martes, 9 de mayo de 2017

Devociones: "Una vida coherente".

Mientras estudiaba el libro de Daniel, me llamó la atención la facilidad con que él podría haber evitado que lo arrojaran al foso de los leones. Sus celosos rivales, que trabajaban para el gobierno de Babilonía, le tendieron una trampa relacionada con su costumbre de orar diariamente a Dios (Daniel 61:9). Daniel era plenamente consciente del complot, y podría haber decidido orar en privado durante un mes, hasta que todo se tranquilizara. Pero no era esa clase de persona.
     "Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa y abiertas  las ventanas de su cámara que daban hacía Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solia hacer antes (Daniel 61:10). Daniel no tuvo miedo ni negoció con el Señor, sino que continuó "como acostumbraba hacerlo". La presión de la persecución no lo intimidó.
       El poder de la vida de Daniel estaba en su constante devoción al Señor. Su fortaleza venía de Dios. Cuando surgia una crisis, no necesitaba cambiar su práctica diaria para superarla sino que, simplemente, seguia comprometido con su Señor.
     Padre, quiero permanecer firme como Daniel cuando surjan persecuciones. Dame ese mismo compromiso con la oración. Ayúdame a dar a conocer públicamente mi fe.
  
      Dios nos da el poder para defender su causa cuando nos arrodillemos a orar. 

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