".....Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí....".
(Mateo 19:14)
Thomás Barnado entró a la escuela de medicina del Hospital de Londres en 1865, soñando con ser un médico misionero en China. Pronto, descubrió una necesidad desesperada ahí mismo frente a su casa cantidades de niños sin hogar. Barnado decidió hacer algo y creó hogares para niños indigentes, rescatando a 60.000 pequeños de la pobreza y una posible muerte prematura. El teólogo y pastor John Stott afirmó: "Hoy podríamos llamarlo el patrono de los niños de la calle".
Jesús dijo: "Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino del cielo pertenece a los que son como estos niños" (Mateo 19:14). Imagina la sorpresa de las multitudes (y de los mismos discípulos de Jesús) al escuchar esta declaración. En la antigüedad, no se les daba valor a los niños. Sin embargo, Jesús los recibió, los bendijo y los valoró.
Santiago, un escritor del Nuevo Testamento, desafió a los seguidores de Cristo: "La religión pura y verdadera [...] consiste en ocuparse de los huérfanos [...] en sus aflicciones". (Santiago 1:27). Hoy, niños de todo nivel social, etnia y ambiente familiar están en riesgo de ser víctimas de abandono, tráfico humano, abuso, drogas y más. ¿Cómopodemos honrar al Padre mostrando su cuidado por estos pequeños?.
Señor, queremos honrarte mostrando amor por los niños.
Sé una expresión del amor de Jesús.
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