lunes, 4 de septiembre de 2017

Devociones: "No es oro todo lo que reluce".

                              "Salvo, así como por fuego....."
                                                 (1 Corintios 3:15)
    El ciclismo es uno de los deportes más duros que existen. Todos recordamos las caras  de sufrimiento del ciclista cuando sube esos difíciles puertos de montaña, o cuando ya hay más de 200 Km. colgados en sus piernas. Uno de los ciclistas más famosos en Galícia es ALVARO PINO. Quizás el mejor escalador de la década en España, y uno de los mejores de Europa. En el ciclismo también existen reglas que es necesario seguir. Una de las menos conocidas es la de "ir a rebufo": en una prueba contra--reloj está prohibido ir detrás de otro corredor aprovechándose  de su esfuerzo. Cuando vas a rebufo de otro, no necesitas ir muy fuerte porque el que va delante se lleva todos los contratiempos: viento de cara, cansancio, soledad.....
    Uno de los problemas más graves en nuestra sociedad es la cantidad de gente que vive de las apariencias. Van "a rebufo" de otros, se aprovechan del trabajo de otros y del esfuerzo de sus semejantes. Nunca sabes lo que son, porque siempre se esconden cuando algo va mal. Nunca dan la cara. Ni ellos mismos saben lo que son, solamente intentan vivir lo mejor posible, y se pierden en la mediocridad. Es la generación de los productos "light", cosas que son, pero no son. Tienen, pero no tienen. Llevan el nombre, pero nada más.
  Muchos cristianos viven de la misma manera; en un mundo de apariencia e imitación son los dueños. Aparentan ser cristianos y convencen a todo el mundo. Imitan en su forma de actuar a otros cristianos y son capaces de engañar a todos, ¡incluso a ellos mismos! Son los reyes de la apariencia: hacen las cosas sólo para que los vean, y cuando nadie está cerca ¡dejan de comportarse como cristianos! Al final ni ellos mismos saben lo que son.
    Es, sin ninguna duda, el grupo cristiano que más ha crecido en los últimos años. Se compone de gente que asiste a la Iglesia (eso sí, no mucho, no vaya a ser que se contagíe) escucha los sermones y canta (tampoco con mucho entusiasmo, no hay que pasarse) ¡incluso en ocasiones es capaz de hablar a otros de Dios!.....Pero poco más, porque el compromiso y la obediencia no existen en el lenguaje de la apariencia.
     No merece la pena esconderse detrás de los demás. No merece la pena brillar sin tener oro dentro. Lo único que merece la pena es vivir comprometido con el mensaje de Dios.
    Aparentar es el mejor ejercicio que existe para no llegar a ser nada.
  Padre, no quiero vivir aparentando. Examina mi vida y cambia de ella lo que sea contrario a ti. Quiero de verdad parecerme a Ti. 

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