jueves, 8 de octubre de 2015

Devociones:"¿Qué quieres de mi, tú oh Dios? ".

"Porque misericordia quiero y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos"
                                                       (Oseas 6:6)
   A propósito del año nuevo y los buenos propósitos que siempre hacemos cuando iniciamos uno, me parece que es un buen momento para que en nuestros propósitos incluyamos también a Dios; creo que es un buen momento para que nos preguntáramos que quiere Jesús de nosotros? Quizás tenemos algo que cambiar? Tal vez El quisiera que dejemos de prometer lo que no podemos cumplir; siempre le estamos diciendo a Dios lo que nosotros queremos, pero alguna vez le hemos preguntado: ¿Tú que quieres de mí?
    Bueno pues yo si quiero hacerlo y además quiero invitarte a que lo hagas, con un corazón sincero, contrito y humillado y además estoy seguro que Dios nos respondería: "Porque misericordia quiero y no sacrificio y conocimiento de Dios mas que holocaustos" como se lo manifestó al Profeta Oseas.
    Por tanto, esforcémonos en comprender el significado profundo de sus palabras; misericordia es sinónimo de benevolencia, benignidad, bondad, compasión, gracia y amor; también es perdón, generosidad y amabilidad, pero ninguna de estas cualidades pueden florecer en nuestro interior, si tenemos un corazón duro, si somos inflexibles, demasiado estrictos o rencorosos y no queremos perdonar.
   Dios nos ha dado el Espíritu Santo y con El, el poder de amar y de perdonar verdaderamente, si no lo hacemos no es porque no podamos, es porque no queremos y esto, permíteme decirte que es grave, muy grave....Jesús nos enseñó el mayor amor por medio del sacrificio de su propia vida y sin amor como podríamos tener misericordia ¿Como podríamos perdonar?
   Recordemos la historia del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37) y como de una u otra manera, todos los libros de La Biblia, giran alrededor del Padre, de su amor y del Mesias (Jesucristo), Dios es amor y finamente el amor es el mandamiento que nos dejo nuestro Salvador para protegernos, pues el amor es la fuerza mas poderosa del mundo y quien ama, Dios esta en el y Dios lo guarda.
     El ser demasiado estrictos, inflexibles o duros nos inhabilita experimentar el maravilloso amor de Dios y la bendición de conocer y expresar el verdadero amor, que finalmente es lo que sanara nuestra mente y nuestro corazón.
   El ser misericordioso con otros, permitirá que nosotros alcancemos misericordia frente al trono de Dios, pues como fue dicho: Con la misma vara que medimos, seremos medidos también.
   La consecuencia de una vida conforme a la voluntad de Dios, que se esfuerce en vivir conforme Él quiere que vivamos, se refleja en estas palabras de Jesús:

   "Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal"
                                          (Mateo 6:33) 

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