lunes, 1 de abril de 2019

Devociones: "Gracia y responsabilidad".

"Si confesamos nuestros pecados, él (Dios) es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad".
                                              (1 Juan 1:9)
"Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará".
                                             (Gálatas 6:7)

    Roberto vivia en una finca. Su padre, cristiano convencido, amaba mucho a su hijo, quien no era creyente. Deseaba profundamente que Roberto se convirtiera al Señor. Había tomado lo la costumbre de fijar un clavo en la puerta de la granja cada vez que su hijo, a menudo insumiso, le desobedecía.
     ---¿Qué haces?, le preguntó un día Roberto, intrigado por los golpes del martillo.
     ---Pongo un clavo cada vez que tú me desobedeces, le contestó.
     Trabajando en su conciencia, el adolescente confesó sus faltas al Señor y lo aceptó como su Salvador. Feliz de haber obtenido así el perdón de Dios, contó su conversión a su padre, quien se puso a quitar uno a uno los clavos de la puerta de la granja. Pero los huecos se seguían viendo y molestaban a Roberto recordándole sus faltas pasadas.
   ---¿Cómo vamos a hacer para tapar todos esos huecos? preguntó a su padre.
   ---Esos huecos, como ves, son las consecuencias de tus desobediencias. Cuando el rey David confesó sus faltas a Dios, él lo perdonó completamente, y algunas veces borró todas sus consecuencias (1 Samuel 30:19), pero otra veces no las quitó (Salmo 51).
     Con nosotros sucede lo mismo, pero el Señor nos ha perdonado y es fiel. Él puede quitarlas, o ayudarnos a soportarlas, y también puede  servirse de ellas para nuestro bien.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario