recuerdos; y pon en su lugar un momento de gratitud de felicidad.....un recuerdo dulce.

    Siempre es buen momento para recordar, siempre es buen momento para agradecer.

    Señor, te doy muchas gracias por todo lo que Tú has puesto en mi vida. Recuerdo a......y aquella situación.....¡Enséñame a saber mirar hacia atrás y ser agradecido!.    

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