lunes, 3 de abril de 2017

Devociones: "¡Oh tiempo, detén tu vuelo! ".

                           Tiempo de nacer, y tiempo de morir.
                                                    (Eclesiastés 3:2)
             (Jesús dijo:) Porque yo vivo, vosotros también viviréis.
                                                       (Juan 14:9)
                        Así estaremos siempre con el Señor.
                                   (1Tesalonicenses 4:17)

      Mediante este verso, el poeta Lamartine expresa  aquello con lo que quizá soñamos en grandes momentos de felicidad: detener el tiempo.
     Nuestra vida está ligada al tiempo. Incluso durante nuestro sueño, el tiempo no cesa de correr; ¡somos sus prisioneros! El hombre, criatura de Dios, está atado al tiempo mientras viva en la tierra. Solo Dios, el Creador de los cielos y de la tierra, no tiene principio ni fin.
     El hombre nace y vive en la tierra; y si la muerte de nuestro cuerpo pone término a nuestra vida en la tierra, la Biblia nos dice que este no es el fin de nuestra existencia. ¿Podemos considerar serenamente ese paso al más allá?.
     Por medio de la muerte el cristiano entra en la presencia de Jesús, donde espera la resurrección para la vida eterna. Jesús dijo la malhechor arrepentido: "Hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:43). Cuando usted cierre los ojos por primera vez, ¿será para estar también junto a Jesús, quien declaró: "Yo soy la resurrección y la vida" ? (Juan 11:25).
    Cada segundo que pasa nos acerca inexorablemente al término de nuestra vida terrenal. Si usted creyó en el Señor Jesús, tiene una esperanza, "porque si creemos si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él" (1 Tesalonicenses 4:14). ¡Nuestra felicidad es estar ahora y para siempre con Jesús!.  

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