La aldea de Rjukan, en Noruega, es un lugar encantador para vivir....excepto durante el invierno. Ubicado al pie del monte Gaustatoppen, el pueblo no recibe luz solar directa durante casi medio año. Hace mucho, los lugareños pensaron en colocar espejos en la cima de la montaña para reflejar el sol, pero la idea no fue factible hasta hace poco. En 2005, un artista local comenzó el "Proyecto espejo". Ocho años más tarde, los espejos se pusieron en acción. Los habitantes se amontonaron en la plaza del pueblo para absorber la luz solar reflejada.
En un sentido espiritual, gran parte del mundo se parece a la aldea de Rjukan. Montañas de problemas evitan que la luz de Jesús ilumine. No obstante, Dios coloca estratégicamente a sus hijos para que funcionen como reflectores. Una de estas personas fue Juan el Bautista, quien vino a dar "testimonio de la luz", Jesús, el cual da a luz "a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte" (Juan 1:7; Lucas 1:79).
Así como la luz del sol es esencial para la salud emocional y física, la exposición a la luz de Jeśus también es fundamental para la salud espiritual. Felizmente, todos los creyentes están en una posición ideal para reflejar la luz del Señor en los lugares lúgubres del mundo.
¿Estoy reflejando la luz de Cristo en mi vida diaria?
Un mundo en tinieblas necesita la luz de Jesús.
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