lunes, 1 de mayo de 2017

Devociones: "La Palabra renovadora".

Cuando era niño, solíamos viajar en familia por una zona desértica de nuestro país. Nos encantaba ver a lo lejos las tormentas que desencadenaban intensos chaparrones y bañaban la arena caliente. El agua fría refrescaba la tierra....y a nosotros.
      El agua produce cambios maravillosos en las regiones áridas. Por ejemplo, algunos cactus están completamente inactivos durante la temporada seca. Sin embargo, después de las primeras lluvias estivales, brotan y exhiben delicados pétalos rosados, dorados y blancos.
    Asimismo, en Tierra Santa, después de una intensa lluvia, los terrenos secos parecen florecer de la noche a la mañana. Isaías utilizó la renovación que produce la lluvia para ilustrar la obra de la Palabra de Dios: "Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié". 
(Isaías 55:10-11).
      La Escritura tiene vitalidad espiritual. Por eso, no vuelve vacia. Donde quiera que encuentra un corazón abierto, renueva, nutre y da vida nueva.
    ¿Estás renovándote diariamente en la lectura de la Palabra de Dios?

  La Biblia es al alma sedienta lo que el agua es a la tierra árida.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario